Sueldos en dólares y jornadas más extensas: puntos clave de la reforma laboral de Javier Milei
La reforma laboral propuesta en Argentina permite pagar salarios en dólares (o moneda extranjera) y depositarlos en billeteras virtuales (como Mercado Pago) o bancos, por acuerdo entre empleador y trabajador, beneficiando a sectores exportables y flexibilizando el pago, pero también introduce cambios en indemnizaciones, banco de horas y negociación salarial.
Asimismo, la iniciativa busca "modernizar" los convenios colectivos de trabajo y habilitar el sistema de banco de horas, lo que habilita la extensión de la jornada laboral.
Reforma laboral 2026: pago de sueldos en dólares
Respecto al pago de sueldos, el proyecto de reforma laboral establece los siguientes cambios:
Pago en divisas: Se habilita el pago de sueldos en moneda nacional o extranjera (dólares, euros, etc), según acuerdo, quitando la obligación de solo pesos.
Billeteras virtuales: Los sueldos podrán depositarse en bancos o en Proveedores de Servicios de Pago (PSP) autorizados por el Banco Central, como Mercado Pago.
Negociación: Se permite acordar salarios variables, bonos y compensaciones ligadas a productividad o objetivos, además del sueldo base.
Beneficios no remunerativos: Se desdibuja la línea entre lo remunerativo y no remunerativo, permitiendo conceptos como viáticos, celular o transporte sin que cuenten como salario (aumentando el "sueldo de bolsillo").
Esta medida busca dar libertad, especialmente, a trabajadores de servicios exportables (software, consultoría, call centers), y reducir la brecha entre el costo para el empleador y lo que recibe el empleado, aunque genera debate sobre la pérdida de aportes y protección.
Reforma 2026: extensión de la jornada laboral
Un punto polémico de la iniciativa consiste la posibilidad de ampliar la jornada laboral. La propuesta indica que podría pasar de las 8 horas actuales a un máximo de 12 horas diarias. Esta modificación generó amplio debate sobre la calidad de vida de los trabajadores, la productividad y el equilibrio entre vida personal y profesional.
En cuanto al régimen horario, la estructura básica no se modifica: se mantienen las 8 o 9 horas diarias y las 48 semanales, pero con la posibilidad de organizar las horas de forma más flexible.
Puntualmente, el promedio semanal no se altera, pero la iniciativa permite acordar con el sindicato una distribución distinta. Por ejemplo, se podrían realizar jornadas de hasta 12 horas en determinados días, compensadas con descansos más largos en otros.
Reforma laboral: de qué se trata el "banco de horas"
La propuesta de reforma laboral también incluye la figura del banco de horas para dar mayor flexibilidad a la organización del trabajo, especialmente en sectores con actividad estacional o fluctuante.
Más precisamente, el banco de horas es un mecanismo de flexibilidad de la jornada laboral que permite acumular horas de trabajo adicionales realizadas por el empleado en una "cuenta personal" para luego compensarlas con tiempo libre o reducción de jornada en períodos de menor actividad, en lugar de pagarlas inmediatamente como horas extras.
El banco de horas se establecería mediante convenios colectivos de diversos niveles o incluso acuerdos individuales que permitirían negociar la distribución de la jornada.
En momentos de alta demanda o picos de producción, el trabajador podría extender su jornada (por ejemplo, trabajar 12 horas en lugar de 8 por 4 días), y esas horas adicionales se acumularían en el banco.
En períodos de baja demanda, el trabajador podría usar el tiempo acumulado para tomarse días feriados compensatorios o tener jornadas reducidas, sin que esto implique una disminución de su salario.
El banco de horas será una alternativa a las horas extras tradicionales, pero no las reemplazaría por completo. El Artículo 201 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) que regula los recargos del 50% y 100% por horas extras seguiría vigente, pero el convenio podría priorizar el banco de horas. En caso de no haber acuerdo, las horas seguirían pagándose con recargo.
El objetivo es adaptar la distribución de horas según los picos de producción de la empresa y permitir que los trabajadores recuperen tiempo libre después, equilibrando productividad y descanso.