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Las empresas desesperan por tener efectivo en la mano: se rompe la cadena de pagos y vuelven los concursos

La situación se torna complicada para aquellas firmas que cuentan con poca espalda financiera para capear el temporal que trae la crisis
24/07/2018 - 06:02hs
Las empresas desesperan por tener efectivo en la mano: se rompe la cadena de pagos y vuelven los concursos

¿Qué tan mal tenía que estar un argentino que se encontraba en Rusia viendo el Mundial como para volverse anticipadamente, pese a tener en su mano la entrada para ver el partido de la Selección en octavos de final, asumiendo la pérdida económica y resignándose a ver el partido por televisión? 

Es el tipo de situación que sólo se asocia a las urgencias familiares. Sin embargo, esto fue lo que debió hacer un empresario que hace 23 años maneja una importante fábrica dedicada al merchandising.

"Me fui con un país y volví con otro", comenta a iProfesional, sin disimular su angustia. Justifica su prematuro regreso porque el teléfono le estallaba y no podía resolver los problemas a 13.500 kilómetros de distancia.

Su problema más grave no fue la devaluación (de hecho, viajó a Europa ya con el dólar arriba de $26) sino las consecuencias de la escalada de la tasa de interés, que derivó en graves problemas en la cadena de pagos. 

"Desde que regresé me la paso más tiempo en los bancos que en la oficina", relata. 

Su situación sirve para ilustrar uno de los inconvenientes más serios que está sufriendo hoy la economía, en esta fase de estabilidad cambiaria lograda al alto precio de tasas de interés estratosféricas y estancamiento de la actividad.

El diagnóstico que se hace en las empresas es contundente: la cadena de pagos está más que deteriorada. Esto lo sufren tanto las firmas más chicas como las medianas. 

Y, claro está, buena parte de los comercios, que perdieron toda chance de financiarse, y que si no cuentan con el cash corren el riesgo de que no les entreguen mercadería.

Se equivoca quien circunscriba esta historia al mundo de los empresarios más chicos, o a los que pertenecen -o dependen- del rubro textil, más allá de que hayan sido los primeros o los más damnificados por la crisis. 

De hecho, reconocidas marcas de indumentaria, que atienden el segmento ABC1, acaban de entrar en concurso de acreedores. Entre otras, Wanama, Legacy, Akiabara, Stone y John Cook integran ese lastimoso lote.

La situación ya afecta incluso algunas de las compañías más grandes de la Argentina y se extiende a gran cantidad de rubros.

Por caso, una de las principales fábricas de alimentos acaba de romper su vínculo con uno de los supermercados mayoristas más reconocidos, que posee sucursales en Capital, en conurbano y en seis ciudades del interior. 

¿El motivo? Un atraso de apenas ocho días en el pago de la mercadería entregada.

Uno de los gerentes de la empresa lo explicó con claridad a iProfesional: "Hoy es más importante cobrar rápido que vender. Se le presta más atención al negocio financiero que a la venta". 

"La orden es cobrar urgente y de reducir drásticamente el dinero que tenemos impago en la calle", añade.

Tanto es así que los fabricantes están lanzando bonificaciones extra a los clientes que paguen más rápido.

La explicación es sencilla: la mercadería almacenada no pierde su valor y puede ser distribuida bajo una lista de precios retocada. En cambio, el dinero cobrado con atraso implica una pérdida financiera irrecuperable.

Del apuro por vender al apuro por cobrarEl actual contexto implica un giro respecto de lo acontecido en los meses post-devaluación, cuando se observaba una carrera por los precios: nadie quería quedar atrasado respecto del dólar. 

Ahora esa fiebre pasó y dio lugar a la premura de los plazos de cobro. Así,  aparecen entonces innumerables ejemplos, a continuación algunos de ellos:

- Una aceitera líder ahora premia a aquellos clientes (supermercados y mayoristas) que cancelen a las 24-48 horas posteriores a la entrega. La bonificación es de entre 2% y 8% dependiendo del volumen adquirido: cuanto más grande, mayor la ventaja ofrecida por pago rápido.

- Una importadora de café otorga un beneficio del 10% por la cancelación dentro de la semana de la entrega.

- Una importadora de enlatados de legumbres y frutas propone 18% de descuento por pago antes de las 72 horas. 

Así, "se ha generalizado este tipo de medidas", advierten en el mercado.

Lo cierto es que la crisis (que arrancó como cambiaria y obligó a una suba extraordinaria de las tasas de interés) se está proyectando a la economía real de manera acelerada. 

En este marco, cada vez son más los empresarios de primera línea que se animan a advertir sobre el peligro que ello implica.

"Como máximo, el Banco Central tiene de acá a un mes para bajar las tasas de interés", dice Cristiano Ratazzi. El hombre de Fiat conoce como pocos los riesgos que corre la economía con una tasa de referencia cercana al 50% anual.

Tras la corrida que disparó el tipo de cambio de $20,50 a unos $30 en pocas semanas, ahora el foco está puesto en el costo del dinero

Subir la tasa hasta 46,5% y aplicar un severo torniquete monetario sirvió para detener las turbulencias cambiarias. Pero eso no significa que la situación esté equilibrada.

La pregunta que se expande en el mercado es qué pasaría si Luis Caputo apura una baja del tipo de interés, ante la creciente cantidad de empresas amenazadas por el "yugo" impuesto por el BCRA.

Prioridad: plata en la mano

Que grandes empresas estén maximizando su presión para cobrar en fecha tiene además otro lado oscuro: que a su vez están postergando sus pagos

Esto, naturalmente, repercute negativamente sobre todas aquellas compañías que no disponen de la suficiente espalda financiera. 

No hace falta ser un avezado analista para darse cuenta que con una tasa de interés tan alta, las grandes firmas prefieren saldar primero las deudas bancarias antes que cumplir con los proveedores.

O, en el mejor de los casos, optan por "poner a trabajar" ese dinero en el mercado financiero aprovechando las altas tasas en pesos.

Y, como si esto fuese poco, los propios funcionarios están al tanto de otra maniobra: las multinacionales aceleraron el giro de utilidades a sus casas matrices en el extranjero. Si bien es una operatoria totalmente lícita, está estrechamente vinculada con la incertidumbre cambiaria.

En medio, claro, los proveedores de las grandes empresas son los que más sufren las demoras. Y son nada menos que las Pymes, último eslabón de la cadena.

Esto se nota en el salto en la cantidad de cheques rechazados, por citar lo más visible: en mayo (último dato disponible) hubo un incremento del 32,4% respecto de igual mes de 2017. Totalizaron 188.000 cheques.

Desde los bancos aseguran que ese volumen empeoró tanto en junio como este mes. En este marco, un banquero preocupado afirma: "Son varios los rubros detonados por la crisis". 

"Los textiles son una pequeña parte. También vemos muchos fabricantes de productos masivos y, ni hablar, los comerciantes", añade.

Las entidades también vienen implementando medidas de emergencia, y presionan a los empresarios para que cancelen el rojo en sus cuentas, con lo cual agravan la situación. 

"Los bancos se comportan así: te prestan un paraguas cuando hay sol y te lo quitan cuando llueve", protesta el dueño de una pequeña cadena de restaurantes.

Por la actual situación, evalúa junto a sus socios el cierre de un local que tienen abierto desde hace seis años en Palermo.

Lo llamativo es que no se queja de una caída en la cantidad de cubiertos vendidos cada noche, sino de que "vamos corriendo la crisis desde atrás y los números no cierran". 

De este modo, se refiere a que los proveedores empezaron a reclamarle el pago al contado por las entregas.

"Antes era sólo un grupo. Ahora se generalizó. Todos quieren la plata ya.  Como los productos aumentan de precio y yo no puedo cambiar la carta cada 15 días, quedamos en la lona", explica en diálogo con iProfesional.

La parte del Gobierno

La situación con la cadena de pagos dispara las alarmas en el seno del propio Gobierno

Desde el ministerio de la Producción, Dante Sica acaba de convocar a los referentes de los principales supermercados del país. Les pidió (y lo hizo extensivo al resto de las actividades comerciales) "cuidar" a las Pymes que son proveedoras de las compañías líderes.

En esa charla, el funcionario no mencionó lo que es un tema caliente cada vez que se cruzan los empresarios: que hoy día… es el propio Estado el que está estirando los plazos

Esta dilación se volvió moneda corriente en los pagos de la obra pública y también en las contrataciones de un amplio abanico de servicios. Hasta en  las compras de leche a las empresas lácteas por parte de los ministerios de Desarrollo Social y de Salud.

Frente a los supermercadistas, Sica trató de dar transmitir tranquilidad y contó que entre las prioridades del Ejecutivo figura bajar las tasas de interés. Una señal que, al menos por ahora, no aparece en el mercado.

Muy por el contrario, Luis Caputo advirtió en el último informe de Política Monetaria del Banco Central que el costo del dinero no sólo no bajará sino que se mantendrá alto en los próximos meses, como forma de asegurar el equilibrio del mercado cambiario.

Está claro que el próximo objetivo del Gobierno debería ser avanzar en sentido opuesto. Es decir, en el propiciar una baja de las tasas de interés. 

Dentro del elenco oficial, algunos dicen que esto ocurrirá incluso cuando implique un movimiento alcista del tipo de cambio. 

En las próximas semanas irá quedando en claro si los funcionarios priorizan la paz cambiaria o un alivio para las empresas.

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