¿Comprar o esperar?: Morgan Stanley recomendó qué hacer con los dólares hasta las elecciones
A solo unos días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, los pesos vuelven a arder en las manos. El dólar blue superó los $1.545, el MEP saltó a $1.591, el contado con liquidación (CCL) avanzó a $1.607, y el oficial mayorista ya roza los $1.490,50. Las brechas superan el 7% y reflejan un mercado que se cubre a toda velocidad.
Ni las intervenciones del Banco Central (BCRA) ni las recientes operaciones del Tesoro de Estados Unidos, que lleva semanas comprando pesos para sostener la banda cambiaria, logran estabilizar las expectativas.
En la City, el debate vuelve a ser el mismo de siempre: ¿conviene dolarizarse ahora o esperar?
En este contexto, un informe de Morgan Stanley, titulado "Argentina: Post-Election Scenarios – Thinking Through Options", analiza los distintos caminos posibles para la economía local y, sobre todo, para el tipo de cambio.
El banco estadounidense plantea tres escenarios según el resultado electoral, y concluye que independientemente de quién gane, el país deberá ajustar su política cambiaria para reconstruir reservas, equilibrar la cuenta corriente y recuperar acceso a los mercados internacionales.
Morgan Stanley: "Después de las elecciones, habrá un tipo de cambio más alto"
Según el equipo encabezado por Fernando Sedano, economista jefe para Latinoamérica —ex Brasil—, la estabilidad actual es insostenible sin una corrección del tipo de cambio. Las intervenciones coordinadas entre el Gobierno argentino (Tesoro BCRA) y el Tesoro estadounidense —que confirmó un swap line de u$s20.000 millones y compras de bonos en el mercado— apenas logran contener las tensiones antes de los comicios.
En su análisis, Morgan Stanley detalla tres escenarios posibles según el desempeño electoral de La Libertad Avanza (LLA) frente a Fuerza Patria (FP), con proyecciones concretas de crecimiento, inflación, cuenta corriente y tipo de cambio.
La variable clave, remarcan, será la capacidad política del Gobierno para mantener la continuidad del programa económico y conseguir respaldo legislativo para avanzar con reformas estructurales.
Escenario 1 – "Market Access": Milei gana o empata
En el escenario más favorable, LLA obtiene entre 35% y 40% de los votos, consolidando un bloque legislativo de hasta 90 diputados y alrededor de 14 senadores. En este caso, el Gobierno podría avanzar hacia una flotación administrada del peso una vez que se formalice la asistencia de Estados Unidos.
El tipo de cambio oficial se ubicaría cerca de $1.700 a fin de año y subiría a unos $1.900 en 2026, lo que permitiría equilibrar la cuenta corriente y comenzar un proceso sostenido de acumulación de reservas. Morgan Stanley prevé que el PBI crezca 4% en 2025 y 2,5% en 2026, mientras que la inflación bajaría al 18% anual en el segundo año.
La entidad considera que este escenario permitiría una reapertura gradual del mercado voluntario de deuda hacia mediados de 2026, con un retorno al financiamiento externo y una mejora del riesgo país hasta los 635 puntos.
En este contexto, el Gobierno podría avanzar con reformas laborales y tributarias, apoyado en una coalición con partidos de centroderecha, y consolidar una narrativa de normalización económica.
El informe sostiene que "una victoria de Milei no eliminaría los riesgos, pero ordenaría la corrección cambiaria y facilitaría el proceso de estabilización". Según sus proyecciones, el dólar debería ajustarse para reducir el déficit externo y permitir que el BCRA vuelva a comprar dólares.
Escenario 2 – "Muddle Through": derrota ajustada
El segundo escenario, considerado por Morgan Stanley como el más probable según los precios de los activos, plantea una derrota ajustada del oficialismo con 30–35% de los votos. En ese caso, la continuidad del programa económico sería parcial y las reformas avanzarían con dificultad, generando un panorama de alta volatilidad y bajo crecimiento.
El dólar se movería entre $1.800 y $2.000, suficiente para equilibrar la balanza comercial, pero sin margen para recomponer reservas en el corto plazo. La inflación se mantendría cerca del 23% anual y el crecimiento caería a 3,5% en 2025 y 2% en 2026.
El riesgo país, según el banco, se ubicaría entre 1.200 y 1.300 puntos, con los bonos argentinos operando en torno a u$s60, es decir, niveles que descuentan una situación intermedia -ni crisis ni acceso al crédito-.
La entidad advierte que la reacción inicial del mercado podría ser contenida, pero que "los inversores seguirán pidiendo señales concretas de gobernabilidad y apoyo político".
Si el Congreso se fragmenta y el oficialismo no logra acuerdos, el peso podría volver a depreciarse rápidamente.
Escenario 3 – "Reform Reversal": derrota amplia
El tercer escenario contempla una derrota contundente de Milei, con apenas 25–30% de los votos, lo que implicaría un Congreso más adverso y un programa económico paralizado. Bajo ese contexto, el tipo de cambio oficial podría saltar hasta los $2.200 o $2.500, acompañado de una inflación que volvería a superar el 40% anual y un retroceso de la actividad económica.
Para Morgan Stanley, este escenario supondría un ajuste desordenado, una corrección "de shock" con riesgo de recesión, suba de tasas y escasez de dólares. Los bonos caerían a valores de u$s35–40, el riesgo país escalaría por encima de los 3.500 puntos y el país quedaría sin acceso al financiamiento externo hasta 2027.
En términos políticos, la falta de gobernabilidad impediría avanzar con reformas y forzaría al Gobierno a administrar la crisis más que resolverla, mientras los capitales buscarían refugio en el dólar.
¿Es posible una dolarización?
Más allá de los escenarios, el informe dedica un apartado completo al tema de la dolarización, una de las promesas insignia del presidente Milei durante su campaña de 2023. Sin embargo, Morgan Stanley aclara que, con las reservas actuales, el país no tiene capacidad para convertir todos los pesos en circulación ni garantizar los depósitos bancarios.
Argentina necesitaría entre u$s21.000 y u$s86.000 millones, según el tipo de cambio de conversión y el nivel de encaje bancario elegido. Con reservas netas cercanas a u$s10.000 millones, la dolarización plena resulta imposible sin un fuerte apoyo externo.
Además, el banco remarca que se trata de un proceso que requiere legislación específica, reformas institucionales y consenso político. "No hay ejemplos de países de ingreso medio que hayan dolarizado exitosamente. La estabilidad monetaria no puede imponerse sin reservas ni credibilidad", advierte el documento.
El rol del Tesoro de Estados Unidos
Uno de los capítulos más relevantes del informe es el que analiza el paquete de asistencia estadounidense. Morgan Stanley detalla que el Tesoro de EE. UU. y la Reserva Federal (Fed) tienen la potestad de utilizar el Exchange Stabilization Fund (ESF), el mismo instrumento que se aplicó en 1995 para rescatar a México durante la crisis del "tequila".
En el caso argentino, el apoyo se estructuraría en cuatro frentes:
Según el informe, el swap sería el componente más inmediato y relevante, aunque su activación estaría supeditada a una devaluación del peso y un plan de acumulación de reservas. El paralelismo con México es evidente dado que allí, el apoyo se liberó una vez implementado un programa de ajuste acordado con el FMI.
En ese sentido, Morgan Stanley considera probable que el nuevo paquete financiero incluya una condicionalidad similar a la del Fondo, orientada a garantizar disciplina fiscal, control del gasto y flotación cambiaria.
Qué hacer con los pesos
Para el inversor —ahorrista— argentino, el dilema vuelve a ser el mismo: ¿dolarizar o esperar?
Morgan Stanley recomienda prudencia y diversificación, priorizando la liquidez hasta que se conozca el resultado electoral.
- Para los más conservadores, sugiere mantener pesos en cuentas remuneradas o money markets, que siguen pagando tasas cercanas al 40% TNA, combinando una posición dolarizada vía bonos o CEDEARs.
- Los perfiles moderados pueden apostar a instrumentos en dólares de corto plazo, como los Bonos Globales 2029 y 2030 (GD29 y GD30), o los Bonos duales (TTM26, TTJ26, TTS26, TTD26) que pagan el máximo entre TAMAR (Tasa Mayorista) y tasa fija.
- Para quienes asumen más riesgo, el banco considera atractiva la exposición a acciones de bancos y energía, que se beneficiarían de un escenario de flotación o apertura del cepo.
En cualquier caso, el consejo central es esperar al lunes post electoral antes de tomar decisiones grandes.
"La historia demuestra que posicionarse antes del evento suele ser menos rentable que hacerlo después, cuando el panorama político y cambiario se clarifica", afirma el reporte.
Dólar más caro
El consenso del informe no deja margen para dudas, después de las elecciones, el dólar será más caro. Lo que se define el 26 de octubre no es si habrá o no devaluación, sino la velocidad y el grado de orden con que ocurrirá.
Si Milei logra retener apoyo político y consolidar el respaldo de Washington, el salto cambiario podría ser controlado y funcional a un nuevo equilibrio macroeconómico.
Si no, el país podría volver a un ciclo de incertidumbre, inflación y recesión.