La reunión de la mesa política del Frente de Todos le sirvió al oficialismo para dar la primera muestra de unidad en mucho tiempo, con la presencia del presidente Alberto Fernández y Máximo Kirchner en el mismo salón después de casi un año sin verse las caras. Ese fue el gesto que marcó el inicio de una tregua que, sin embargo, quedó condicionada por la insistencia del ala K con la "proscripción" de Cristina Kirchner y un nuevo "operativo clamor".

El encuentro en la sede del PJ nacional empezó poco antes de las 20:00 y terminó pasadas las 02:00 de este viernes, con la asistencia de 33 dirigentes y funcionarios de todas las tribus de la alianza oficialista. Fue un paso para empezar a imitar de algún modo la dinámica de Juntos por el Cambio: mantener la unidad, a pesar de las enormes diferencias de fondo y las fuertes peleas, para disputar las elecciones en condiciones competitivas.

Del encuentro surgió un documento que, bajo la insistencia de los representantes del kirchnerismo en la mesa en "U" que se montó en la sede justicialista, se enfocó más en la "proscripción" de Cristina Kirchner que en las reglas de juego electorales. El motivo es que ese sector ya pone en marcha un operativo para que la vicepresidenta revea su postura y vuelva a ser candidata.

"Quienes integramos esta mesa tenemos como responsabilidad disponer las acciones necesarias para impedir la proscripción de la compañera vicepresidenta, cuyo liderazgo y potencia electoral no nos puede ser arrebatado", subrayó el texto titulado "Democracia sin proscripciones, unidad para transformar".

Más abajo, resaltaron el concepto de "unidad en la diversidad" y dejaron casi para el final el pronunciamiento que más interesaba a Alberto Fernández: "Las PASO son la herramienta institucional creadas por nuestro gobierno durante el 2010 para abrir la participación de los partidos y sintetizar las diferentes visiones de un proyecto común". La definición sobre quién o quiénes se presentarán es clave, pero se posterga mientras el ala K rescata el operativo "Cristina 2023".

La mesa del Frente de Todos y una unidad forzada, con tensiones latentes

La llegada de Máximo Kirchner junto al ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, fue la señal que dio el kirchnerismo de su disposición para una tregua, pero bajo sus propias condiciones. El diputado había dejado trascender que no participaría y su asistencia tomó por sorpresa a Fernández e incluso a algunos de los otros representantes de Cristina Kirchner en el encuentro, según indicaron fuentes del oficialismo a iProfesional.

La sorpresiva aparición de Máximo Kirchner fue la señal de una tregua pero bajo las condiciones del kirchnerismo 

El cambio de postura, según evaluaron, se debió a la decisión de jugar a fondo para que el frente rechace "la proscripción de Cristina" en el documento final. "Él más que nadie tenía que estar para defender la postura del kirchnerismo sobre la situación judicial de Cristina", deslizó una fuente del espacio.

La otra lectura que hicieron algunos de los asistentes al encuentro fue que la sorpresiva concurrencia del diputado es una señal de "fumata blanca" para empezar a ordenar la interna del oficialismo en medio de las diferencias y los recelos que persisten. Con el correr de las horas se vio el doble juego: preservar la unidad, pero defender el liderazgo de Cristina Kirchner.

La diferencia entre la "unidad en la diversidad" del Frente de Todos y la de Juntos por el Cambio es que en la alianza opositora sobran los candidatos presidenciales por parte de los distintos sectores y en la oficialista faltan, aunque todos amagan.

Fernández mantiene latente la posibilidad de ir por su reelección aunque no la confirma; la vicepresidenta Cristina Kirchner se considera proscripta por la Justicia mientras sus seguidores maduran un nuevo operativo clamor con destino incierto y el ministro de Economía, Sergio Massa, repite que él no será, aunque varios lo esperan.

"Cristina 2023": el operativo para convencer a la vice, que incomoda a Fernández

Es por ese motivo que el documento de la reunión intentó ofrecer una solución salomónica que gana tiempo: a favor de Fernández, la habilitación de las PASO a pesar de que esto no conforma a una parte del oficialismo que brega por un candidato de unidad, y a favor del kirchnerismo, el rechazo a la condena judicial y la inhabilitación para ejercer cargos públicos que la vicepresidenta considera una "proscripción", a pesar de que no lo impide ser candidata.

Ese último punto es lo que mantiene la tensión en la alianza de gobierno y estira la definición sobre las candidaturas, dado que el kirchnerismo lo toma como punto de partida para relanzar la campaña a favor de Cristina Kirchner, como lo demostró al pegar afiches en los alrededores de la sede del PJ con la leyenda "Proscripción un carajo! Cristina 2023".

El Frente de Todos patea la definición de las candidaturas mientras activa el operativo "Cristina 2023"

Durante el encuentro, algunos integrantes de la tropa K propusieron armar una comisión para que vaya a ver a la vicepresidenta y le pida que vuelva a ser candidata presidencial. Nadie se opuso, ni siquiera el "albertismo", que apoya con menos intensidad.

Fernández no se baja de la posibilidad de ir por su reelección pero sabe, al igual que el resto, que si Cristina Kirchner decidiera finalmente jugar ningún otro dirigente le competiría en las PASO. Ahora, todos seguirán con atención los preparativos para el acto del 24 de marzo que organiza el kirchnerismo y para el cual se prevé la reaparición de la vicepresidenta.

El "cumpleaños" de Máximo y un deshielo difícil

La reunión coincidió con el cumpleaños de Máximo Kirchner, el asistente sorpresa del encuentro. Según supo iProfesional, fue la excusa perfecta para que Rossi, que llegó junto al Presidente al encuentro, intentara romper el hielo con un saludo por la ocasión al diputado. El flamante jefe de Gabinete, al igual que otros, lo abrazó. Con el mandatario el saludo fue algo más frío.

El deshielo, en efecto, no fue fácil. La reunión se extendió mucho más de lo previsto y el horario para difundir el comunicado se fue corriendo. Alrededor de las 21:00 los dirigentes del Frente de Todos picaron algo y comieron unos sanguchitos de miga, creyendo que el final estaba cerca. Pasadas las 23:00 tuvieron que pedir café.

El encuentro terminó de madrugada. La discusión fue más larga de lo que muchos de los asistentes esperaban, en parte, porque el ala K fue decidida a marcar el tono del documento final que se difundió. Al cierre de esta edición la "foto familiar" todavía no se había difundido.

Los asistentes a la reunión

Alberto Fernández estuvo acompañado por el flamante jefe de Gabinete, Agustín Rossi; Santiago Cafiero; Juan Manuel Olmos; Victoria Tolosa Paz; Fernando "Chino" Navarro; Julio Vitobello, todos funcionarios de su entera confianza.

Por la tropa kirchnerista, encabezada por Máximo Kirchner y el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, estuvieron los referentes de La Cámpora Andrés "Cuervo" Larroque; Anabel Fernández Sagasti y Mayra Mendoza, aunque el elenco K también se conformó con los sindicalistas Hugo Yasky, Sergio Palazzo y Abel Furlán, quienes piden por la candidatura de la vicepresidenta.

El massismo, cuyo líder fue uno de los últimos en llegar, estuvo representado por Malena Galmarini; Cecilia Moreau; Diego Giuliano; Rubén Eslaiman y Juan Andreotti.

Por los gobernadores se sentaron a la mesa Axel Kicillof (Buenos Aires); Gerardo Zamora (Santiago del Estero); Gustavo Bordet (Entre Ríos); Jorge Capitanich (Chaco) y Mariano Arcioni (Chubut) y en representación de la CGT los triunviros de la central gremial Héctor Daer y Pablo Moyano.

En tanto, los intendentes bonaerenses fueron representados por Mario Secco (Ensenada); Fernando Espinoza (La Matanza); Alberto Descalzo (Ituzaingó); Mariel Fernández (Moreno) y Lucas Ghi (Morón).