IPROFESIONAL ENTREVISTA

El precio del dólar oficial podría acelerarse: a partir de qué mes, según experto

Para analizar qué pasará con dólar e inflación, iProfesional entrevistó a Eduardo Fracchia, director académico del área de Economía de IAE Business School
FINANZAS - 27 de Febrero, 2024

El precio del dólar concentra todas las miradas de los analistas, porque se encuentra desde hace unas semanas en tensa calma debido a que la inercia tan alta de la inflación genera un atraso del tipo de cambio.

Al respecto, Eduardo Fracchia, profesor titular y director académico del área de Economía de IAE Business School, afirma a iProfesional que aunque el Ministro de Economía Luis "Toto" Caputo "lo niega, seguramente habrá otra devaluación hacia abril, ya que la inflación deteriora de modo permanente al tipo real de cambio".

-¿Cómo evalúa las medidas del Gobierno y el impacto que traen en la economía?

-El rumbo es positivo, dado que busca reformar un sistema económico con incentivos perversos. La mayoría de las medidas no se están pudiendo implementar porque se trabó la Ley Ómnibus. Por lo tanto, no hay un plan de Gobierno, sigue la incertidumbre. Será clave la concreción de la fusión con el PRO para mitigar el problema de gobernabilidad.

-¿Qué puede ocurrir con el precio del dólar hasta la liquidación de la cosecha?

-Para graficar la situación, las medidas que se han tomado van por el lado de licuar gasto público. Por eso, cede el déficit fiscal. Se intenta mitigar el tema complejo que dejaron las Leliqs, pero recién empieza la política pública para lograrlo, entre otras cuestiones, con menor tasa de interés. El recorte a las provincias con resistencia de los gobernadores es otra línea de trabajo como la reducción de los subsidios a nivel del AMBA y ahora también en el interior.

Todas estas medidas de menor gasto, unidas a impuestos polémicos, procuran reducir a cero el déficit fiscal, sin considerar el cuasifiscal, que es el más relevante. Por eso, el descenso del déficit es buena señal para mitigar la inflación, actúa como ancla junto a otra medida necesaria, que fue la devaluación del dólar comercial a $800. Caputo lo niega, pero seguramente habrá otra devaluación hacia abril, ya que la inflación deteriora de modo permanente al tipo real de cambio.

-¿Esto puede darle solidez al precio del dólar?

-Son medidas aún parciales, muy lejanas a un plan integral de estabilización, como los de la Convertibilidad, el plan Real o el plan Austral. Los dos primeros, con apoyo político de medio plazo; el tercero, sin espalda política.

Por eso, estas medidas de contención de gasto público con tipo de cambio cuasifijo actúan como señales. Podrán detener la hiperinflación y dar un sendero de mayor estabilidad recién a los dos años, como dice Milei. Veo cuatro años hasta llegar a una inflación anual de un dígito. Las medidas profundizan la recesión, la pobreza, la inequidad de ingresos y acrecientan un desempleo muy bajo para la actividad reinante.

Eduardo Fracchia, director académico del área de Economía del IAE Business School, considera que el dólar oficial volverá a subir en abril.

La cosecha de la Pampa Húmeda, Vaca Muerta con sus hidrocarburos y otros nichos de exportación, como el cobre y el litio, son realidades que suman y que pueden ir reconstituyendo reservas del Banco Central que permitirían salir del cepo a mediano plazo.

Mientras tanto, la brecha cambiaria va a la baja en el escenario de que llegan las medidas a implementarse. Eso, apoyado por una buena cosecha, podría dejar la simiente para terminar con esta diferencia de precios en los distintos dólares, buscando la unificación tan deseada del tipo de cambio comercial.

-¿Hay posibilidad de dolarizar?

-No se puede dolarizar porque las reservas crecen muy poco estos dos meses. Hace falta un número sustantivamente mayor para hacer la conversión de pesos a dólares. No hay alquimia para solucionar este punto. En la propuesta preferida de Milei, la de Ocampo y Cachanosky, no se presenta un modo claro para resolver este problema de stock de dólares en el Banco Central.

Para los economistas, disgusta la idea de dolarizar por los motivos reiterados del problema del prestamista de última instancia, miedo a las cuasi monedas, problema de los shocks externos con poca cintura para amortiguar dada la rigidez de un sistema como fue la Convertibilidad, de trágico final por su voluntarismo sin reformas de fondo, como la laboral.

También la pérdida del señoreaje, sobre todo si es una dolarización unilateral, es un problema.

-¿Qué escenario puede darse en el contexto actual?

-El escenario positivo de 50% de probabilidad presenta una salida de la estanflación en cinco años. Si la confianza se consolida, el rebote puede ser importante como lo fue durante 1992 a 1998 o desde 2002 a 2010. La moneda está en el aire y el partido lo dirime la capacidad de negociar, de sumar adeptos al ideal liberal, evitando embates a la gobernabilidad por parte del Congreso, de la CGT, de la Corte y de los sectores postergados en la calle, como hemos visto bastante en la región el último lustro.

El precio del dólar y la inflación en niveles tan altos preocupan al economista, por lo que establece distintos escenarios posibles.

Si no se llegan a implementar las medidas deseadas, se complica el plan como le ocurrió a Menem en 1989 y 1990. Había confianza, pero la economía estaba en recesión con inflación.

Entonces, si se van implementando las reformas y el plan de estabilización se estructura y comunica a la sociedad con una convicción clara y de shock, tendremos un descenso de la capacidad de compra de bienes de los dólares alternativos. Esto es, cae el tipo de cambio real de estos dólares que estuvieron en precios muy altos ante la desconfianza del gobierno populista saliente.

-Entonces, ¿qué rumbo puede tener la inflación?

-Si continúa el ajuste fiscal y se encara el tema Leliqs con ancla cambiaria que acompañe, se evita el riesgo de hiperinflación. En el relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que publica el Banco Central, se prevé 250% de inflación para 2024, parece un número bajo. Por eso, todo esto supone confianza en el programa con tendencia a la baja de inflación de un dígito para 2026 o 2027.

Si se traba el tema, tendremos megainflación con un panorama más similar a los años del proceso militar, los de Alfonsín o el arranque caótico de Menem. Este es un escenario que tiene un 30% de probabilidad.

Y con la dolarización se puede bajar la inflación de modo más drástico, pero ya nos referimos a las contraindicaciones del remedio monetario de los libertarios.-

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