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Un puente afecta "joya" inmobiliaria y suma polémica de inversores argentinos en Uruguay

Desde principios de año Costantini, Paolo Rocca y Soldati, mantienen un enfrentamiento por un proyecto orientado a optimizar el tránsito en laguna Garzón
23/07/2012 - 21:00hs
Un puente afecta "joya" inmobiliaria y suma polémica de inversores argentinos en Uruguay

La pelea, lejos de marcar un declive, parece renovarse mes a mes. Y enfrenta a protagonistas de renombre, empresarios acaudalados, tanto argentinos como uruguayos.

El motivo del conflicto: la construcción de un puente destinado a unir Maldonado y Rocha, que comparten la laguna Garzón.

El emprendimiento es visto por varios inversores como la oportunidad de crear un verdadero "boom" inmobiliario en una zona aún sin explotar mientras que -en la vereda contraria- otras voces definen a la iniciativa como un atentado a la riqueza natural del lugar.

Este desarrollo a principios de año enfrentó nada menos que a Eduardo Costantini (creador de Nordelta en el país y defensor de la propuesta en Uruguay) con Paolo Rocca (CEO de Techint y opositor de la iniciativa) así como también con Santiago Soldati (titular de Sociedad Comercial del Plata), entre otros.

Ahora la batalla recrudece, luego de que hace pocas semanas la construcción del mencionado puente recibiera la venia del gobierno uruguayo, si bien todavía falta acordar el tipo de estructura que se levantará.

Cuando parecía que finalmente la victoria era de Costantini, que quedó habilitado a elavantar esa importante obra -clave para ampliar las posibilidades de comercialización del complejo Las Garzas- la misma volvió a quedar en suspenso.

Y, aunque suene insólito, el parate llegó por decisión del propio empresario argentino.

Sucede que la financiación del puente en cuestión correrá por cuenta de él, que considera excesivamente costoso el proyecto que avala el Ministerio de Transporte oriental.

Se trata de una propuesta diseñada por el arquitecto Rafael Viñoly, que consiste en un obra de madera, aluminio, y fibra de vidrio sujeta a 22 balsas flotantes.

La ejecución demandará una inversión superior a los u$s3,8 millones y se estima que el tiempo de construcción rondará los 8 meses.

Costantini sostiene que la iniciativa proyectada "le parece más compleja que la anterior" y que "preferiría algo más sencillo, un puente tradicional".

Además, explicó que avanzar en esta iniciativa implica poner "una barrera que divide la laguna en dos", sin dejar lugar para pasar por debajo.

"Hay muchos temas técnicos que hay que estudiar. Me surgen varias dudas de distinta naturaleza respecto al diseño del puente", resume.

Y son justamente estas dudas las que volvieron a encender una luz de esperanza entre quienes, desde un primer momento, pugnaron por frenar la construcción.

Entre ellos, los mencionados Paolo Rocca, Santiago Soldati y las organizaciones ambientalistas que buscan evitar cambios en un área exótica y desbordante de riqueza natural.

Los ecologistas sostienen que el desarrollo del puente dará lugar a una masiva radicación de complejos habitacionales y hasta generará nuevos núcleos urbanos.

Y apelan a proyecciones oficiales para justificar esta postura.

En efecto, un informe presentado por las intendencias de Rocha y Maldonado estima que -de construirse el puente, que habilita el paso a una vasta cantidad de hectáreas de enorme riqueza natural- dicha área pasará de los actuales 77 habitantes a un total de 11.000 a lo largo de las próximas dos décadas.

Además, se prevé que la cantidad de viviendas construidas se ampliará en ese lapso de unas 17 a no menos de 2.500.

Para llegar a estas cifras, el estudio considera 6 proyectos de urbanización que se instalarán entre la Laguna de Rocha y la Laguna Garzón.Laguna Garzón, ese objeto de deseo

Más allá del choque de intereses, ¿por qué atrae tanto este lugar, situado a escasos kilómetros de José Ignacio?

Antonio Graña, director de Ordenamiento Territorial de la Intendencia de Rocha, brinda algunas precisiones.

"Es una zona casi virgen, y que encierra una belleza única, salvaje, en el área que va de la laguna de José Ignacio hasta Garzón. A eso hay que sumarle su conexión con las playas y la cercanía, tanto con Montevideo como con Brasil", explica a iProfesional.com."Laguna Garzón está a sólo dos horas de Montevideo, al igual que de la frontera brasileña. Y está comenzando a concentrar las inversiones exclusivas que ya no pueden hacerse en Punta del Este, por la propia expansión que tiene esa ciudad. Eso motivó que en un año el precio de la tierra se disparara", agrega.

Según Graña, el interés por la zona derivó en que lotes que, tiempo atrás, cotizaban a razón de u$s5 el metro cuadrado "ahora no bajen de los 250 dólares"."Ese es el número que se maneja en proyectos como el impulsado por Costantini. A este desarrollo hay que sumarle el anunciado por Alejandro Roemmers, que contará con el aval de la Intendencia. Y otras iniciativas que correrán por cuenta de muchos empresarios argentinos y brasileños", afirma.

En tanto, desde la Cámara Inmobiliaria de Uruguay su presidente, Gabriel Conde, también hace referencia al auge que exhibe la zona de laguna Garzón."Es la mejor para expandir el concepto de countries. Eso explica por qué la cotización de los terrenos creció tanto de un año a otro", comenta a iProfesional.com.

"Punta del Este se ha vuelto una plaza ideal para los emprendimientos edilicios. José Ignacio ofrece otro tipo de alternativas. Pero Garzón es el lugar que mejor se adapta a los inversores que buscan algo diferente", asegura.Costantini, disconforme

Como ya se hizo referencia, la propuesta del puente que rechaza Costantini fue diseñada por Rafael Viñoly y cuenta con el aval de Transporte de Uruguay.

De todos modos, la construcción todavía carece de la autorización de la Dirección de Medio Ambiente (Dinama) de ese país.

Mientras tanto, Costantini sigue elevando críticas contra el proyecto que, en definitiva, terminaría por garantizar el éxito de su complejo Las Garzas.

El empresario expresa sus dudas sobre la "superestructura de encadenamiento" que está planteada, en un sitio que es por demás ventoso.

Por otra parte, cuestiona el hecho de cómo afectará al puente el movimiento de la marea y se pregunta si esto no obligará a obras de dragado.

Por debajo de sus objeciones subyace un tema no menor, que es el tener que desembolsar casi u$s4 millones por un desarrollo que, a su entender, podría hacerse con una menor inversión.

"Empezamos creyendo que iba a salir u$s1,5 o u$s2 millones. Creo que el sistema propuesto tiene un costo muy elevado", remarca.

Además, el empresario hace referencia al gasto de mantenimiento de la propuesta que sugiere Viñoly.

"Hay que tener un equipo de gente dedicada a mantener eso. Seamos sinceros, hoy el Estado uruguayo tiene para mantener una balsa y ni siquiera da el presupuesto para cambiarle el motor", reclama.Pelea entre "pesos pesados"

Además de Costantini, Soldati o Rocca, la zona de laguna Garzón viene acumulando en este último tiempo un paulatino desembarco de inversores argentinos de marcado peso en el ámbito empresarial.

Uno de ellos es Alejandro Roemmers, titular del laboratorio homónimo quien, a principios de año, presentó a la Intendencia del departamento de Rocha una propuesta para desarrollar -en cercanías del espejo de agua- un barrio de lujo que recibirá el nombre de "Arenas de Garzón".

Según constató iProfesional.com el empresario apunta a ejecutar su megaproyecto en una superficie de 400 hectáreas adquiridas por su familia hace más de cuatro décadas.

El predio en cuestión se ubica a sólo cinco kilómetros de laguna Garzón y, según confiaron a este medio fuentes de la Intendencia de Rocha, estará destinado a la construcción de viviendas y con todo tipo de amenities e instalaciones para la práctica deportiva.

El propio Roemmers explicó que ya reveló a entidades del Gobierno su plan para subdividir la tierra en esa parte de Uruguay.

Según trascendió, el empresario planteó que las parcelas más pequeñas de "Arenas de Garzón" tendrán 5.000 metros cuadrados, mientras que las ubicadas del otro lado de la ruta pueden llegar a ser pequeñas chacras, de dos o tres hectáreas.

La idea es hacer algo "muy exclusivo", remarca.

"Estamos viendo qué forma tomaría, si sería una especie de country. Queremos hacer un desarrollo que no sea totalmente abierto, sino apuntado a un grupo de personas, para que luego ellas sean las que vayan recomendando el lugar a sus contactos", señala.

Por lo pronto, en esta avanzada sobre suelo uruguayo, Roemmers no está solo.

Así, también existen otros inversionistas interesados, de la talla de Alejandro Bulgheroni y Federico Álvarez Castillo (creador de la marca de ropa Etiqueta Negra) que se sienten atraídos por volcar su dinero en ladrillos en ese espacio.

El primero es, quizá, quien mejor conoce el escenario uruguayo en lo que hace a impulso de nuevos negocios.

Socio de la petrolera Pan American Energy, el empresario desembolsó sólo en 2009 unos u$s35 millones para concretar la compra de 9.000 hectáreas en la zona de Durazno.

Su presencia dentro de "Arenas de Garzón" no hace más que explicitar su intención de apostar con fuerza en tierra uruguaya.

Algo similar sucede con Álvarez Castillo, quien busca diversificar sus negocios y sumarle al rubro textil un emprendimiento de peso en el segmento inmobiliario.

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