El decaimiento de la economía a niveles críticos presionó al Gobierno para dar pasos decisivos hacia la flexibilización de la cuarentena. De hecho, a pesar de la cautela presidencial acerca del área metropolitana de Buenos Aires (que hoy concentra la mayor cantidad de contagios de coronavirus), la industria y el comercio en el Gran Buenos Aires comenzará a desplegar cierta actividad esta semana.

La reactivación, parcial y cuidadosa por el momento, apunta a poner en marcha al 70% del empleo privado en el país.

La semana pasada Tierra del Fuego autorizó la fabricación de electrónicos, después de 56 días de parate. Sin embargo, lo hizo bajo un esquema sanitario rígido debido al cual las plantas trabajan al 20% de su capacidad, como máximo.

Martín Beyres, ejecutivo de BGH, explica que se consensuó con la gobernación un protocolo con turnos de 6 horas, pocos empleados y una sola línea de producción por producto. La empresa fabrica TV, acondicionadores y microondas, tiene una plantilla de 880 operarios y "se irá testeando cómo evoluciona este primer esquema los próximos 15 días", dice Beyres.

Qué rubros vuelven a trabajar

Hasta el momento, el Gobierno aprobó una lista de 1.060 empresas industriales elaborada por el Ministerio de Desarrollo Productivo, que conduce Matías Kulfas. Del total, el 60% están en el conurbano, el área donde el Covid-19 más se acelera.

Beneficiadas por las nuevas autorizaciones están las empresas automotrices, de indumentaria, calzado y cuero, caucho, plásticos y químicos y papeleras. También están las tabacaleras.

Toda la cadena de valor (productores, fabricantes de cigarrillos y comercios) reclamaba su reapertura. La producción de tabaco se concentra en Jujuy (37%), Salta (34%), Misiones (22%) y Tucumán (4%), todos distritos muy poco afectados por la pandemia. La preocupación se trasladó al ministro de Agricultura, Luis Basterra. Consultado al respecto, el funcionario declaró que "en muy corto plazo las fábricas volverán a trabajar". Pero aclaró que "eso dependerá de autoridades municipales, provinciales", señala Clarín.

Las dos principales plantas de cigarrillos están en Buenos Aires: Merlo (Massalin Particulares) y Pilar (British American Tobacco). La primera es una localidad de 500.000 habitantes (la autorización depende de Nación) y la segunda, con muchos casos de coronavirus.

Cigarrilos: el parate a las fábricas complica el abastecimiento.

Los permisos para operar, incluso de manera restringida y con controles de seguridad, implican la responsabilidad de reactivar y que se dispare la curva de casos. Con respecto a esto, desde el Gobierno señalan que la lupa está puesta en los 4 grandes centros urbanos: Capital, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. "En esos conglomerados se analizan protocolos, los puestos de trabajo, más turnos y sobre todo, el traslado de los empleados", comentó al Económico una fuente oficial.

Si bien la cuarentena obligatoria continúa hasta el 24 de mayo, avanza la flexibilización de varios rubros comerciales en el AMBA (que concentra el 65% de los casos de coronavirus del país), "siempre y cuando cumplan con los requisitos de seguridad, tope a la cantidad de personas, mecanismos de espera, con horarios reducidos y poco personal". Ese combo surgió de las conversaciones entre los gobiernos porteño y bonaerense con la Nación.

Un análisis de la consultora Abeceb indica que hay varios rubros (minería y petróleo, agropecuario, industrias de consumo masivo, bienes de capital, automotriz y las grandes empresas) que tienen menores riesgos sanitarios para retomar la actividad.

"Tienen poco empleo, pero formal; no implica afluencia de gente; están en regiones aisladas; cuentan con protocolos y el sindicato no pone trabas", detalló Soledad Pérez Duhalde, economista de esa consultora. Desde esa óptica, los más complicados son los restaurantes y hoteles, construcción, pymes informales, comercio y el entretenimiento. En este nuevo marco de restricciones, Abeceb proyecta una caída del PBI de 8,3% en el año.

La industria se desploma en cuarentena

En marzo y con aislamiento desde el día 20, la industria se contrajo 16,8% y la construcción se desplomó 46,8%, según divulgó el Indec. La construcción es clave, pero en el Gobierno argumentan que su reactivación es muy compleja, porque "es una actividad muy dispersa y requiere del traslado de mucha gente", argumentan fuentes oficiales.

La actividad fabril se derrumbó en cuarentena.

El presidente de la CAC (Cámara Argentina de la Construcción), Ivan Szczech coincide en que en los grandes centros urbanos el transporte es riesgoso. De todos modos, considera que se podría resolverse "estableciendo turnos diferenciados para evitar las horas picos en Capital y GBA", dijo.

Szczech añade que en el resto del país no hay tantos problemas porque "la gente usa bicicletas, motos, autos y las empresas pueden disponer de combis para los trabajadores", según consigna Clarín.

La industria de la construcción viene de 24 meses consecutivos de caída. Actualmente tiene 334.000 empleados, muchos de los cuales son profesionales y cuentapropistas (plomeros, albañiles, electricistas y pintores), que trabajan en pequeñas obras o refacciones hogareñas. "Ese segmento es el más afectado", indicó el titular de la CAC.