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Por problemas de liquidez, una petrolera argentina se encuentra al borde del default

Afectada por la devaluación y el actual contexto económico no pagó la primer cuota de un préstamo por u$s80 millones otorgado por un grupo de bancos
30/01/2019 - 05:22hs
Por problemas de liquidez, una petrolera argentina se encuentra al borde del default

La petrolera Medanito, que ocupa el puesto 18° entre las 59 empresas que operan en el sector hidrocarburífero nacional, quedó al borde del default al no pagar la cuota de un préstamo sindicado por u$s80 millones con un grupo de bancos que encabeza el Credit Suisse International.

Las entidades financieras habían aceptado la cesión del préstamo con vencimiento en el 2022 para que la empresa lograra regularizar deuda con proveedores, cancelar vencimientos financieros y encarar inversiones en Vaca Muerta, en Chañares Herrados (Mendoza) y Medianera (Río Negro).

Ahora, sus accionistas debieron acordar el diferimiento del pago de una cuota de capital e intereses de ese crédito por u$s5,5 millones que venció el pasado 25 de enero y que los acreedores accedieron a suspender por 20 días en el marco de un convenio denominado Stand Still o Acuerdo de Espera.

Medanito es una de las petroleras argentinas más importantes, opera 13 áreas en Neuquén y Río Negro, siete de las cuales las recibió como concesión de explotación y el resto bajo diferentes regímenes de exploración, tanto en horizontes convencionales como no convencionales.

Mediante un comunicado enviado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la compañía informa que el incumplimiento se debe a que la sociedad “se encuentra atravesando un momento de alta iliquidez debido, entre otros factores, al contexto macroeconómico actual”.

Además del Credit Suisse, como organizador y agente, el dinero del préstamo fue otorgado por otras entidades como la filial local del Credit Suisse; el Banco Ciudad; Itaú; Unibanco Nassau Branch; HSBC Bank Argentina y el BICE.

El préstamo debe ser amortizado en 15 cuotas trimestrales, comenzando con la que la empresa logró diferir para mediados de febrero, y venciendo la última en octubre del 2022. Tiene además intereses trimestrales, con una tasa anual equivalente a Libor más 10% de margen.

Según el contrato, los fondos se destinaron a la precancelación de deudas y a financiar actividades de perforación, explotación y exploración en yacimientos propios y a la adquisición de bienes de uso y a capital de trabajo.

Pero con la firma del acuerdo de diferimiento del pago del crédito, la empresa y los acreedores buscarán una salida coordinada para celebrar un nuevo convenio de refinanciación del préstamo sindicado con el objetivo de que sea cancelado, resguardando el valor de la compañía, dándole sustentabilidad operativa y financiera y promoviendo la continuidad de los puestos de trabajo.

“Es intención de la sociedad sanear prontamente la situación financiera por la que atraviesa con la cooperación de todos sus acreedores”, asegura el documento que la compañía envió a las autoridades de la Bolsa porteña.

De todos modos, no será una tarea fácil para sus accionistas si se tiene en cuenta los problemas de liquidez que viene sufriendo desde hace ya un año y que la llevaron a comprometer su modelo de negocios y a elevar el riesgo de ejecución de sus proyectos en el país.

Incluso en su último balance anual presentado a la Bolsa de Comercio, la empresa admite que ha incurrido en “pérdidas recurrentes en los últimos cuatro ejercicios” y que, como consecuencia de esa situación, “el patrimonio arrojó una posición negativa de $1.609 millones, lo cual encuadra a la sociedad en los artículos de la Ley de Sociedades vinculados a los causales de disolución”.

Además, presenta un capital de trabajo negativo de $3.802 millones y sus filiales Chañares Energía y Flargent también atraviesan una delicada situación financiera y con dudas significativas sobre su capacidad para continuar con empresas en funcionamiento.

Para buscar una solución, viene tomando medidas como la revaluación de pozos y gasoductos por $1.731 millones, la reducción de activos improductivos u la venta de algunos de sus inmuebles por $28,2 millones; además de la cesión de participación en la UTE Lindero de Piedra y la revisión de sus costos.

Ya en agosto del 2018, la calificadora de riesgo FixScr le redujo la nota a la compañía desde CCC a CC, una calificación que evidencia que se encuentra muy vulnerable a incumplimientos de pagos de sus deudas en los próximos meses.

Se trató de un anticipo de lo que finalmente ocurrió con esta empresa que evidencia una frágil situación de liquidez teniendo en cuenta que su necesidad de financiamiento adicional para frenar la caída de su producción y un flujo libre de caja consistentemente negativo la llevaron a contar con una rígida estructura de capital que ha elevado el riesgo de refinanciación.

En mayo del año pasado, otro informe de la misma calificadora había advertido que durante el primer trimestre, la compañía "no logró realizar las inversiones para evitar el declino de la producción y la producción de petróleo y gas cayó un 20% y 31%, respectivamente, respecto al mismo período del año anterior".

En ese momento, la perspectiva "negativa" para Medanito se basaba en la incertidumbre asociada al riesgo de ejecución “por no contar con los fondos suficientes para realizar las inversiones necesarias y ante un altísimo riesgo de refinanciación".

Fix mencionaba además la "débil estructura de capital" de la empresa, ya que el 90% de la deuda financiera, que totaliza u$s110 millones, se encuentra garantizada, con servicios crecientes, de u$s11 millones en lo que resta de 2018 y otros u$s45 millones en 2019.

De hecho, la empresa analizó la posibilidad de vender varios de sus activos estratégicos y un aporte de capital de sus socios para revertir su situación, afectada por la devaluación del peso registrada entre junio y septiembre sobre una deuda de US$ 120 millones.

Ese salto del dólar de 28 a 41 pesos registrado entre junio y septiembre quedó registrado en los estados financieros de la empresa como un patrimonio neto negativo de $1.700 millones, según comunicó al cierre de resultados del tercer trimestre.

En ese momento, los estados financieros consolidados e individuales anuales concluyeron con pérdidas mayores al 15% del patrimonio neto, lo cual encuadra a la sociedad en las disposiciones de la Ley de Sociedades como causal de disolución. Frente a esta situación, sus accionistas comenzaron a analizar alternativas estratégicas como la venta de ciertos activos estratégicos y un aporte de capital que mejoren su estructura financiera y patrimonial.

Medanito se dedica a la exploración y explotación de petróleo y gas natural con participación en el desarrollo de horizontes no convencionales, captación y procesamiento de gas natural y generación de energía eléctrica.

Si se tiene en cuenta el documento de Fitch, la sociedad atraviesa retrasos por la falta de fondos para continuar impulsando el crecimiento de la producción y el desarrollo de su base de reservas.

En este sentido, exporta la mayor parte del gas licuado de petróleo (GLP) a Chile a clientes con los que opera hace más de 20 años. De manera adicional, lleva adelante actividades complementarias como la venta de combustibles y energía, todo lo cual suma ingresos anuales "relativamente estables" de alrededor de u$s40 millones anuales, de acuerdo al informe de la calificadora.

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