Bancos están embuchados de dólares y buscan moverlos con urgencia: el mercado propone un "bono patriótico"
Con u$s35.500 millones depositados en el sistema financiero -un récord en lo que va del siglo-, los bancos se enfrentan a un problema inusual: cómo movilizar semejante liquidez. Y eso implica persuadir a los ahorristas de que se animen a hacer inversiones, apartándose de su típica actitud conservadora.
Es así que en los últimos meses se intensificó la comunicación de los mayores bancos del mercado con sus clientes, a quienes les ofrecen alternativas para "no dejar tus dólares quietos".
Por normativa del Banco Central, están encajados unos u$s15.900 millones, lo cual deja liberados casi u$s20.000 millones para su colocación en el mercado. Y se estima que hay préstamos otorgados por unos u$s18.000 millones.
La oferta que están haciendo los bancos a sus clientes incluye desde opciones conservadoras y de tasa muy baja, como los plazos fijos -pagan a 30 días una tasa nominal anual de 1,25%-, cuentas remuneradas que rinden 2% y hasta la posibilidad de invertir en la nueva vedette del mercado de capitales, las Obligaciones Negociables emitidas por empresas argentinas.
Es así que pequeños ahorristas tuvieron la posibilidad de suscribir, desde montos tan bajos como u$s100, en licitaciones como las de YPF, Pan American Energy, John Deere o Tarjeta Naranja.
Sólo en los últimos dos meses, la emisión de ONs corporativas superaron los u$s3.000 millones, lo que implica una acumulación de u$s8.000 millones a lo largo del año. Una buena proporción de las inversiones en estos títulos se realizan no a nombre de individuos, sino de manera indirecta, por la vía de los fondos comunes.
Según el último informe de la cámara que agrupa a estos fondos -datos a octubre- un 8% del total invertido correspondía a ONs. El monto es de $5,6 billones -u$s3.900 millones, al tipo de cambio actual-.
Se calma el apetito dolarizador
Claro que la mayor parte de los depósitos dolarizados permanecen en cajas de ahorro -las de liquidez inmediata- dado que suelen tener como uso principal el pago de servicios, entre los que destacan el turismo exterior y la compra de productos online.
En el informe del BCRA sobre el mercado cambiario de octubre, figura una demanda de u$s5.068 millones demandados por parte del público. Pero el comunicado siempre se encarga de recalcar que no debe confundirse esa demanda dolarizada con la "fuga de capitales", dado que parte de estos fondos quedan depositados en cuentas locales o son utilizados posteriormente para la cancelación de consumos con tarjetas en moneda extranjera.
La cuenta "servicios", que registró un nuevo déficit, por u$s1.008 millones, se explica en buena medida por los gastos de turismo -u$s625 millones- y los pagos de productos digitales -u$s422 millones. Del lado de los ingresos, los profesionales que trabajan para el exterior facturaron u$s246 millones que entraron al sistema financiero.
¿Se prolongará esta situación de depósitos crecientes en dólares? Los economistas creen que, en la medida en que se consolide la estabilidad cambiaria, la tendencia se revertirá o, al menos, se frenará en los niveles actuales. Sin riesgo devaluatorio a la vista, vuelve el atractivo por el ahorro en pesos, donde la expectativa es que las tasas se mantengan en terreno positivo.
"Las nuevas colocaciones de ONs por parte de empresas de mayor envergadura, si hubiera compradores locales, también podrían funcionar como un sustituto de depósitos dolarizados", observa un informe de la consultora LCG
Por lo pronto, esas expectativas parecen cumplirse: después de la elección legislativa de octubre, en los mayores bancos privados reportaron que hubo un movimiento de ahorristas que vendían sus dólares, al punto que el saldo de la compra minorista podría hasta dar una cifra negativa.
De confirmarse esa situación, sería una rareza y un punto de quiebre, después de las compras netas por u$s29.929 millones que realizaron los ahorristas argentinos desde abril, cuando se liberó el cepo para la compra de billetes verdes en el sistema bancario.
Y es en ese panorama que surge el gran interrogante del mercado: ¿aprovechará Toto Caputo la elevada liquidez en dólares para cumplir la exigencia de una suba de reservas? Sobre todo, después de haberse conocido nuevos informes de bancos globales -potenciales compradores de bonos de deuda argentina- sobre la necesidad de que el BCRA refuerce su posición.
Caputo mira los dólares de reojo
En pleno debate sobre si esa compra sería inflacionaria, se agregó otro tema a la discusión: hubo acusaciones de que se echó mano a dólares de los encajes -es decir, a los dólares de los ahorristas- para la cancelación de un Bopreal por u$s1.012 millones. Se trata de un bono nominado en dólares que, al inicio del gobierno se había emitido para ayudar a los importadores a cancelar sus deudas financieras.
Fue un hecho que exacerbó la polémica sobre qué actitud tomará Caputo ante las perspectivas de demora en el acceso al mercado internacional de crédito, mientras el calendarios de pagos no da respiro -en enero hay un abultado vencimiento de más de u$s4.000 millones-.
Y, de hecho, el debate de este momento incluye la posibilidad de que se emite un nuevo bono, también "hard dólar", para que los inversores locales vuelquen esa liquidez que hoy está en los bancos.
En las últimas licitaciones, sólo se había hecho ese tipo de emisiones para inversores externos, mientras que en el mercado local se emitían bonos en pesos ajustables por el tipo de cambio para quienes demandaban una cobertura por temor a la devaluación.
Un economista cercano al gobierno, Federico Domínguez, planteó que se podría copiar el esquema del Bopreal -que tenía el incentivo de ser aplicable al pago de impuestos- como forma de ayudar al Tesoro a hacerse de dólares sin tener que emitir pesos.
"De esa forma se elimina el riesgo de default y baja la tasa. Por ejemplo, se podría emitir un bono con vencimiento 2031, aplicable al pago d impuestos a partir de 2029. En un contexto de superávit fiscal, tiene sentido", argumenta Domínguez.
La propuesta de un "bono patriótico"
Otra propuesta que llamó la atención entre los expertos es la de Lucas Llach, exvicepresidente del BCRA durante la gestión macrista, quien argumenta que parte de los dólares del sistema bancario verían atractivo en un bono dolarizado que pague una tasa de 8%. El economista propuso un "bono patriótico" y presume que quienes tienen capacidad de ahorro y apoyan al gobierno de Milei lo suscribirían voluntariamente.
"Se le puede meter algún caramelo. Ejemplo: se puede usar para pagar impuestos valuado a dólar MEP a un precio en dólares que siga simplemente a la tasa a la que se emitió, independientemente del valor de mercado. (Me parece que por arbitraje esto garantiza que si se emite al 8% sube al 8% cada año)", fundamenta Llach.
Las respuestas pesimistas no se hicieron esperar. El exministro Hernán Lacunza le recordó que "más allá de que sea buena o mala idea, las palabras ‘bono’ y ‘patriótico’ no maridan".
En el mismo sentido, Carlos Rodríguez, ex rector de la Ucema y ex viceministro de economía, acusa a su colega de querer reciclar el ahorro forzoso aplicado en 1988, durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
La visión que predomina entre los ejecutivos de finanzas es que, en definitiva, estas propuestas van a terminar concretándose de hecho, pero no mediante bonos que adquieran los pequeños ahorristas, sino por colocaciones del Tesoro que sean adquiridos por los propios bancos.
"Los bancos podrán ir a la licitación usando esos depósitos en dólares que tienen. La participación de la gente será marginal (el que quiere tener bonos, ya los tiene). De la misma forma que los bancos fueron los grandes demandantes de ONs en dólares emitidas, demandarán bonos hard dólar del Tesoro", plantea uno de los ejecutivos con más prédica en el mercado.
Desde ese punto de vista, lo importante no será quién le presta los dólares a Caputo, sino que esos billetes queden depositados en el sistema, sin que se produzca otro retiro masivo por parte de los ahorristas.