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La brecha entre dólar blue y oficial está por las nubes, pero el Gobierno "compró algo de tiempo", según experto

El director ejecutivo de la consultora Seido, Matías Carugati, se refirió a la estrategia del Gobierno para dar señales a futuro y "aguantar" hasta 2021
14/11/2020 - 16:35hs
La brecha entre dólar blue y oficial está por las nubes, pero el Gobierno "compró algo de tiempo", según experto

Matías Carugati, director ejecutivo de Seido, charló con iProfesional sobre los datos relevantes de la semana. La relativa estabilidad cambiaria y la preocupante dinámica inflacionaria fueron los ejes del diálogo. 

El economista reconoció el diagnóstico que el ministro de Economía, Martín Guzmán, hace sobre la economía y sus declaraciones sobre lo que se propone hacer. No obstante, duda de las posibilidades de consolidación fiscal de cara a 2021, donde las elecciones legislativas marcarán la agenda.

-¿Dirías que fueron efectivas las medidas del Gobierno para lograr cierta estabilidad cambiaria? 

-El Gobierno en general ha ganado una batalla. Tenían al dólar en niveles altísimos, no justificados por los fundamentos macro sino que reflejaban la falta de confianza. Cuando se centralizaron las decisiones en Martín Guzmán, empezaron a tomarse medidas que lograron esta especie de estabilidad cambiaria a medias porque la brecha bajó pero sigue siendo altísima. Evitaron un desenlace delicado. 

-¿Cómo lo lograron?

-Me parece que principalmente compraron tiempo, con los organismos públicos operando en los mercados del dólar Bolsa y contado con liquidación. Básicamente Anses y el BCRA tratando de hacer caer las cotizaciones. Esto incluyó también herramientas no tradicionales como los llamados telefónicos a empresas del sector financiero para que no operen. También contribuyeron un poco las señales que está empezando a dar Guzmán sobre un menor déficit fiscal y financiación monetaria a futuro, la búsqueda de un acuerdo con el FMI.

"Luego de ampliarse, la brecha cambiaria retornó a niveles previos a octubre", recordó Matías Carugati.

-El Gobierno compró tiempo, ¿pero cuánto? 

-Va a depender de lo que pase hacia adelante. No es lo mismo si siguen dando señales de moderación fiscal y de contención monetaria que si en algún momento las revierten. En principio, podrían haberse ganado semanas o hasta algunos meses. La idea, si uno se pone a descifrar la estrategia económica, es esa. En este momento no pueden tomar acciones fiscales concretas por una situación económica y social delicada; lo único que pueden hacer es prometer que lo van a hacer en el futuro. Y, por lo que planteó Guzmán, ese futuro arranca  en 2021. La idea de fondo es tratar de aguantar hasta que lleguen los dólares del campo o hasta que pase la pandemia y se pueda empezar a normalizar la actividad productiva. Es una estrategia que también tiene sus riesgos porque, de tanto mandar señales sin hacer nada hoy, puede ser que el tiempo comprado no alcance y los costos se compliquen en el medio.

-El Banco Central salió a subir las tasas para responder al dato de inflación. ¿Cómo analizas esa señal?

-Es tímida la suba porque, en definitiva, las tasas de interés todavía no compensan a la inflación y mucho menos a la inflación esperada. El esfuerzo de tasa que se está haciendo no es significativo. Para dar una señal monetaria contundente, habría que ir más allá. Tienen que ser un poco más contundentes como para tratar de cambiar esas expectativas. 

-¿El dato de inflación de octubre sorprendió?

-Sí, la verdad que sí. El 3,8% fue más alto de lo que esperaba el mercado. Incluso nuestra propia medición nos daba 3% promedio para el mes. Pero sí estábamos notando cierta aceleración de los precios desde mediados de octubre. Ya en los números de esta semana la inflación está corriendo a un ritmo de 4% mensual promedio. Ya estamos en un nivel inflacionario bastante alto. Especialmente pensando en que hay un montón de precios regulados congelados, algunos controles de precios vigentes y actividades que siguen medio paralizadas. Con lo cual, hay una buena cantidad de precios que están en 0 o están aumentando muy poco y, aun así, la inflación dio 3,8% y navega en torno al 4%. Es muchísimo, más cuando consideramos que el tipo de cambio está subiendo alrededor del 3,2% mensual y la inflación ya superó eso

Según estimaciones de Seido, la inflación ya se mueve a un ritmo de 4% mensual
Según estimaciones de Seido, la inflación ya se mueve a un ritmo de 4% mensual

-¿Qué dicen las mediciones que hace Seido de inflación? 

-Según nuestro último relevamiento, un 30% de los precios que monitoreamos está aumentando 2% o menos. Un 43% están subiendo 4% o más y hay un 28% de los precios que suben entre 2% y 4%. Hay muchos precios que se están empezando a coordinar hacia arriba. Esto preocupa porque, con la economía deprimida y los controles de precios, aún así, tenemos una inflación que está cómoda arriba de 3%.

-¿La inflación se anticipa a un salto del tipo de cambio o es al revés? 

-Nosotros hicimos un estudio y llegamos a la conclusión de que los precios siguen al dólar. Los efectos de las expectativas no son tan relevantes, salvo ante la inminencia de una devaluación. En situaciones menos críticas, es más probable que los precios sigan al dólar y me refiero al oficial. Sólo cuando los importadores pierden acceso al mercado oficial puede haber mayor influencia del dólar alternativo en los precios. De todos modos, el tipo de cambio oficial también se mueve a un ritmo que no es despreciable pero, aún con esa depreciación mensual, se queda corto respecto de lo que el mercado consideraría como un valor más real del tipo de cambio. 

Carugati cree que el Gobierno seguirá tratando de evitar una devaluación brusca
Carugati cree que el Gobierno seguirá tratando de evitar una devaluación brusca

-¿Están esperando un salto del tipo de cambio? 

-Esperamos que el Gobierno apueste todo a la continuidad y a tratar de evitar una depreciación del tipo de cambio a toda costa. El Gobierno está tratando de evitar una devaluación motivada por un exceso de dinero que presionó la brecha cambiaria. Pensamos que van a seguir intentándolo y más en un año electoral. Más allá de las señales que está tratando de dar Guzmán, todavía nos resulta difícil medir el grado de viabilidad política de implementar una consolidación fiscal con una contracción monetaria en un año electoral, sobre todo en el marco de un programa con el FMI. Eso necesitaría la economía, un plan de estabilización que se ocupe del problema fiscal, el desequilibrio monetario y los problemas cambiarios. 

-Si la política retrasa esa estabilización, ¿cuáles son los riesgos? 

-Pensamos que el Gobierno va a mantenerse en el mismo camino de tratar de convencer que están haciendo algo fiscalmente responsable y tratar de absorber parte de ese excedente monetario de cualquier manera posible. Eso implica patear el problema hacia adelante. Por ejemplo, con la emisión de los bonos dólar linked para aspirar el exceso monetario que hay aunque, en realidad, no se absorben sino que se los queda el Tesoro. Eso patea el problema para el año que viene y apuesta a que no habrá una devaluación porque, si la hay, el problema monetario sería más grande. Entre la deuda dólar linked, los títulos en dólares que están emitiendo para darle salida a los inversores extranjeros y la posición de futuros de dólar del BCRA, una depreciación del tipo de cambio genera un problema monetario. El Gobierno está tratando de evitar el desenlace pero cuanto más tarden en hacer las cosas que la economía necesita, las probabilidades de un ajuste desordenado aumentan. Y como están estirando las cosas en el tiempo y agrandando, el ajuste desordenado traería mayores costos.

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