iProfesional

Synopsis: "El resultado electoral y la situación económica lleva a pensar que el retorno al poder de Cambiemos no estaría lejos"

El analista político y director de la consultora Synopsis, Lucas Romero, opina sobre los desafíos inmediatos de Alberto Fernández y de Mauricio Macri
06/11/2019 - 06:14hs
Synopsis: "El resultado electoral y la situación económica lleva a pensar que el retorno al poder de Cambiemos no estaría lejos"

Lucas Romero, analista político y director de la consultora Synopsis, le brindó una entrevista a iProfesional donde detalla cómo estipula que Alberto Fernández armará su gobierno en base a la coalición heterogénea que conforma el Frente de Todos.

"Viendo lo que sucede en Chile, el proceso electoral en Argentina funcionó como una suerte de calmante de la conflictividad social", acota este Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad del Salvador  y ex integrante de la consultora Ecolatina.

-¿Cómo analiza el resultado político que dejaron las elecciones?

-Creo que éste es un proceso electoral que los historiadores, cuando pase el tiempo y se pueda tomar perspectiva, van a analizar y explicar, básicamente, por dos factores. El primero es la crisis económica y el proceso recesivo que tanto ha venido castigando el bolsillo de los votantes. Hace prácticamente 20 meses que tenemos caída sostenida del salario real, algo que ha sido un factor decisivo para limitar las posibilidades del oficialismo. Es difícil encontrar el antecedente de un oficialismo en una democracia moderna que pueda salir victorioso en este contexto económico.

El segundo factor explicativo es la relativa unidad del peronismo, digo relativa porque se podría señalar a Lavagna como una expresión disidente. Pero, en todo caso, los niveles de unidad alcanzados en el peronismo han sido letales desde el punto de vista electoral. Sobre todo si uno mira los antecedentes, en los últimos 20 años en Argentina todos los candidatos presidenciables de extracción peronista sumados sacaron en promedio cerca de 60% de los votos. Con lo cual sería una suerte de axioma difícil de doblegar que si el peronismo se une se vuelve invencible en Argentina. En resumen, esto combinado con el contexto económico explica la derrota del oficialismo y el triunfo del Frente de Todos.

-¿De qué manera cree que será la transición hasta el 10 de diciembre?

-Toda transición es una negociación entre dos actores sobre la base de sus propias necesidades. Y acá hay dos claras: una es la de Macri, de terminar lo mejor posible, y que no se cumpla esa sentencia que un gobierno no peronista no puede terminar bien su mandato. Por el lado de Alberto Fernández, su objetivo es comenzar lo mejor posible en un contexto muy delicado y muy desafiante. Me imagino una transición en la que posiblemente haya tensiones porque el gobierno entrante va a querer que el gobierno saliente tome algunas unas decisiones que ellos no van a querer hacer cuando ingresen al poder. Creo que la actual gestión va a tratar de evitar, entre otras cosas, subir impuestos o retenciones, que podría ser las aspiraciones de la próxima.

Pero igual hay un punto de equilibrio entre las dos necesidades, que tiene que ver con las reservas del Banco Central. Por eso vimos un fortalecimiento del control cambiario que apunta específicamente a cuidarlas. Macri y Fernández necesitan en este factor tranquilidad, uno para terminar y el otro para empezar su mandato.

Además, veo posible algún entendimiento en cuanto al tema de la deuda, algo que facilite los diálogos y negociaciones que ya pueda encarar Fernández en esa materia. No me extrañaría que ya podamos tener algún avance en ese sentido. En definitiva, estamos teniendo una transición que no veo que sea traumática pero seguramente va a tener algún elemento de tensión sobre quién asume los costos de las decisiones que se deben que tomar.

-¿Cuál es el panorama desde el punto de vista de la conflictividad social?

-Me parece que en el contexto de las cosas que están sucediendo a nivel regional, creo que la Argentina ha logrado mantener en cauce la conflictividad social, en un momento económico complejo, porque teníamos un proceso electoral por delante, que siempre es la mejor instancia de participación y de encausamiento de esta tensión, un calmante.

Cuando alguien tiene una demanda insatisfecha y entiende que no se le está dando respuesta por la vía de los canales institucionales, siempre una elección por delante es lo mejor opción para incidir e interceder. Por eso, hasta que el nuevo gobierno asuma y eventualmente empiece a tomar medidas, no creo que la conflictividad se desborde y que tengamos alguna situación social fuera de los cauces o canales institucionales para poder resolverlos. Todo se va a subsumir a los desafíos económicos delicados que condicionarán la dinámica política.

-¿Cómo piensa que puede ser el reparto de poder en el peronismo?

-El Frente de Todos es un frente electoral muy amplio, muy heterogéneo, integrado por actores muy diversos, y el desafío para Alberto Fernández es transformarlo en una coalición de gobierno. Ese proceso implicará tratar de lograr autoridad política, capacidad de conducción, y lograr centralidad política, es decir, concentrar el proceso de toma de decisión. No tener que andar discutiendo con socios y aliados permanentemente para decidir, más allá que se deberán consultar algunas cosas.

Claramente vamos a ver en la primera etapa un proceso donde Alberto Fernández va a ir construyendo esa autoridad política, esa autonomía, y empezará a ir definiendo la identidad de esa coalición de Gobierno. El desafío va a ser cómo construir esa identidad en una coalición que va a tener miembros muy importantes y, en particular, el kirchnerismo adentro.

Este último es un espacio político con un liderazgo muy claro como el de Cristina Kirchner, con una identidad muy clara y con una buena parte del electorado adhiriendo a ese especio político. Entonces, el reto será diluir esa identidad en una coalición más amplia, y ahí Alberto puede ver en los gobernadores y en los peronistas no kirchneristas a los actores que lo ayuden a compensar y a balancear un poco la relación de equilibrio dentro de la coalición de Gobierno.

-¿Cómo ve que Alberto Fernández pueda manejar el poco margen de su victoria si la economía no mejora en lo inmediato?

-La foto que se vio el domingo de las elecciones es segada de lo que es el Frente de Todos e interpreto lo que Alberto Fernández va a querer evitar: que efectivamente su gobierno esté identificado con el kirchnerismo porque eso va a complicar su relación con los otros socios de la coalición, fundamentalmente con los gobernadores, de los cuales entre los más importantes se encuentran Bordet, Perotti y Schiaretti, que en sus propias provincias ganó Macri. Y probablemente en la base electoral, los votantes que eligieron a estos gobernadores, son votantes de Macri.

Por lo que si la coalición de Gobierno de Fernández empieza a asumir o adoptar una identidad kirchnerista, probablemente eso sea un elemento que aleje a estos actores del apoyo sostenido a la nueva gestión. Por eso será clave para Fernández administrar esta relación de equilibrio dentro de su coalición y darle una identidad propia al Frente de Todos.

-Cambiemos perdió la Casa Rosada pero ganó poder en el Congreso, ¿cómo lee esto?

-Creo que el resultado electoral arroja algunas consecuencias positivas para Cambiemos. En primer lugar, lógicamente, es un espaldarazo, no sé si al liderazgo de Macri, pero sí a su protagonismo. Habrá que ver luego cómo los socios y aliados que formaron parte de Cambiemos procesan su nuevo rol opositor y qué liderazgos se reconocen. En todo caso, es un resultado que le asegura a Macri tener protagonismo político en el corto y mediano plazo.

Además, y creo esto es lo más importante, que más allá de ser un espaldarazo para Macri, el resultado electoral es un gran motivador para que esa coalición permanezca unida. Es un mensaje que en algún punto los dirigentes de Cambiemos deberán recoger en clave de una demanda de que ese espacio político se conserve en base a lo que pueda venir. En este punto hay que interpretar la decisión de Carrió, que puede ser propia pero pudiera ser una decisión buscada por los miembros de la coalición, de tratar de eliminar aquellos elementos disruptivos para mantener la unidad.

Es que el resultado electoral y la situación económica debería llevarlos a pensar a los miembros de Cambiemos que el retorno al poder no necesariamente estaría lejos. Si Alberto Fernández no logra dominar la economía y las diferencias internas de su coalición empiezan a visibilizarse, no descarto que podamos tener un cambio de tendencia electoral nuevamente en la elección de 2021 y un escenario competitivo en la 2023.

-¿Cómo puede armarse en este contexto la oposición?

-La oposición tiene en algún punto los mismos desafíos que el próximo oficialismo, que es tratar de conservar la unidad. También la amenazan divisiones internas y peleas por liderazgos. Es una oposición muy presente, con capacidad y recursos para dar la pelea política. La novedad a lo que hemos visto de Cambiemos me parece es que esta suerte de "peronización" que vimos de cara al desafío electoral, con la incorporación de Pichetto, es un elemento que vino para quedarse.

Quizás haya un interés por parte de Macri de darle algún rol a algún sector residual del peronismo que podría sumarse a esta construcción de Cambiemos, y en eso el rol de Pichetto puede ser muy importante para lo que venga.