El número que sacudió a la City: la inflación se aceleró y el mercado debate qué pasará con el dólar
El dólar oficial opera este viernes 12 de diciembre a $1460, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negocia a $1437. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1508 ( 0,1%), y el MEP se ubica a $1476 (-0,1%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia, a $1450.
La economía argentina volvió a tensionarse luego de que el dato de inflación de noviembre se ubicara cómodamente por encima del 2% y reavivara una discusión que parecía momentáneamente apagada: cuál es el verdadero precio de equilibrio del dólar. En un contexto donde la política monetaria comenzó a relajarse tras el período electoral y donde las expectativas juegan un rol decisivo, el dato mensual volvió a sorprender al mercado y obligó a recalibrar estrategias en bonos, tasas y cobertura cambiaria.
Durante varias semanas, la dinámica de precios había logrado cierta estabilidad, aun sin un proceso de desinflación firme. Sin embargo, el salto de noviembre encendió alertas entre operadores, bancos y fondos de inversión: la inflación ya no se ubica en niveles cercanos al 2%, sino que empieza a tomarlo como piso, mientras el dólar oficial continúa anclado a un techo de bandas del 1% mensual. Esa brecha entre inflación y tipo de cambio es, para la City, un foco creciente de tensión.
Al mismo tiempo, la dinámica del mercado financiero acompañó la lectura más incómoda del dato: la curva de tasas ajustó posiciones, los bonos CER volvieron a ganar protagonismo y el dólar —tanto en su versión oficial como en las cotizaciones financieras— entró nuevamente en el centro del debate. La pregunta que circula hoy en mesas de dinero es simple, pero decisiva: ¿cuánto tiempo puede sostenerse este esquema cambiario si la inflación sigue firme por encima del 2%?
La inflación volvió a acelerarse y encendió la primera alarma
Desde la sociedad de bolsa Grupo SBS señalaron que la inflación de noviembre mostró una aceleración clara, alcanzando el 2,5% mensual, un nivel que superó las expectativas del mercado y cortó la tendencia de moderación que el índice había mostrado meses atrás. Para la sociedad de bolsa, el dato fue relevante porque implicó volver a un escenario en el que la inflación se sostiene firmemente por encima del 2% mensual, algo que no se registraba desde abril.
Los analistas destacaron que la inflación núcleo también se aceleró, ubicándose en 2,6%, impulsada fundamentalmente por aumentos en alimentos y servicios. Señalaron que este comportamiento reafirma que la inercia inflacionaria sigue presente y que los componentes más estructurales del índice no muestran señales claras de desaceleración.
En paralelo, los precios regulados avanzaron 2,9%, liderados por aumentos en combustibles y servicios públicos. La suba de estos rubros presiona sobre expectativas y eleva el nivel general del índice, aun cuando los precios estacionales se desaceleraron hasta el 0,4%, colaborando parcialmente a moderar el dato final.
Para el bróker Adcap, la cifra de 2,5% estuvo por encima del consenso, aunque en línea con su propia proyección. La sociedad de bolsa remarcó que el dato "sorprendió" al mercado y generó una reacción inmediata en la curva en pesos, con caídas en los tramos corto y medio y avances moderados en algunos bonos más largos. Su lectura coincide en que la presión principal provino de alimentos y regulados, mientras que estacionales aportaron poco al alza.
El mercado reaccionó: bonos CER al alza, tasas a la baja y el dólar en la mira
Desde Adcap explicaron que los bonos ajustados por CER extendieron las ganancias que ya venían mostrando, especialmente en los tramos corto y medio. Este comportamiento se asoció directamente con el dato inflacionario más alto y con la necesidad de los inversores de protegerse frente a un escenario de nominalidad persistente.
La entidad detalló que, a diferencia de meses anteriores donde la inflación sorprendía a la baja y calmaba al mercado, esta vez la reacción fue inmediata: la curva a tasa fija cayó y los inversores migraron hacia instrumentos que ajustan por precios. El mercado, según Adcap, interpretó que la dinámica inflacionaria tendrá un piso más elevado.
Por su parte, Grupo SBS agregó que las tasas reales de corto plazo se encuentran en terreno negativo, debido a que las tasas nominales continuaron descendiendo mientras la inflación trimestral móvil se mantiene firme. Esta combinación implica que algunos inversores comienzan a evaluar nuevamente estrategias de cobertura cambiaria, especialmente considerando que el dólar oficial se mueve a un ritmo muy inferior al de los precios.
SBS también subrayó que las condiciones monetarias se relajaron recientemente debido a cambios regulatorios —como ajustes en encajes y restricciones sobre fondos de money market— que aumentaron la liquidez del sistema. Aunque este alivio mejora el funcionamiento financiero, también puede trasladarse a mayor presión sobre los precios en el corto plazo.
La trampa de las bandas: inflación arriba del 2%, dólar al 1%
Para Grupo SBS, el principal canal por el cual la inflación puede impactar sobre el dólar es el de las expectativas. El esquema de bandas cambiarias vigente establece un techo con una devaluación máxima del 1% mensual, muy por debajo del ritmo actual de inflación. Esa diferencia, señalan, genera un desafío: mantener anclada la expectativa de devaluación sin que el mercado interprete que el atraso cambiario se vuelve insostenible.
Sus analistas remarcaron que el Gobierno enfrenta una tarea delicada: sostener la banda, acumular reservas y evitar que el tipo de cambio pierda competitividad real. Si el mercado percibe que esa ecuación deja de ser consistente, puede comenzar a exigir un precio más alto para el dólar, aun sin cambios formales en la política cambiaria.
Además, destacaron que existe margen para remonetizar la economía si se observa la relación entre agregados monetarios y actividad. Sin embargo, advirtieron que las autoridades probablemente esperen a ver cómo evoluciona la demanda de pesos antes de encarar una expansión más firme, ya que un movimiento prematuro podría acelerar aún más la nominalidad.
El diagnóstico es similar al que sostienen algunos operadores: mientras la inflación siga por encima del 2% mensual y el dólar avance al 1%, el mercado tenderá a revisar constantemente el equilibrio cambiario, incluso si el Banco Central logra mantener bajo control las operaciones en el mercado mayorista.
Diciembre ya muestra señales que preocupan
Desde Grupo SBS señalaron que los datos de alta frecuencia que monitorean para diciembre indican una marginal aceleración de la inflación núcleo en la primera semana del mes. Si bien la inflación general se mantiene estable en esos primeros registros, la proximidad de un mes estacionalmente más sensible —por consumo y por ajustes— podría sumar presión adicional.
Por su parte, Adcap proyectó una inflación de 2,3% para diciembre, pero advirtió que los riesgos están inclinados al alza, principalmente por aumentos en alimentos y en precios regulados. Su monitoreo semanal mostró que la primera lectura de diciembre se ubicó por encima de los promedios de los últimos meses, lo cual sugiere que el mes no comenzó "liviano".
Ambas lecturas confirman que el proceso de desinflación podría encontrar un freno temporal y que la inflación de corto plazo se mantendría en niveles incómodos. Esto es relevante porque, cuanto más rígida se vuelve la inflación, mayor es la presión que recibe el esquema de bandas cambiarias.
En ese contexto, la atención del mercado vuelve a concentrarse en el dólar. Los analistas coinciden en que, si la inflación no muestra una moderación clara y si las tasas reales permanecen negativas, la demanda de cobertura cambiaria podría aumentar, aun sin señales directas del Gobierno.
Un dólar vigilado minuto a minuto
La combinación de inflación firme, regulados al alza, tasas reales negativas y un dólar oficial que se mueve muy por debajo del ritmo general de precios configura un tablero en el que el mercado analiza cada movimiento con lupa.
Para Grupo SBS, la clave pasa por mantener ancladas las expectativas y por consolidar la acumulación de reservas, un elemento imprescindible para sostener el esquema de bandas y evitar presiones sobre la brecha cambiaria. El tipo de cambio real, señalaron, deberá adaptarse a esa estrategia más que a un objetivo independiente.
Adcap, en tanto, enfatizó que el dato de noviembre marcó un punto de inflexión para el mercado, que ahora observa con mayor sensibilidad cualquier señal que pueda impactar sobre el dólar.
En ese escenario, el interrogante vuelve a ser el mismo que recorre la City cada vez que la inflación sorprende: ¿el dólar actual es sostenible o deberá corregir? La respuesta dependerá de la inflación de los próximos meses, del ritmo de acumulación de reservas y de la capacidad del Gobierno de administrar la expectativa cambiaria sin romper el equilibrio financiero.
Por ahora, el mensaje dominante es claro: la inflación rompió los pronósticos y el dólar volvió a quedar en la mira.