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Por la devaluación del último año, Buenos Aires cayó 20 posiciones en el ranking de las ciudades más caras

La Capital Federal quedó en el puesto 152 de la clasificación de 200 metrópolis. Cuál fue el impacto de la pandemia en la movilidad de los ejecutivos
10/06/2020 - 08:10hs
Por la devaluación del último año, Buenos Aires cayó 20 posiciones en el ranking de las ciudades más caras

El impacto de la devaluación de la moneda en el último año se hizo sentir en la performance de Buenos Aires en el último ranking de costo de vida global que elabora la consultora Mercer, destinado a ser usado por las empresas cuando intentan expatriar a alguno de sus talentos ejecutivos.

A manos de la devaluación, la Ciudad de Buenos Aires entró en la lista de las ciudades más baratas para vivir (en dólares) ya que se ubicó en el puesto 153 de entre 209 metrópilis consideradas en la evaluación de Mercer.

En Santiago de Chile ocurrió un fenómeno similar: ocupa el puesto 134 del ranking de este año y tenía el lugar 79 el año pasado. Montevideo también se movió en la tabla ya que ocupaba el puesto 70 el año pasado. 

"Una vez más, Buenos Aires baja en el ranking de costo de vida debido a la devaluación del peso respecto al USD, que ha sido más significativa que el incremento de precios. El mismo efecto ocurrió en Santiago, que al momento de hacer el relevamiento había tenido una fuerte devaluación de su moneda respecto al dólar", señaló Ivana Thornton, Directora de Career de Mercer.

Como contracara, "si bien la recesión económica mundial comenzó a sentirse durante la primera parte del año, el fortalecimiento del dólar provocó un aumento de los costos para los expatriados en las ciudades estadounidenses. Como resultado de ello, las urbes de los Estados Unidos han ascendido en el ranking de las ciudades más caras este año. Nueva York (6) es la más cara del país, seguida por San Francisco (16), Los Ángeles (17), Honolulu (28) y Chicago (30). Winston Salem (132), en Carolina del Norte, sigue siendo la ciudad estadounidense más barata para expatriados", aclararon desde Mercer al analizar lo ocurrido con las metrópolis del continente americano.

En América del Sur, San Juan (66) se clasificó como la ciudad más cara, seguida de Puerto España (73), San José (78) y Montevideo (88). Managua (198) es la más barata de la región porque Caracas, en Venezuela, fue excluida del ranking debido a su compleja situación cambiaria.

Las ciudades más caras del mundo 

Hong Kong volvió a ser la ciudad más cara de acuerdo al ranking de Mercer
Hong Kong volvió a ser la ciudad más cara de acuerdo al ranking de Mercer

Según la "Encuesta de costo de vida 2020" de Mercer, Hong Kong encabeza la lista de las ciudades más caras para expatriados, seguida por Asjabad, Turkmenistán, situada en el segundo puesto.

Tokio y Zúrich se mantienen en el tercer y cuarto puesto, respectivamente, mientras que Singapur se ubica en el quinto, dos posiciones más abajo que el año pasado.

La ciudad de Nueva York ocupa el sexto puesto, tras escalar desde el noveno lugar. Nueva York, además, se utiliza como ciudad de referencia para todas las comparaciones, y las fluctuaciones monetarias se miden en comparación con el dólar estadounidense.

Otras ciudades que figuran entre las diez más caras para expatriados en el ranking de Mercer son Shanghái (7), Berna (8), Ginebra (9) y Beijing (10).

Y según se desprende de la encuesta de Mercer, las ciudades más baratas del mundo para expatriados son Túnez (209), Windhoek (208), Taskent y Biskek, ambas en el puesto 206.

Los datos fueron relevados en el mes de marzo; las variaciones de precios en muchos lugares no fueron significativas debido a la pandemia. La encuesta incluye más de 400 ciudades de todo el mundo; el ranking de este año abarca 209 ciudades de los cinco continentes y mide el costo comparativo de más de 200 artículos en cada ubicación, que incluyen vivienda, transporte, alimentos, vestimenta, artículos para el hogar y entretenimiento.

Movilidad de ejecutivos en pandemia

Los ejecutivos expatriados también fueron afectados por la crisis del COVID-19
Los ejecutivos expatriados también fueron afectados por la crisis del COVID-19

El ranking de Mercer es utilizado por empresas de todo el mundo para determinar las compensaciones de sus ejecutivos expatriados. Aunque la pandemia de COVID-19 complicó las estrategias implementadas para la movilidad de las personas. 

"Los cierres de fronteras, las interrupciones de vuelos, los confinamientos obligatorios y otras medidas a corto plazo han afectado no solo el costo de los bienes y servicios, sino también la calidad de vida de los asignados", observó Ilya Bonic, presidente del negocio de Career y director de Estrategia de Mercer.

"El cambio climático, las cuestiones relacionadas con la huella ambiental y los retos que enfrenta el sistema de salud han obligado a las multinacionales a analizar de qué manera los esfuerzos de una ciudad en torno a la sostenibilidad pueden repercutir en las condiciones de vida de sus trabajadores expatriados. Las ciudades que prestan especial atención a la sostenibilidad pueden mejorar considerablemente los niveles de vida, y esto a su vez puede mejorar el bienestar y el compromiso de los empleados", añadió.

La encuesta de Mercer revela que los costos de bienes y servicios varían con la inflación y la volatilidad de la moneda, en algunos casos aumentando y en otros disminuyendo los costos de las asignaciones en el extranjero.

"Las fluctuaciones bruscas en los tipos de cambio se deben principalmente al impacto del COVID-19 en la economía mundial", afirmó también Yvonne Traber, líder de Soluciones de Productos de Movilidad Global de Mercer. "Esta volatilidad puede llegar a afectar a los empleados móviles de diversas maneras, desde la escasez de bienes y servicios y ajustes de precios, hasta interrupciones en la cadena de suministro, o aquellos casos en que los empleados reciben su remuneración en la moneda del país de origen y necesitan cambiarla en el país de destino para realizar compras locales", sentenció.

Como consecuencia del COVID-19, la disrupción social y económica ha obligado a las organizaciones a revaluar sus programas de movilidad global, centrándose en el bienestar de sus empleados expatriados.

A medida que aprovechan las nuevas modalidades de trabajo, los cambios tecnológicos y las formas de pensar más flexibles, las organizaciones analizan formas alternativas de asignaciones internacionales, además de los programas de movilidad tradicionales, con el fin de mantener sus fuerzas laborales y sus operaciones en el extranjero.

A pesar del deseo de crecer y expandirse globalmente en medio de la incertidumbre de una crisis sanitaria y económica, las reducciones de salarios y de personal, así como los cambios en los programas de beneficios, han dificultado las estrategias de expansión en el extranjero. A medida que las organizaciones reexaminan su disponibilidad de talento, sus programas de movilidad y sus paquetes de remuneración, con la mirada puesta en el equilibrio entre la empatía y la economía, resulta esencial contar con datos precisos y transparentes para ofrecer una compensación justa por todo tipo de asignación de movilidad, sin perder de vista los cambios derivados de la actual pandemia y la consecuente volatilidad del mercado.

"La pandemia de COVID-19 nos recuerda que enviar y mantener a los empleados en asignaciones internacionales es una gran responsabilidad y una tarea difícil de gestionar", Bonic. "En lugar de apostar por un dramático resurgimiento de la movilidad, las organizaciones deberían prepararse para redistribuir sus fuerzas laborales móviles, liderando con empatía y teniendo en cuenta que no todos los expatriados estarán preparados o dispuestos a trasladarse al extranjero", apuntó.

"En el corto plazo, es posible que la preparación para este nuevo enfoque implique la reubicación de los asignados que han sido repatriados", advierten desde Mercer.

En el mediano plazo, la prioridad será realinear la fuerza laboral móvil con nuevos modelos económicos centrados en cadenas de suministro más cortas, un mayor número de asignaciones regionales y una renovada necesidad de formar talentos.

Además de estas preocupaciones, la información relativa al costo y lugar de las asignaciones en todo el mundo será un factor crítico después de la crisis.