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Dura puja por el precio del dólar: así es la batalla entre el Gobierno y el mercado

Condiciones actuales pueden justificar una devaluación fuerte y el mercado presiona para que el Gobierno actúe en esa línea. Las razones de esta pulseada
FINANZAS - 26 de Julio, 2022

Por estos días, el mercado cambiario en Argentina muestra una fuerte volatilidad que no hace más que reflejar, además de la debilidad de la macroeconomía argentina, una puja tradicional en nuestro país: el apremio de ciertos sectores para forzar una devaluación y la negativa del Gobierno a tomar ese camino.

Lo cierto es que, tal como señala Nicolás Zeolla, economista jefe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), "efectivamente hay presiones financieras y cambiarias evidentes que se manifiestan en una coacción hacia la devaluación, lo que no sería bueno ni necesario en este contexto", ya que considera que un paso en este sentido redundaría en una aceleración de la inflación.

Y es que, si bien la brecha cambiaria actual es muy alta y eso, sumado al contexto internacional marcado por un encarecimiento del dólar, podrían ser razones para justificar un salto en el tipo de cambio, el principal motivo para poner en marcha una devaluación brusca debería ser un contexto en el que los salarios estuvieran altos en dólares, cosa que hoy en Argentina no sucede.

Así, mientras para un jubilado o un asalariado, una devaluación significaría la pulverización de sus ingresos, para ciertos sectores económicos sería beneficioso. "Están todos locos operando una devaluación", se queja una fuente cercana al Gobierno en la City.

Desde el Gobierno aseguran que se sienten cómodos por este tipo de cambio, que definen como un dólar competitivo, en referencia al oficial, que por estos días cotiza alrededor de $136,7 para la venta y $129 para la compra. Pero, en general, los analistas observan que lo que sucede realmente es que el contexto generado por las condiciones político-económicas se combinan para que el reclamo de ciertos sectores del mercado por una devaluación brusca tengan cierto asidero: lo que muchos definen como "a río revuelto, ganancia de pescadores".

El BCRA lleva hoy el tipo de cambio oficial a un ritmo cercano al 4,5% mensual.

Dólar oficial: por qué algunos presionan para que el BCRA devalúe

Así es como, según señala el economista Martín Carro a iProfesional, "hay sectores que seguramente están presionando para forzar una devaluación jugando para hacer subir el dólar, pero también es cierto que hay momentos en los que pueden actuar más que en otros" y eso es determinante para que unos u otros logren su cometido.

Carro explica que eso depende de la capacidad que tenga el Gobierno en cada etapa para mantener a raya el dólar oficial y los paralelos. Y, claramente, "este es un momento en el que el Gobierno tiene pocas herramientas para contener el dólar". ¿Por qué? Principalmente, por la escasez de reservas y por los compromisos que tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que no le da margen para intervenir los tipos de cambio. De hecho, mientras hasta noviembre de 2021 el BCRA venía interviniendo en el mercado del CCL, desde ese momento en adelante, cesó esa estrategia tal como contempla el acuerdo con el Fondo.

En ese escenario, tal como hemos visto, la semana pasada, se vio en la City una corrida cambiaria muy fuerte, con un blue que superó los $350 en algunos momentos y hasta se volvió a hablar de la posibilidad de que llegara a $400 en un corto o mediano plazo. Este lunes, en tanto, los dólares alternativos arrancaron algo más calmos, pero el mercado sigue mostrando un nivel alto de volatilidad y todo indica que aún estamos lejos de haber dejado atrás una presión devaluatoria.

Eso responde a varios motivos, uno de los cuales es la dificultad para captar dólares del Banco Central por estos días. Recordemos, que, aunque en las dos últimas jornadas logró comprar casi u$s100 millones, venía perdiendo u$s1.000 millones desde comienzos de julio, sobre todo, por el alto precio de la energía a nivel internacional, que está traccionando muchos dólares para cubrir las importaciones de ese insumo.

La liquidación de soja se ve demorada por estos días.

Liquidación de soja: otra presión para el BCRA

Pero, además, en las últimas semanas se vio una merma en la liquidación de la cosecha. De hecho, economista Pablo Ferrari menciona que Gustavo Idígoras, de Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina - CIARA, afirmó que se está en uno de los ritmos más bajos de liquidación de los últimos 20 años y hasta a los de la Resolución 125. Así, Idígoras estimó que hay cerca de 30 millones de toneladas de soja, que representan alrededor de u$s14.000 millones sin liquidar.

Eso dio motivos a muchas idas y vueltas entre el campo y el Gobierno en la última semana. Se habló, incluso, de un dólar especial para el agro, que se hizo real este martes finalmente con la decisión del BCRA de aprobar un nuevo instrumento para los productores agropecuarios que vendan su cosecha de soja que estará disponible hasta el 31 de agosto próximo.

Durante ese plazo, los productores de granos que liquiden soja podrán realizar un depósito a la vista en las entidades financieras por hasta el 70% del valor de la venta y recibir por él una retribución diaria atada a la evolución del tipo de cambio oficial, lo que se conoce como Dólar Linked. En tanto que, por el 30% restante, se permitirá la Formación de Activos Externos, al valor del dólar oficial más el impuesto PAIS y las retenciones a cuenta de Ganancias que percibe la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

Sin dudas, uno de los objetivos de lanzar este régimen de liquidación de granos es despejar la incertidumbre respecto de la posibilidad de que se vaya hacia una devaluación brusca del peso.

Lo concreto es que las condiciones económicas no ayudan por estos días a que el BCRA pueda acopiar dólares, pero el economista especialista en mercado de capitales Cristian Buteler opina que la entidad es gran responsable de esto ya que considera que "la brecha responde a la política monetaria que aplica el Gobierno, que emitió, trabó las importaciones y rechazó el dinero que los bancos querían poner en las Leliqs".

A lo que se refiere Bueteler con el último punto es realmente a la decisión del Central de aplicar distintas políticas que buscan derivar los fondos de los bancos hacia los bonos del Tesoro en lugar de que vayan hacia los instrumentos propios del regulador financiero.

Hay un exceso de pesos en el mercado.

La emisión empuja al dólar

También el economista Martín Kalos, de Epyca Consultores, apunta que "las subas que se ven en el último tiempo de los tipos de cambio paralelos se dan a raíz de una serie de anuncios del Gobierno". ¿Cómo cuáles? Pues se refiere a las trabas a las importaciones de fines de junio, principalmente, pero también a la decisión de subir el costo del dólar turista con la decisión de aumentar un 10% la percepción de Ganancias que se aplica a los gastos en dólares con tarjeta de crédito.

Asimismo, apunta que la emisión de pesos que están sobrando en la economía que viene de larga data y que se acentuó con el rescate de los bonos CER que tuvo que hacer el BCRA durante la gestión del anterior ministro de Economía, Martín Guzmán.

Por otro lado, Carro advierte que "no hay que descuidar el hecho de que venimos de un endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos, que hace que el valor del dólar suba a nivel internacional".  En ese contexto global, más el ruido político y las pocas herramientas que tiene hoy el gobierno explican la suba, aunque señala que, por estos días, puede estar sobregirada.

La diferencia entre los precios de los tipos de cambio es un riesgo para el BCRA.

Brecha cambiaria: se agranda y alienta la expectativa devaluatoria

"Ese es el caldo de cultivo para esta demanda de dólares paralelos alta que vemos en el último tiempo", dice Kalos. Esto se vincula, además, con un costo productivo alto a raíz de la poca previsibilidad de precios de reposición. "Todo esto va de la mano con el correlato de la ampliación de la brecha cambiaria, que también está en línea con la búsqueda de dolarizarse por fuera del mercado oficial de cambios", sostiene.

Zeolla considera en este sentido que, en una economía bimonetaria como la Argentina hay un componente muy relevante de la demanda de dólares que condiciona el sector externo que no va a desaparecer más allá de lo que suceda con la brecha cambiaría, pero asegura que "es innegable que cuando la brecha se amplia, tiene un rol sobre las expectativas devaluatorias".

Ante ese escenario, todos hablan de una posible devaluación al estilo 2014, cuando el entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, y presidente del Banco Central, Carlos Fábrega, decidieron convalidar una devaluación del peso de un 23%.

Pero eso no parece una opción viable para el Gobierno en este momento, sobre todo porque la brecha cambiaria llegó a superar por lejos el 100% y los niveles de inflación están muy por encima de los de ese momento.

Devaluar es un camino que no parece ser la solución.

La devaluación, un camino peligroso

¿Entonces, cuál es el camino? Para Carro, "lo que debe hacer el gobierno es tratar de evitar una devaluación brusca del tipo de cambio oficial para que no haya fuertes efectos regresivos en los ingresos de las personas" porque el tipo de cambio determina la mayoría de los precios de la economía. Y esto responde, principalmente, a que los insumos de la producción vienen muchos a través del comercio exterior, por un lado, y, por otro, a que los precios de los alimentos que exportamos se trasladan a los precios locales, como el trigo en el caso del pan, e inciden en inflación.

"Si devaluar fuera la solución, nuestro país debería ser Suiza porque ya hemos devaluado mucho a lo largo de nuestra historia. Eso no soluciona nada, a lo sumo, posterga los problemas", ironiza Buteler al respecto.

Coincide en el hecho de que la brecha presiona sobre la devaluación y frena la actividad porque muchos actores no saben qué precios poner porque no pueden estimar precios de reposición mientras que otros no pueden parar y hacen aumentos preventivos de precios, pero advierte que "las brechas no se acortan por el piso, sino por el techo".

Esto implica, según su opinión, que, si se hace una devaluación hoy la brecha podrá achicarse un poco, pero en breve, si no hay cambios en la política monetaria, volverá a dispararse en breve.  

Así, considera que la reducción de la emisión es un elemento esencial para frenar la aceleración del dólar y que la política debe estar enfocada en reducir el déficit fiscal, tal como se anunció, pero con hechos y no promesas. 

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