iProfesionaliProfesional

Identidad robada: ¿usted aún no tiene su "doble" en Twitter o en Facebook?

El fenómeno de la apropiación de identidades de famosos y no tanto por usuarios anónimos en las principales redes sociales se expande en la Argentina
15/10/2010 - 14:00hs
Identidad robada: ¿usted aún no tiene su "doble" en Twitter o en Facebook?

Ocurrió hace muy pocas semanas. Lo que parecía transformarse en otro intercambio cargado de pirotecnia entre el jefe de Gabinete Aníbal Fernández y el periodista Alfredo Leuco, culminó derivando en un ida y vuelta de acusaciones que fue ganando en temperatura.

Hasta que sucedió lo impensado: Leuco resultó no ser, precisamente, el Leuco que pensaba Fernández. Y todo culminó dejando espacio a la humorada. 

Un fragmento del enfrentamiento vía Twitter:

¿Qué había sucedido? Una muestra más de una tendencia que crece día a día: la apropiación de identidades de famosos por parte de usuarios anónimos que utilizan de manera asidua redes sociales como Facebook o la tan en boga Twitter con la simple intención de divertirse, haciéndose pasar por alguna celebridad, o buscando ridiculizar al verdadero dueño del nombre usurpado.

Otro ejemplo, aunque foráneo y más exótico: Michael Arrington, el creador del blog tecnológico TechCrunch, decidió realizar un experimento para demostrar la fragilidad de las identidades en Internet.

Con una simple dirección de email, Arrington logró crearse un usuario en la red social Facebook robándole de este modo la identidad virtual a Eric Schmidt, nada más y nada menos que el presidente de Google.

Una vez creada la cuenta, el bloggero logró hacerse amigo desde la red social de Chad Hurley, fundador de YouTube y del jefe de relaciones públicas de Facebook, Elliot Schrage.

En el plano local y regional, desde Susana Giménez hasta el presidente paraguayo Fernando Lugo, pasando por el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, CEO de Clarín, Héctor Magnetto, el técnico de River Plate, Ángel Cappa, y escritores de la talla del Nobel Gabriel García Márquez, son ejemplos de que el robo de identidades no hace diferencias y se expande con la misma potencia que lo hace Internet.

son muchos los inconvenientes a sortear para resolverlos".

Sucede que la apropiación de identidades no sólo se agota en las principales redes sociales, sino que también alcanza a blogs e, incluso, portales de avisos clasificados.

En todos los casos, tal como sostienen expertos como el mencionado Palazzi y Gustavo Tanús, los obstáculos a eludir son complejos: establecer la responsabilidad de las empresas que ofrecen las plataformas, sortear el vacío legal existente o la invocación por parte de los proveedores a leyes extranjeras, y, por si fuera poco, ubicar a la persona que habrá de responder penalmente por las acciones cometidas en nombre de otro individuo.

"El inconveniente inicial es que ante el primer reclamo a cualquier sitio donde alguien se hace pasar por una determinada persona, el portal siempre se maneja igual: obliga a que uno pruebe que esa cuenta no es propia. Y que, a partir de ahí, releve quién la tiene. Es decir, pone la carga del problema en el perjudicado y no en aquél que tomó su lugar", comentó Tanús a iProfesional.com.

"Espacios como Twitter o Facebook en ningún momento te piden que acredites quién sos realmente al momento de crearte una cuenta. Pero sí lo exigen cuando se pide la eliminación de un registro. Es bastante curiosa esa política. Si llevaran a cabo la implementación de herramientas como la firma electrónica, cuestiones así serían menos recurrentes", agregó.

"Alguien usurpó mi identidad en Twitter", denunció hace pocas semanas el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, quien además remarcó "yo nunca hice esa predicción". ¿A qué se refería el ex funcionario nacional? El detalle:

Complicación virtual"Casos como el de Cavallo, como el de tantos otros, son muy difíciles de solucionar. Además es muy caro tramitar el reclamo. Siempre la primera opción es notificar extrajudicialmente a la página que está dando alojamiento a la identidad usurpada. Después entraría en juego la acción judicial directa, pero también ahí surge el tema de dónde comunicás tu petición", sostuvo Tanús.

"Taringa, por poner un ejemplo, muchas veces no hace caso al reclamo que se le eleva al sitio. Y se especula respecto de quiénes son los dueños y los domicilios de éstos. El abogado termina enviando dichos reclamos a lugares que no sabe con certeza si son los indicados. Para el damnificado, es muy complicado llegar al lugar justo con su petición", destacó.

Según Palazzi, la proliferación de perfiles y el origen de las principales compañías que promueven redes sociales aparece como la principal complicación para quienes desean recuperar una identidad o, en todo caso, anular a un farsante virtual.

"Si Twitter o Facebook tuvieran una oficina local, por ejemplo, todo sería más sencillo. Porque si quien toma tu lugar además de invocarte ataca a otros, o te somete a situaciones conflictivas, es posible llevarlo a juicio por daño. Pero para eso necesitás identificarlo. Y eso implica elevar el reclamo a países como Estados Unidos, donde la legislación es intrincada", indicó el experto a iProfesional.com.

El especialista precisó que "en Estados Unidos la ley para este tipo de cuestiones fija que cuando hay contenidos subidos por terceros, el único responsable es el tercero y no la empresa".

"Eso, entonces, pone cualquier reclamo en manos de la voluntad del juez que se decida a tomar la causa. También hay que lograr que el magistrado estadounidense haga lugar a la petición de un par argentino. Previo a eso hay que hacer un exhorto en inglés, remitirlo e intimar a la empresa de la red social a que pase la información del usuario que controla la identidad fraudulenta. Todo muy tedioso", destacó.

Buena parte de estos contratiempos son los que, en gran medida, motivan que el grueso de los damnificados directamente se incline por informar de algún modo que alguien está interactuando a su nombre. Y no lleve, al menos en una primera instancia, la discusión al terreno judicial.

Una muestra de esta decisión es el caso de Ángel Cappa, entrenador de River Plate. Ante la aparición de un doble en Twitter, y el inicio de una polémica por sus últimas decisiones en materia deportiva, el director técnico no dudó en publicar un descargo en su blog:

Entre las principales personalidades públicas locales que hoy "gozan" de una cuenta falsa, sólo en Twitter, se destacan:

  • @diego_maradona (Diego Maradona)

  • @carlosmenem (Carlos Menem)
  • @HEMagnetto (Héctor Magnetto)
  • @victorhugo590 (Víctor Hugo Morales)
  • @gastongaudio (Gastón Gaudio)
  • @angelcappa (Ángel Cappa)
  • @dfcavallo (Domingo Cavallo)
  • @alfredoleuco (Alfredo Leuco)
  • @jorgealtamira (Jorge Altamira)
  • @poncelola (Lola Ponce, cantante y actriz)
  • @sebasvignolo (Sebastián Vignolo, relator deportivo)
  • @_LauraEsquivel (Laura Esquivel, protagonista de la tira juvenil "Patito Feo")
  • @florbertotti (Florencia Bertotti, protagonista de "Floricienta" y "Niní")

Ya en Facebook, el listado es mucho más largo. Un ejemplo emblemático: Susana Giménez, que posee más de 70 perfiles falsos.

Según datos divulgados por Daniel Monastersky, abogado especializado en delitos informáticos, los casos de los actores Mariana Fabbiani y Mike Amigorena son sólo dos ejemplos de lo que sucede con las identidades virtuales de los personajes famosos en las redes sociales.

"Por ejemplo, la joven actriz Luisana Lopilato tiene 142 perfiles falsos en Facebook; el conductor y productor Marcelo Tinelli, 67; Mariana Fabbiani, 9; el conductor y relator de fútbol Alejandro Fantino, 7; y la modelo Ingrid Grudke, 6", detalló el experto.

Estos datos surgen de un relevamiento hecho por el sitio Identidad Robada, especializado en protección de datos personales y prevención de los delitos informáticos.

"Hay casos, como el de una reconocida conductora televisiva, en el que también te encontrás con mucha gente que lleva el mismo nombre. Ahí, es imposible quitar todos los perfiles. Y pueden estar ubicados en Colombia o Ecuador, como sucedió en este caso. Ahí procurar una anulación implica desembolsar un dineral y destinar muchísimo tiempo. Es preferible desestimar el reclamo judicial", aseguró Palazzi.Lo poco que se puede hacerConsultado respecto de los pasos a seguir para quien, más allá de las ya detalladas complicaciones, pretende neutralizar el accionar de un impostor en Twitter, Facebook, o directamente un blog, Palazzi recomendó presentar primero un reclamo en el sitio en cuestión.

Y, con posterioridad, haclero en la Dirección de Protección de Datos Personales, dependiente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.

"Igualmente, siempre la acción depende del movimiento del particular. Si el usurpado sufre un perjuicio, hay que efectuar una prueba anticipada con un juez, y que éste oficie a las empresas para que remitan los datos de quien se apropió de la identidad", destacó.

Y añadió: "Como Twitter y Facebook son estadounidenses, hay que hacer un exhorto en inglés, enviarlo a Norteamérica, intimar a la empresa en ese territorio. Y esperar a que faciliten la información del usuario que se busca anular. Con mucha suerte, y teniendo a un juez en Estados Unidos que dé lugar al reclamo, el problema puede resolverse en siete meses".

Según Palazzi, si se logra ubicar a quien hizo uso del nombre de otra persona, "se le puede iniciar una causa por injurias".

"Una alternativa para evitar todo este proceso es directamente abrirse una cuenta en cada red, aunque no se use. Las marcas operan así, y de esa forma ocupan espacio y evitan cualquier manipulación de nombre", dijo.

En coincidencia, Tarrús sostuvo que "la Argentina todavía es tierra de nadie en legislación de ese estilo". Y concluyó: "Lamentablemente, el particular tiene que ir por su cuenta. Y someterse a una lucha que excede a la ley local y obliga a ajustarse a otros marcos. Lo peor es que ni siquiera eso alcanza para lograr un veredicto positivo que le reestablezca la identidad en una red social".

Patricio Eleisegui© iProfesional.com