• 7/12/2025
ALERTA

El Gobierno se siente ví­ctima de un "golpe financiero", tras la corrida que llevó el blue a $8,75

Los tiempos se aceleran. Habiendo transcurrido menos de tres meses, el paralelo ya cotiza a una cifra cercana a la que se preveía recién para fines de año
21/03/2013 - 09:42hs
El Gobierno se siente ví­ctima de un "golpe financiero", tras la corrida que llevó el blue a $8,75

El Gobierno dejó entrever su alta preocupación por la disparada del dólar informal.

De hecho, la presidenta Cristina Kirchner convocó de urgencia al equipo económico y a la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, a una reunión en la que también participaron el ministro del Economía, Hernán Lorenzino, y el viceministro, Axel Kicillof.

Hubo todo tipo de versiones, desde pedidos de renuncia, alejamiento de quien preside el BCRA, hasta fuertes desencuentros entre los propios funcionarios. Lo que sí quedó al descubierto es el fastidio de la jefa de Estado por la disparada del "blue" y por el extremo nerviosismo en la plaza cambiaria. 

En ese encuentro, habrían quedado en evidencia dos posturas bien definidas en cuanto a cómo subsanar los problemas que trajo el "cepo".

Por un lado, Kicillof y Marcó del Pont serían proclives a establecer un desdoblamiento cambiario, mientras que Echegaray y Moreno apuntan a intensificar aun más los controles sobre el mercado.

Lo cierto es que, lejos de atribuir la disparada del billete a las recientes medidas tomadas, entienden que el Ejecutivo está siendo víctima de un "golpe financiero".

Identifica como culpable al campo, ya que estima que los sojeros mantienen sin liquidar cerca de u$s4.000 millones alojados en silobolsas. También a grupos financieros que, en los últimos días, habrían fogoneado al blue y, a su entender, quieren una mega-devaluación.

Los tiempos se aceleran
En la Argentina de hoy día los tiempos se aceleran con inusitada virulencia, al menos en materia cambiaria.

Los hechos corren tan de prisa que se asemejan a un reloj en el que la aguja que marca la hora corre a la velocidad del segundero.

Tal es así que el dólar blue -a menos de tres meses de haberse iniciado este 2013- ya se acerca peligrosamente a la cifra "exagerada" de los $9,00 prevista recién para finales de año.

Todo se precipita y el mercado queda preso de la incertidumbre.

Si se mira hacia atrás y se observa lo acontecido, la sensación de "vértigo" es similar.

En efecto, no hace mucho tiempo, más precisamente en la segunda semana de diciembre, el dólar tarjeta" valía $5,80 y el blue se negociaba a "apenas" $6,80. Es decir, solo había $1,00 de diferencia entre ambos.

Pasaron nada más que tres meses. En ese pequeño lapso, el "dólar tarjeta" mutó al "dólar turista", que supone un recargo del 20% en las compras de paquetes, pasajes y compras realizadas con plásticos en el exterior.

La idea del Gobierno parecía clara: desalentar las operaciones vinculadas con el turismo de argentinos fuera del país, una ventana por la que se le fugan cerca de u$s7.000 millones sin que la administración kirchnerista pueda controlarla como quisiera. 

En una primera instancia, se suponía que al aplicar un recargo la consecuencia inmediata iba a ser la de una reducción de la brecha entre "dólar turista" y el blue.

Pero, tal como suele suceder cuando no se resuelven los problemas de fondo, el remedio de poco sirvió. Incluso, en este caso, terminó siendo peor que la enfermedad.

En efecto, esa diferencia ($1,00) se estiró a más del doble, ya que la brecha entre el nuevo "dólar tarjeta" y el blue ahora es de $2,63 ($8,75 contra $6,12).

En buen romance, el efecto disuasivo que intentó imponer el Gobierno tuvo un resultado absolutamente inverso.

"La gente, al comparar cotizaciones, no tiende a pensar cuán alto está el dólar turista respecto del oficial sino en cuán bajo se ubica en relación con el paralelo", señalaba días atrás a iProfesional.com un importante empresario de una agencia de viajes.

Remedio que agrava al paciente
Con el correr de las últimas jornadas, el dólar paralelo tomó un envión tal que lo llevó a cotizar a casi el doble que en el inicio de las restricciones cambiarias.

Los analistas no dejan de sorprenderse que ya haya haya subido algo más de un 25% desde comienzos de 2013, cuando "apenas" valía $6,91.

"En menos de tres meses creció diez puntos más que lo que paga un plazo fijo en todo un año", remarca un operador cambiario sin ocultar su asombro.

Y agrega que la disparada que tuvo en un solo día (5,8% este miércoles) fue "la más alta desde que se instauró el cepo".

"Hoy estamos frente a una corrida cambiaria. Prácticamente nadie quiere vender un dólar y del otro lado del mostrador la demanda es enorme. Nadie quiere pesos", asegura este medio un operador de la city.

Por lo pronto, los hechos demostraron que las afirmaciones de Mercedes Marcó del Pont, cuando decía que la suba del blue se debía a "cuestiones estacionales" no eran más que una expresión de deseo.

En opinión de Luciano Cohan, economista de la consultora Elypsis, "el camino alcista que recorrió el billete paralelo responde a otras causas que son más estructurales".

"La raíz de fondo de la actual situación es que el Gobierno no comprende cuál es el problema y por eso no puede encontrarle solución", es el contundente pronóstico de Aldo Abram.

El analista Agustín Cramo, pone foco en otra cuestión. Y es que pese a tener el Banco Central el "monopolio" de la compra de dólares, aun así no ha parado de perder reservas, que ya bajaron u$s2.100 millones en lo poco que lleva transcurrido el año.

Esto no hace más que sembrar dudas sobre la efectividad del cepo y si, nuevamente, este "remedio" no ha sido peor que la enfermedad.

"El campo no quiere vender la soja, el mercado inmobiliario se derrumbó, a las empresas extranjeras no les resulta rentable traer dólares al país para invertir, porque los cambian al valor oficial -tal como pasó con la brasileña Vale- los particulares ajustan sus expectativas al blue...", razona un importante empresario industrial.

Expectativas, la palabra clave
"Se genera una suerte de circulo vicioso: si el dólar marginal sube, los particulares lo que hacen es ajustar sus expectativas día a día", sostiene el ex economista jefe del Banco Central, Eduardo Levy Yeyati.

Y agrega: "Por eso, es fundamental que el Gobierno diga qué quiere hacer o a dónde quiere ir. De lo contrario, esas expectativas se van acomodando a las noticias de ayer".

Yeyati plantea que "por eso, hace seis meses se pensaba que el blue a $6,50 era caro y hoy, sin que nada fundamental en la economía haya cambiado, un blue a $7 parezca barato".

En buen romance, este economista ubica como eje central del problema a una palabra clave que hoy por hoy pesa más que cualquier otra: expectativas.

Al igual que él, son muchos los economistas que señalan que si no se corrige esta cuestión, cada restricción impuesta sobre el mercado cambiario, o medida económica que se tome, puede empeorar aun más las cosas.

Otra de las palabras que explican el repunte del blue se emparenta con la anterior. "Para revertir la disparada se necesita una gran dosis de confianza", agrega Cramo, quien además señala la necesidad de un plan económico integral que hoy brilla por su ausencia.

"No hay certidumbre, y si esto no se revierte, el actual escenario se irá tornando cada vez más difícil de sobrellevar", agrega.

Cramo remarca que mientras el Gobierno no resuelva los problemas de fondo -como el atraso del dólar oficial frente a la suba de precios, el enorme gasto público y la altísima emisión monetaria- "el blue, de mínima, acompañará la tasa de inflación".

"El Gobierno puede frenar esto, pero no con las medidas que está tomando. Por el contrario, tiene que hacer cosas que cambien las expectativas de la gente sobre la economía argentina", afirma Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central.

Yeyati, en tanto, hace referencia a algunas de las consecuencias de la disparada del paralelo.

"La suba se traslada a una parte de la canasta de consumo presionando sobre la inflación. Y genera una sensación de corrida que funciona como profecía autocumplida: la gente compra (y no vende) billetes porque piensa que seguirá subiendo (...) y el propio aumento premia al que ya había comprado, convalidando sus expectativas y generando más demanda", argumenta.

"En resumen -agrega- más dolarización y más inflación; menos demanda doméstica y menos crecimiento".

"El Gobierno debe dar señales creíbles de que va a actuar para resolver los problemas de fondo", puntualiza Diana Mondino, economista de la Universidad del CEMA.

Jorge Todesca, director de la consultora Finsoport y ex viceministro de economía es contundente en su afirmación: "La gran cantidad de medidas arbitrarias que ha venido tomando el Gobierno derivó en una pérdida de confianza en la moneda local".

"Se está transitando un camino muy peligroso y del que no se sabe a dónde conducirá. El BCRA ha emitido tantos pesos que los camiones de caudales no tienen capacidad para transportarlos", agrega Pignanelli en diálogo con iProfesional.com.

Control de cambios: origen y fin
En todos los países donde se aplicó el control de cambios el resultado fue el mismo: no se logró crear beneficio económico alguno.

Por el contrario, se produjo una fuerte distorsión en los precios relativos -ya que distintos bienes y servicios siguen a diferentes colores de dólar- lo que luego deriva en un abrupto sinceramiento de las variables económicas.

Inicialmente se busca controlar el uso de los billetes verdes, en un país totalmente dependiente de ellos.

image placeholder

Pero, con el tiempo -y ante la falta de resultados favorables- las restricciones se van profundizando hasta que se llega a manipular desde el efectivo solicitado para un viaje hasta los billetes destinados a la compra de bienes de primera necesidad.

¿Cómo se sale?
"Las historias de tipo de cambio atrasado y múltiples o ilegales nunca han dado resultados alentadores. Y esta vez no será diferente", sostiene el analista Nicolás Dujovne.

Claro que la gran duda es cómo se sale, una vez que se llegó a instancias como las de hoy día.

"Cuando nos internamos por un camino errado, lo mejor es volver sobre nuestros pasos. No es gratis, pero es menos costoso que insistir en el error", comenta Yeyati, al tiempo que añade que "el Gobierno debería habilitar la venta de más dólares a un tipo de cambio realista, mayor al oficial, pero bien por debajo del paralelo".

"La administración kirchnerista está absolutamente desorientada con el manejo de la divisa y es por ello que insistirá con apretar a exportadores para que liquiden", vaticina Martín Redrado.

Claro está que este "apriete" conlleva un riesgo, como la de que el exportador, al hacerse de una mayor cantidad de pesos, no haga otra cosa que incrementar la demanda en el mercado blue, elevando así aun más su cotización.

"Los cepos terminan mal. En los últimos 70 años hubo 20 cepos y todos dieron malos resultados. ¿Por qué este va a ser distinto?", se pregunta Abram.

"El Gobierno debe dar marcha atrás. El problema es que este equipo de funcionarios no tiene la capacidad suficiente como para revertir esta situación", sentencia Todesca.

"Si el Ejecutivo decide profundizar aún más el cepo, es muy probable que todo desemboque en una crisis cambiaria mayor. En tal sentido, cada paso que toma se parece más al Rodrigazo", afirma Abram.

Restablecer la confianza viene a ser el elemento clave y la instancia previa a la de tener que tomar medidas impopulares o muy dolorosas.

"Primero hay que cambiar las expectativas de la gente. Luego calmar el mercado con medidas que den respuesta a los temas irresueltos, como la situación fiscal, el Indec o la falta de acceso al crédito", remarca Pignanelli.

En coincidencia con Todesca, agrega: "A esta altura resulta necesario cambiar jugadores, poniendo funcionarios que sepan, porque los que están no saben manejar la cuestión".

Algo de esto había señalado el polémico ex ministro Domingo Cavallo, cuando le "sugirió" a la Presidenta: "Si se continúa con el actual Gabinete, va a terminar muy mal. El mejor consejo que puedo darle (a la Presidenta) es que convoque a los economistas profesionales, con experiencia de las décadas del '70, '80 y '90". 

Cavallo mencionó a "Roberto Lavagna, Javier González Fraga y Mario Blejer" como idóneos para resolver la actual situación. 

"Estoy seguro que el control de precios y el control de cambios manejados por el equipo Lavagna-González Fraga va a ser mucho más racional y efectivo", sentenció el ex ministro.

Por lo pronto sus consejos no parecen ser el camino que elegirá la Casa Rosada.

Todo indica que pese a algún cambio que pudiera realizar de alguna figura de la administración actual, el equipo y los lineamientos generales se mantendrán. Y que apelará a profundizar aun más los controles como receta.