Debutó el "dólar turista" a $6,12: ¿ahora los argentinos viajarán menos al exterior?
Finalmente llegó. Se lo venía anunciando desde hacía un año, y por eso muchos se apuraron en adelantar sus decisiones de viajar, previendo el impacto de su arribo.
Se trata del "dólar turista", que por más que no exista formalmente ya tiene plena vigencia, tal como ocurriera en tantos momentos de la historia económica argentina.
La medida anunciada por la AFIP -por la que se aplica un recargo del 20% a la compra de pasajes aéreos y paquetes turísticos y eleva del 15% al 20% el correspondiente al uso de tarjetas en el exterior- supone, en los hechos, el establecimiento de un nuevo tipo de cambio.
Es que, coinciden los economistas, la mayor parte de los turistas ha desistido de realizar, luego de su viaje, el trámite para que les sea restituido el monto que la AFIP cobra en concepto de adelanto del impuesto a las Ganancias.
En definitiva, lo que se percibe es que la gran mayoría del público que viaja asumirá que, desde ahora, cuando calcule sus costos para planificar sus vacaciones pensará en un dólar de $6,12.
Y la gran duda es si la medida resultará efectiva para corregir el problema que le quita el sueño al Gobierno -la fuga de capitales- o si apenas funcionará como una vía adicional para recaudar impuestos.
Por lo pronto, los analistas dejan ver su escepticismo.
"Las medidas que ha intentado el Gobierno para aliviar la escasez de dólares no han dado resultado. El año pasado, las trabas a las importaciones tuvieron el relativo éxito de dejar un saldo comercial de 12.000 millones de dólares, pero igual se perdieron reservas, que se fueron por turismo", argumenta Federico Muñoz.
Y destaca que, a pesar de los esfuerzos oficiales por desalentar el turismo externo, hubo un impresionante aumento en apenas un año, que llevó de u$s4.800 a u$s7.300 millones las divisas que debió resignar el Banco Central por concepto de viajes al exterior.
¿Será esta nueva medida más disuasiva, al punto de congelar o disminuir la cantidad de dólares que salgan del país como consecuencia del encarecimiento de los pasajes y los hoteles?
Los analistas no sólo no lo creen, sino que además prevén que en el futuro pueda haber otras medidas complementarias.
"Anticipo: en los próximos 12 meses el impuesto a la compa en dólares volverá a subir. Después no digan que no avisé", escribió en su cuenta de twitter Eduardo Levy Yeyati, docente de la universidad Di Tella y ex banquero de inversión.
En tanto Martín Redrado, ex titular del Banco Central, afirmó: "El nuevo dólar turismo muestra a la política cambiaria en un laberinto. El Gobierno quiere salir pero se choca, hay improvisación y retraso".
La clave: sigue siendo más barato que el blue
A lo largo de este verano, que ahora quedó atrás, la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el blue ha ido creciendo en forma acelerada, para establecerse en niveles superiores al 55%.
Esta enorme diferencia fue un estímulo más que suficiente para que se dispararan los viajes de argentinos al exterior.
Sencillamente porque -aun con recargo incluido- el pago con tarjetas de crédito seguía siendo bajo frente a la cotización del paralelo.
Las fuentes consultadas encuentran en este punto la mejor forma de graficar cómo el blue se constituyó en referente de la economía.
"La gente, al comparar cotizaciones, no tiende a pensar cuán alto está el dólar turista respecto del oficial sino en cuán bajo se ubica en relación con el paralelo", ejemplifica un importante empresario del rubro turístico.

La explicación oficial
Ahora, el Gobierno resolvió unificar en un 20% el gravamen que se aplica sobre todas las compras al exterior.
El responsable de la AFIP, Ricardo Echegaray dio su explicación sobre el motivo del aumento.
El funcionario aclaró que la percepción anticipada "no es un impuesto" sino "una exteriorización de patrimonio del contribuyente, que permite tomar como pago anticipado" del Impuesto a las Ganancias y de Bienes Personales.
Pero más allá de sus dichos, los economistas consultados por iProfesional.com coincidieron en afirmar que "esta medida busca disuadir a potenciales viajeros y reducir en algo la brecha entre el blue y el dólar tarjeta".
"Cuando se puso en práctica en agosto, y por un buen lapso, esa diferencia se había mantenido sin cambios, en un 15%. Pero, en lo que va del año, se disparó y ya llegaba al 37%".

"No creo que sea una iniciativa con fines recaudatorios sino disuasivos. Y, en menor medida, para evitar el contrabando hormiga", argumenta Luciano Cohan, economista jefe de la consultora Elypsis. Y agrega: "Es evidente que le están corriendo desde atrás al blue".
Sin embargo, "el impacto será relativo. Porque, pese a que representa un salto del 20% en los precios en pesos, nuestros clientes hacen sus cuentas al blue", afirma a iProfesional.com el representante de una agencia de viajes que promociona varias líneas de cruceros.
"Sí implicará una complicación, porque de repente manejar varios tipos de dólares, confunde y no ayuda a la hora de decidir", añade.
"Igualmente, para quienes viajan la cuenta es fácil: aun con el recargo del 20% impuesto por el Gobierno a toda la actividad, el precio de cada billete verde gastado afuera vía tarjeta termina siendo al menos un 30% más barato que un dólar blue", sostienen desde la consultora abeceb.com.
Ante esta circunstancia, ¿cuánto más barato resulta?
"Si hacemos números más finos, para un paquete de unos diez días -que hasta el viernes costaba poco más de u$s2.000 por persona al precio del billete paralelo, ahora se encarecerá algo así como un 13%", grafica el operador de una agencia ubicada en la calle Florida.
Así, quien planea un viaje toma en cuenta tres tipos de cambio:
•El oficial, que es al que podrá comprar billetes si tiene la suerte de ser autorizado por la AFIP.
•El turista, que es en definitiva el que deberá tener en cuenta para afrontar los pasajes, en la forma que sea.
•El blue, al que recurrirá si no tiene "la bendición" del fisco para adquirir en el "mercado libre y único de cambios" y al que posiblemente venda para pagar sus gastos con tarjeta.
En la práctica, las fuentes del sector consultadas no dudan en afirmar que -aún con el encarecimiento del dólar turista- la gran referencia seguirá siendo el blue.
"De aquí en más la cuestión dependerá del grado de acceso al mercado que disponga la AFIP, aunque todo hace suponer se irá restringiendo cada vez más", sostiene.
"En la medida en que escaseen los dólares oficiales, será cada vez más caro viajar y por ende, podría bajar la demanda por turismo", agrega.
En el fondo, la iniciativa oficial se debe a la creciente preocupación oficial por el persistente goteo de los depósitos en dólares y la disparada en el uso de las tarjetas para financiar viajes afuera que, en forma combinada, terminan afectando las reservas del Banco Central.
Según Diana Mondino, economista de la Universidad CEMA (UCEMA), "el verdadero problema no es el turismo, sino la brecha entre el paralelo y el oficial".
"Poner impuestos no soluciona la cuestión de fondo, es un tributo más que encarece y dificulta una actividad que debería ser normal y habitual como cualquier otra", agrega Mondino.
"Las compras con dólares son necesarias, porque es la moneda con la que se hacen las transacciones internacionales. Obstaculizarla es una forma de aislar a la economía argentina", agrega la profesional.
"Es un verdadero error creer que la gente modificará su patrón de consumo. Y aun más equivocado es pensar que si un insumo se encarece sólo afectará a ese ítem, ya que afectará a otros productos no relacionados. Es decir, la gente dejará de consumir otras cosas para poder irse de viaje. Es un análisis muy primitivo el que hace el Gobierno", concluye Mondino.
El humor social no se devalúa
Hay, además, otra dimensión para evaluar la medida: su impacto sobre el humor social y, en definitiva, sus posibles consecuencias a nivel político.
En este sentido, los analistas destacan que hay algunas circunstancias que pueden hacer la noticia más fácilmente asimilable por el público.
La primera es el "timing" elegido. En marzo, la temporada alta ya pasó, por lo que su impacto social será limitado. En todo caso, quienes estén planificando ahora sus vacaciones de invierno, tendrán tiempo para hacerse a la idea del encarecimiento.
La segunda es la inminente puesta en práctica de aumentos salariales. Las previsiones mayoritarias de las empresas marcan que, a lo largo de este año, habrá incrementos en las remuneraciones que rondarán el 25%, en general en dos cuotas.
Esto implica que el 20% que se encarecerán, en pesos, los paquetes turísticos, se verá parcialmente compensado por los incrementos nominales de salarios que tendrán lugar entre marzo y mayo.
Pero, por sobre todo, la inflación sigue "jugando a favor" del turismo externo. La extendida preferencia por la compra de viajes con tarjeta de crédito hace que la percepción de "cuotas que se licúan con el paso del tiempo" esté más vigente que nunca.
En definitiva, lo que no logra desarmar este nuevo "dólar turista" es el efecto del atraso cambiario.
Medido en dólares (en cualquiera de sus versiones), los salarios siguen siendo relativamente altos, en la medida en que la inflación y las paritarias le sigan ganando a la tasa de devaluación.