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Bodegas nacionales, en alerta: por qué el coronavirus puede jaquear al vino argentino

La pandemia que tiene en alerta al mundo está afectando a múltiples ramas de actividad. Y la vitivinicultura no escapa de esta realidad
12/03/2020 - 14:39hs
Bodegas nacionales, en alerta: por qué el coronavirus puede jaquear al vino argentino

La industria del vino viene transitando una preocupante crisis: en el mercado interno, el consumo viene amesetado y con una tendencia a la baja. Y en el frente externo, justo cuando las bodegas estaban poniéndole más fichas a las exportaciones, ahora sufren la amenaza del coronavirus.

"El mercado del vino en China se está destruyendo", afirma de manera categórica Javier Merino, reconocido consultor de la industria y director de Área del Vino.

En paralelo, un alto directivo de una de las principales bodegas exportadoras de la Argentina, advierte: "Se viene un año complicado para el vino argentino. No solo por lo que ocurra con China, sino por cómo el coronavirus puede afectar a toda la economía". 

"Es difícil imaginar que los despachos al exterior crezcan con este escenario. Más bien nos estamos preparando para una caída. Todavía es muy pronto para tener un número, pero va a ser un año para el olvido, de eso estamos seguros", agrega. 

En diálogo con iProfesional, Merino menciona que hay tres frentes de impacto para el que ya deben prepararse las bodegas argentinas y que muy seguramente se traducirán en una caída del negocio y, en consecuencia, en un deterioro a nivel financiero.

Las exportaciones de vinos argentinos, en jaque por el coronavirus

Vino argentino y primer impacto por coronavirus: China

China es hoy por hoy uno de los jugadores preponderantes a nivel mundial para la industria vitivinícola.

Según Wines of Argentina, las compras del gigante asiático de vinos y espumantes se multiplicaron por 12 en la última década, en volúmenes: pasaron de 42 millones de litros importados en 2007 a 506 millones el año pasado, considerando todos los orígenes.

En tanto que en valores el crecimiento fue incluso mayor, al pasar de u$s184 millones a u$s2.600 millones en 2018, unas 14 veces más.

iProfesional estuvo en Shanghai a fines de 2019 para participar de la última edición de ProWine. Allí, este medio entrevistó a Li Demei, profesor de Enología en la Beijing Agriculture College, quien destacó que China es hoy el tercer mayor mercado de consumo de vinos a nivel mundial, en términos de valor, representando más de u$s16.000 millones al año, solo siendo superado por Estados Unidos y Reino Unido.

Y el gigante asiático se preparaba para dar el gran salto: Demei pronosticaba que, para el año 2021, China ocuparía el segundo lugar, con un negocio proyectado de más de u$s22.000 millones.

Sin embargo, todas esas proyecciones están en revisión y difícilmente se cumplan, como consecuencia del coronavirus, de la mano de fuertes cambios sociales que están afectando el principal negocio al que apuntaban las bodegas argentinas: el de la venta de vinos en restaurantes y hoteles internacionales. La cuarentena, entonces, es el peor enemigo de este negocio.

"Los tres países productores más afectados por la caída del mercado chino son Australia, Chile y Francia", apunta Merino. "Los primeros reportes están marcando un desplome de las importaciones del orden del 70%", advierte el experto.

¿Qué peso tiene China para las bodegas nacionales? Según datos del Observatorio Vitivinícola, el gigante asiático se ubicó en el puesto 7 en 2019, con importaciones de vino argentino por un valor de u$s25,8 millones de dólares y un share del 3,2%.

China está en el top 10 de los países que más vinos argentinos compran 

Y si bien China no figura entre los principales mercados, era uno de los mercados estratégicos al que más fichas venían poniendo las empresas locales, que incrementaron su participación en ferias como ProWine y que venían invirtiendo en promoción en plataformas de ecommerce, como TMall.

Vino argentino y segundo impacto por coronavirus: economía mundial

Para Merino, es el segundo frente de impacto. Cabe destacar que el Fondo Monetario Internacional (FMI) da como un hecho que la economía crecerá en 2020 a un ritmo inferior al 2,9% registrado en 2019, luego de que en enero proyectara una expansión del orden del 3,3%.

En paralelo, la OCDE alertó que si se prolonga la pandemia de coronavirus, el PBI global crecerá apenas 1,5% en 2020, la mitad del nivel pronosticado hace cuatro meses.

En este contexto, Merino advierte que cada vez que la economía tuvo un frenazo, el vino también lo sufrió, en una suerte de "movimiento espejo".

Según consigna un informe de la División Vinos del Banco Supervielle, elaborado por Merino, "el PBI mundial explica más del 98% del comercio de vinos".

"Hay un correlato muy fuerte: en los últimos 30 años, el PBI mundial y el comercio global de vinos se movieron juntos. Una curva calcó a la otra", explica. Esto se puede ver en el siguiente gráfico:

El consumo de vinos se mueve al ritmo de la economía

"Las bodegas, con un mercado interno para abajo, tenían una ventana cambiaria que les generaba una buena oportunidad en los mercados externos. Implicaba un respiro importante. La pregunta que hay que hacerse ahora es en qué medida la caída de la economía y la demanda global va a cerrar esa ventana de oportunidad", advierte Merino.

En este escenario también está la duda de cómo afectará la enfermedad al Reino Unido, el segundo mercado en importancia para las bodegas locales.

"Los vinos argentinos entraron fuerte en el canal de los restaurantes, que es el primero que se ve golpeado por una pandemia de este tipo", explica el experto.

Además, la gran incógnita es el impacto que la enfermedad tendrá en la economía de los Estados Unidos, en momentos en el que el presidente Donald Trump acaba de suspender los vuelos entre los Estados Unidos y Europa.

La suspensión de los vuelos entre Estados Unidos y Europa, un golpe al turismo y los negocios 

Vino argentino y tercer impacto por coronavirus: turismo

El tercer frente de impacto, según Merino, viene por el lado del turismo, que se ha convertido en un importante motor de negocios para las bodegas. 

Según un informe del Ente de Turismo de Mendoza, durante 2018, las casi 150 bodegas abiertas a visitantes que hay en esa provincia recibieron a más de 1,1 millón de personas.

De ese total, San Rafael se posicionó en el primer lugar, captando más de 332.000 turistas. Le siguieron Maipú (casi 326.600) y Luján de Cuyo (con cerca de 320.000). En tanto que el Valle de Uco en su conjunto alcanzó los 158.000.

A nivel internacional, el ranking fue liderado por los brasileños, que explicaron nada menos que 38% del total. Estados Unidos, Canadá e Inglaterra fueron otros orígenes de relevancia.

"La gran pregunta es si este año vendrán, justo para el invierno, tantos brasileños como en los últimos años si se agrava el problema del coronavirus", advierte Merino. 

Por el coronavirus, se cancelan ferias de negocios 

Coronavirus y vinos argentinos: menos giras de negocios 

En paralelo a estos escenarios que enfrenta el vino argentino, se suma un nuevo frente de conflicto: con la cancelación de ferias y las limitaciones para volar, se están paralizando todas las giras de negocios. 

"Se está perdiendo un recurso vital para generar más exportaciones: los viajes. Para los bodegueros y responsables comerciales visitar a sus importadores y distribuidores o salir a buscar nuevos contactos es clave. Eso, con el coronavirus, se está cortando. Esto implica que va a ser difícil pensar en incrementar ventas, porque se está frenando ese círculo", explica Merino. 

Días atrás se conoció la noticia de que la feria ProWein, que se realiza todos los años Düsseldorf, Alemania, y que en este 2020 se iba a desarrollar entre el 15 y el 17 de marzo, fue pospuesta. 

Esto implica un mazazo para la industria del vino en general, dado que ProWein es la principal feria a nivel mundial en cuanto a relaciones y comercio del mundo del vino. Y para las empresas argentinas, es un hub de negocios muy importante. 

Para ponerlo en perspectiva, en 2019, 150 bodegas argentinas formaron parte de la feria tanto con stands propios como en el pabellón nacional. En total, se movilizaron más de 2.500 etiquetas de vino argentino, que representaron cerca de 8.700 botellas transportadas, equivalente a 12 toneladas. 

De cara a lo que viene, Merino no es optimista. Y lanza un dato importante: el comercio del vino tiene baja capacidad de resiliencia: "El negocio necesitó tiempo para recuperarse cada vez que hubo un 'cisne negro". En la crisis económica del 2008, por ejemplo, tardó unos 30 meses en volver a los niveles previos a la caída de Lehman Brothers".