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El tapón sintético va por más: ahora apunta a desbancar al corcho en el negocio del vino

Compañías del sector iniciaron un proceso de "evangelización" para demostrar que estos sistemas de cierre poseen más ventajas que los corchos naturales
18/02/2013 - 18:30hs
El tapón sintético va por más: ahora apunta a desbancar al corcho en el negocio del vino

Desde hace tiempo, en los principales países productores y consumidores de vino se viene hablando sobre el duelo entre el corcho natural -aquel elaborado a partir del alcornoque-, y los sistemas de cierre alternativos, como los tapones sintéticos o la tapa a rosca. 

Lo cierto es que la Argentina no ha permanecido ajena a ese debate. Sin embargo, es cierto que todavía subsisten numerosos prejuicios por parte de los consumidores y también en las propias bodegas, que temen que el avance de los tapones alternativos en sus portfolios sea considerado como sinónimo de abaratamiento y pérdida de calidad de una etiqueta o línea determinada, especialmente en el segmento Premium hacia arriba.

Distinto es en el caso de los productos de gama baja, donde los tapones sintéticos o las tapas a rosca han pasado a reinar con comodidad, conforme fue consolidándose la moda en otros mercados de consumo y, paralelamente, los costos en el plano doméstico empezaron a apretar las finanzas de las bodegas nacionales.

Hay una realidad: el tapón sintético es mucho más económico que un corcho natural.

Estos últimos, elaborados a partir del alcornoque, cotizan en el orden de los 500 euros el millar. En cambio, los primeros parten desde los u$s40 y llegan a los u$s120 en el caso de los modelos de mejor calidad.

Esto explica por qué en momentos en que los números están tan "finitos" en una industria que se despidió del crecimiento a tasas chinas y cada vez más etiquetas pierden lugar en las góndolas del mundo por el atraso cambiario, estos sistemas de cierre son vistos cada vez con más agrado por parte de gerentes de compras y financieros.

Sin embargo, algo está cambiando en la industria: con el objetivo de incrementar su nivel de market share en el negocio alrededor del globo, las empresas de tapones sintéticos están yendo más allá del tema costos a la hora de hablar de las ventajas de esta alternativa.

En efecto: en este último tiempo, la estrategia de las firmas del sector es hacer foco en que los tapones, más que una herramienta para bajar costos, son aliados clave para los enólogos a la hora de embotellar un vino y que éste llegue a la mesa de los consumidores exactamente de la manera planificada.

En definitiva, los fabricantes decidieron ir por todo, dado que, además de demostrar que el tapón sintético es más económico, también quieren dejar en claro que pueden ser incluso más efectivos que los corchos naturales, utilizados de manera hasta ahora indiscutida a la hora de tapar vinos de altísima gama y que se encuentran muy arraigados en la mente de los consumidores como un elemento más para confirmar la calidad de una etiqueta.

Una de las empresas que está avanzando a pasos acelerados en post de este objetivo es Nomacorc, número uno en la fabricación de tapones alternativos del mundo y que acaba de poner un pie en la Argentina, donde inició un plan de agregado de valor que contempla inversiones por más de u$s3 millones en los próximos años.

Si bien uno de los aspectos más destacados durante la inauguración -que tuvo lugar la semana pasada en la provincia de San Juan y de la que participó Vinos & Bodegas- fue el hecho de que esta iniciativa permitirá comenzar a sustituir importaciones y generar mano de obra nacional, lo cierto es que algunos de los principales directivos de Nomacorc que viajaron especialmente a la Argentina aprovecharon la ocasión para reforzar el concepto que la compañía viene desplegando a nivel global: el tapón sintético es más conveniente por costos, pero también por su performance a la hora de conservar un vino.

La pelea por tapar una botella

Desde Nomacorc juegan con dos conceptos principales: tecnología y manejo de oxígeno.

Respecto al primer punto, desde la compañía sostienen que el tapón sintético es un desarrollo de ingeniería, que permite obtener diferentes modelos indicados para cada estilo de vino y con la garantía de que cada uno de ellos sea exactamente igual entre sí, lo que permite así llegar al segundo concepto, es decir, al manejo del oxígeno para garantizar que la botella que un consumidor adquiere en un supermercado, vinoteca o restaurante sea tal cual fue ideada desde el vamos por el enólogo.

"Contrariamente a lo que se cree, el tapón sintético no es totalmente hermético. Por el contrario, cada uno de los modelos tiene una tasa de permeabilidad. Y si uno sabe jugar con esa tasa de oxígeno, entonces puede lograr que el vino vaya evolucionando en la medida de lo planificado. Por eso lo que vendemos es tecnología", explicó Eduardo Casaubon, socio gerente de Insumos Andinos, firma que tiene la distribución exclusiva de Nomacorc en la Argentina y que fuera, además, uno de los artífices del desembarco de esta compañía en el país.

"Pasamos por muchas barreras para quebrar los paradigmas y los preconceptos que podían tenerse sobre los tapones sintéticos. Muchos incluso hoy ven un tapón sintético y piensan equivocadamente que el vino está absolutamente sellado. Esto es un concepto erróneo: la verdad es que todos los tapones son permeables. Es más, la tecnología aplicada en este producto permite encontrar el flujo de oxígeno óptimo que busca el enólogo para cada vino", explicó Lars von Kantzow, presidente y CEO de Nomacorc, quien no viajó a la Argentina por temas de agenda pero sí se refirió a este nuevo proyecto a través de un mensaje grabado en video.

Posteriormente, Mark Coleman, gerente de Ventas para toda América, realizó en uno de los salones del hotel Del Bono de San Juan una presentación en la cual, además de hablar de las bondades de los tapones sintéticos, dirigió una cata donde se pudieron degustar vinos iguales pero envasados con distintos sistemas de cierre, de modo de poder analizar, en vivo y en directo, la importancia del manejo del oxígeno a través del tiempo y el dramático impacto que éste puede tener en la calidad final del producto.

En este sentido, el directivo mencionó los principales factores que llevan a que la opción sintética sea una alternativa incluso -según sus argumentos- más efectiva que el corcho natural a la hora de proteger un vino:

1- Uniformidad: los tapones de Nomacorc están elaborados con un núcleo de espuma con una estructura celular uniforme y diferentes niveles de densidad, los cuales permiten "jugar" con las tasas de transferencia de oxígeno.

Coleman detalló que el sistema de fabricación actual permite que todos los tapones producidos en serie sean iguales entre sí, de modo que las botellas que utilicen este sistema de cierre, en buenas condiciones de guarda, evolucionarán de la misma manera, dando previsibilidad al enólogo y al resto de la cadena, como sommeliers y consumidores.

Coleman aseguró que "con diferentes estudios demostramos que la tapa a rosca no deja entrar suficiente oxígeno y el corcho es muy inconsistente en el largo plazo, algunos pueden dejar pasar poco y otros más de lo necesario. En cambio, el tapón sintético es una herramienta efectiva para manejar una correcta transferencia de oxígeno".

En la siguiente infografía provista por Nomacorc se puede observar cómo los tapones sintéticos tienen una variabilidad (zona gris) muy pequeña en lo que se refiere a paso de oxígeno, en tanto que con los de origen natural hubo un muy amplio gap: algunas muestras sufrieron un gran paso de oxígeno, en tanto que otros estuvieron por debajo del promedio.

Incluso, el estudio de Nomacorc también intenta demostrar que los tapones sínteticos -con centro de espuma contenida en una capa elástica- son muy superiores a los tapones plásticos, más baratos y elaborados a partir de moldes ("Injected Molded", en la infografía). 

2- Diversidad de tapones para cada necesidad: Coleman acotó que "nuestra fortaleza es el manejo de oxígeno y por eso queremos convertirnos en aliados de las bodegas, para que fabriquen un vino excelente y llegue en excelentes condiciones a la mesa".

"Estamos desarrollando un proceso de ingeniería, de modo que tenemos un tipo de corcho indicado según el tipo de vino del que se trate", recalcó.

El directivo comentó una experiencia que llevaron a cabo junto a una bodega Asutraliana, a través de la cual investigaron la evolución de una misma cosecha de Sauvignon Blanc a través de los años en función de distintos sistemas de tapado.

Coleman destacó que "aquél que tenía tapa a rosca, tenía una nariz muy cerrada y aromas de reducción", en tanto que el que fue cerrado con corcho natural "presentaba notas de oxidación y caramelo". Como contrapartida, el que había sido cerrado con tapón sintético "mantuvo los aromas a frutas frescas tal como el enólogo quería".

El experto agregó que "esta experiencia también la llevamos adelante con un Cabernet Sauvignon, y vimos que, en función del oxígeno, había mucha variabilidad en el resultado final. Así, con tapa a rosca desarrolló más de esas notas animales; con el corcho natural se potenció la presencia de aromas a frutas oscuras y maduras, mientras que con el tapón sintético y un oxígeno controlado se lograron mantener los aromas a frutos rojos y caramelo".

Coleman detalló además que "cada año se realizan 15.000 testeos de aromas" en los principales países productores y en colaboración con algunas universidades para analizar la performance de los distintos sistemas de cierre.

3. No transmiten contaminantes al vino: desde la compañía destacaron que, en buenas condiciones de almacenaje, los tapones sintéticos no transmiten aromas extraños al vino y tampoco son agentes portadores del temido TCA (2-4-6 tricloroanisol, un compuesto que, en grandes dosis, puede arruinar un vino con un olor mohoso y cuya presencia puede encontrarse en las instalaciones de la bodega, barricas y hasta en corchos naturales).

En este sentido, el estudio de Nomacorc detalla que, en base a datos obtenidos en concursos internacionales para los cuales se tomaron muestras a lo largo de cinco años, cerca del 7% de los vinos tuvieron algún tipo de defecto, "lo cual es grave, porque se supone que estamos en presencia de los mejores ejemplares de las bodegas", acotó Coleman.

De ese total, el experto aseguró que "la mayoría de los problemas estuvieron asociados con el mal manejo del oxígeno y con problemas con el corcho".

Más allá de los concursos, considerando únicamente los vinos cerrados con corcho natural, se estima que el 3% del total exhibe defectos.

Frente a esto, desde la compañía destacaron que "en un mercado de 12 mil millones de botellas de vino cerradas con corcho natural, aproximadamente un millón de ellas se pierden cada día. Un buen tapón contribuye a disminuir el porcentaje de vino que se desaprovecha por defecto".

4. Manipulación y estética: durante la presentación, desde Nomacorc agregaron un aspecto no menor: la apertura de un tapón sintético de este tipo -núcleo de espuma recubierta por una piel sintética- permite una mejor manipulación que los tapones sintéticos moldeados por inyección y monoextrusionados -o tapones plásticos-, porque su estructura y composición puede generar cierta resistencia durante la maniobra para destapar una botella y, en algunos casos, hasta resulta muy difícil retirar el tapón del sacacorchos.

Paralelamente, aseguran que durante la operación de descorche, responde mejor que los llamados "corchos técnicos", es decir, aquellos que, además de alcornoque, incluyen plástico o cola para su fabricación y que, por su confección, pueden quebrarse.

Por último, desde la compañía destacaron que los tapones sintéticos, frente a los de plástico, "mantienen un aspecto y sensación en el consumidro casi idénticos al corcho natural, garantizando la facilidad de quitarlos y de volver a insertarlos en la botella".

El negocio de los tapones en números

La utilización de tapones sintéticos en la industria vitivinícola tuvo un crecimiento meteórico: en sólo diez años pasaron de tener un share del 0% a un nivel del 20%.

En la actualidad, Nomacorc posee más del 65% del mercado mundial de tapones sintéticos, de la mano de unas 2.400 millones de unidades anuales, que equivale al 13% del total del mercado mundial del vino embotellado.

En lo que respecta al mercado argentino, "en este momento estamos cubriendo el 10% de la demanda nacional. Con este proyecto, nuestro objetivo es alcanzar el 20% de share", detalló Casaubon, quien agregó que "actualmente proveemos con nuestros productos a más de 150 bodegas argentinas, con el claro de objetivo de ir incrementando ese número".

Considerando que el mercado vitivinícola argentino cada año envasa unas 850 millones de botellas, el plan de Nomacorc es abastecer a las bodegas locales con cerca de 170 millones de tapones anuales.

En este contexto, el empresario destacó el hecho de que "ya estamos tapando con nuestros productos vinos de hasta $100, lo que demuestra que está habiendo un cambio de percepción respecto a este sistema de cierre". 

El duelo está en marcha. Los consumidores y los resultados empíricos serán los jueces en esta contienda por un negocio multimillonario.  

Por Juan Diego Wasilevsky -Editor Vinos & Bodegas - [email protected]