El dólar mayorista cerró el martes a la baja, en una jornada en la que predominó la estabilidad y un notorio incremento en el volumen operado en la plaza por la cercanía del cierre de mes, hecho que no afectó a los negocios. En este marco, el Banco Central bajó levemente la tasa de interés convalidada a las entidades para colocar Letras en pesos.

En parte, también influyó la tranquilidad que le brinda a la City que en la jornada el Gobierno recibirá el primer desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) por u$s5.700 millones, en el marco del nuevo acuerdo con la Argentina aprobado el último viernes por un paquete de ayuda total por u$s56.300 millones, que se destinarán a engrosar las reservas del BCRA.

Además, para "calmar" el precio del dólar, el Banco Central se encuentra subastando diariamente entre las entidades Letras de Liquidez (Leliq) a 8 días de plazo, a una tasa de interés atractiva para desalentar la compra de divisas.

Por cierto, este martes la entidad monetaria adjudicó $109.441 millones a una tasa promedio de corte de 70,05% anual, la más baja ofrecida desde comienzos de octubre. Es decir, el BCRA bajó unos 58 puntos básicos la renta ofrecida a los bancos respecto a la rueda anterior.

En consecuencia, en el segmento mayorista la divisa estadounidense cerró con una baja de 18 centavos (-0,5%) hasta los $36,72, en una rueda en la que el volumen total negociado fue 33% mayor al registrado el lunes, a contabilizarse u$s584,75 millones.

"Sin que la inminencia del fin de mes impacte en el desarrollo de las operaciones, los precios del dólar perdieron gran parte de la ganancia de las dos últimas ruedas", dijo el operador Gustavo Quintana de PR Cambios.

Asimismo, según los operadores de ABC Cambios, durante la rueda hubo ingresos de dólares para cancelar las suscripciones de Letras del Tesoro de Capitalización en pesos (LECAP) realizadas el viernes, cuyo plazo para depositar el pago de estos papeles vencía este martes.

De allí también se justifica el elevado volumen negociado en la rueda, y que se haya equilibrado en la plaza la oferta y demanda en la previa al final del mes, donde las necesidades de divisas son más elevadas que de costumbre porque bancos, empresas e importadores deben cubrir posiciones y pagos de compromisos estacionales.

Por el lado del precio en los bancos a los clientes, el dólar subió un centavo y medio este martes a $37,78, según el promedio que elabora habitualmente el Banco Central entre las sucursales de la City. 

En el Banco Nación la cotización al público descendió 20 centavos respecto a la jornada previa, debido a que se ubicó a $35,80 para la compra y $37,60 para la venta.

El precio más elevado encontrado en las ventanillas del microcentro fue de $38 en Patagonia, seguido por los $37,90 de Galicia y los $37,80 de Itaú.

Por su parte, en el mercado marginal el blue se vendió a $36, alrededor de 4,7% por debajo respecto al promedio minorista oficial.

En cuanto a los precios para fin de año en el mercado de futuros Rofex, se negociaron a diciembre a $39,78.

En esta plaza, se operó el segundo volumen más alto de todo el mes, al contabilizarse transacciones por u$s1.420 millones, de los cuales más del 55% se pactó a octubre y noviembre a $36,77 y $38,40, con tasas del 54,7% y 54,2% anual, respectivamente.En los países emergentes sus monedas se comportaron de manera muy similar a la plaza local. En especial, el valor del real brasilero disminuyó 0,6% para ubicarse a 3,70 unidades por dólar.

Desde el plano político y económico la situación es compleja, debido a la incertidumbre porque el año que viene habrá elecciones presidenciales y al importante déficit fiscal y notoria caída de la actividad.

"Las buenas noticias vienen por el lado de los resultados fiscal y externo que muestran progresos importantes. La intensidad de la recesión es la contracara de la velocidad de ese ajuste, y todavía no hay certezas de la actividad haya tocado un piso", indica un informe de Consultatio.

Respecto a la realidad de Brasil luego del triunfo a la presidencia de Jair Bolsonaro, el economista Ramiro Castiñeira de Econométrica afirma: "Vale advertir que antes de que Argentina le toque el timbre al FMI, el déficit fiscal era de 6% del PBI y la deuda del 75%, similares números de lo que hereda Bolsonaro en el vecino país: 7,5% y 77%, respectivamente. Ello implica que a Brasil también se le agotó el tiempo del gradualismo".