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Papelera Massuh: un ejemplo de cómo el Estado no puede contra la ley de oferta y demanda

Pese a que aún le restan algunos meses de subsidios, la empresa no tiene perspectivas claras de poder mantener las fuentes de empleo en el mediano plazo
21/02/2011 - 12:42hs
Papelera Massuh: un ejemplo de cómo el Estado no puede contra la ley de oferta y demanda

Pese a que todavía le restan algunos meses de subsidios, la ex papelera Massuh no tiene perspectivas claras de poder mantener el empleo en el mediano plazo.

Es así como unos 200 trabajadores se convirtieron en los testigos más directos del fracaso del Gobierno para gestionar esa empresa.

Después de once meses de la quiebra declarada por la Justicia a Massuh y tras nueve meses del cierre de la planta, la empresa no tiene perspectivas de reabrirse, según admitieron fuentes sindicales y empresarias a La Nación.

La empresa se paralizó en octubre de 2008 por falta de inversiones del grupo Massuh, que ya había presentado el concurso preventivo de la firma diez años antes.

Después de que el ex presidente Néstor Kirchner prometiera que el Gobierno no permitiría que "cierren las fábricas y que se pierda un solo empleo", el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, aplicó un plan de salvataje con fondos públicos y se comprometió a que la planta sería proveedora exclusiva de papel del Estado, con el nombre de Papelera Quilmes, recordó el matutino porteño.

Pero, según la nota firmada por Martin Kanenguiser, nada de eso se cumplió.

Poco a poco, la empresa "rescatada" por un fideicomiso manejado por Moreno se enfrentó con las duras condiciones para mantenerse, hasta que, en mayo pasado, cuando el Gobierno ya había perdido más de $50 millones, la planta cerró con 500 trabajadores.

"Lo de venderle al Estado fue una expresión de deseo de Moreno, pero él se portó bien con nosotros y hasta fuimos a su cumpleaños", explicó Héctor Urbanovicz, uno de los delegados sindicales de los 200 trabajadores papeleros que se mantienen por el subsidio del Ministerio de Trabajo.

Entre otras cuestiones, nunca prosperó la idea de que las diferentes áreas de Gobierno coordinaran la compra de papel a una sola empresa; tampoco terminó de definirse en forma clara la figura jurídica por la cual podía asegurarse la continuidad de la empresa.

Y la municipalidad de Quilmes, a cargo de Francisco Gutiérrez -que jugó un rol importante en el inicio-, tampoco siguió aportando al proyecto. "Sería imposible que pongan los $20 millones mensuales que se requieren para que esto funcione", lo justificó el delegado sindical.

"El cierre aumentó la concentración de la producción de papel obra en los dos productores que quedaron: Ledesma y Papel de Tucumán", se lamentaron en el municipio, que impulsó la creación del Instituto Argentino del Libro, que se proveería de papel de la ex Massuh, como único plan viable de reactivación.

"Pero somos conscientes de que el gobierno nacional no va a instrumentarlo hasta ver el resultado de las elecciones presidenciales, dado que se opone el gremio papelero, alineado con la CGT de Luis Barrionuevo", agregó un funcionario citado por La Nación.

La finalización del apoyo estatal, consistente en el pago de los salarios y vigente hasta el cierre de la firma, está pautada para mayo, por lo que los trabajadores ya están preparados para movilizarse si en los próximos días no hay novedades respecto de la reapertura de la planta papelera.

Mientras vigilan el predio para que no sea ocupado y para mantener la maquinaria en buenas condiciones, los trabajadores mantienen el diálogo con los principales acreedores del pasivo cercano a $250 millones (el fondo inversor canadiense IIG Trade Opportunities y el Banco Provincia) para mantener su esperanza.

También, aclaró Urbanovicz, hubo contactos con importantes representantes de Venezuela, que hasta ahora no prosperaron.

Tampoco hubo nuevas respuestas del Gobierno. "Le enviamos dos cartas a la presidenta Cristina Kirchner, pero aún no obtuvimos una respuesta", dijo Urbanovicz.