¿Nuevo "caso Vale"?: otro megaproyecto anunciado por Cristina Kirchner está frenado
El punto de partida hay que situarlo en Nueva York, Estados Unidos.
Junio de 2012. Exultante, la presidenta Cristina Kirchner anunciaba la instalación en Malvinas Argentinas, provincia de Córdoba, de una nueva planta de producción de maíz transgénico a cargo de la multinacional Monsanto.
El plan, que también sirvió para enterrar las disputas y poner fin al conflicto que enfrentó al Gobierno nacional con la compañía por la titularidad de patentes de invención, contemplaba el desembolso de $1.500 millones y la creación de varios centenares de puestos de trabajo en una localidad de apenas 9.000 habitantes.
Nueve meses antes, todo hacía suponer que los primeros vestigios de la inversión de Monsanto comenzarían a hacerse visibles a principios de 2013.
Pero, en un sorprendente giro -que proyecta una película muy parecida a la protagonizada recientemente por la minera brasileña Vale, aunque por causas distintas- la ejecución de ese gran emprendimiento aparece en el inicio de abril totalmente paralizado.
Así como sucediera en Mendoza, con el frustrado acuerdo minero, ahora los vientos de incertidumbre soplan sobre Córdoba.
Y no faltan las voces cercanas a la iniciativa que comienzan a instalar sus dudas respecto del avance final de la obra y la concreción real de la suma prometida por Monsanto.
¿Qué es lo que traba otra de las grandes apuestas K? Por efecto de una medida cautelar concedida a grupos ambientalistas, reunidos en torno a la asociación civil "Club del Derecho", la justicia provincial ordenó frenar la ejecución del proyecto.
Este grupo, de perfil ecologista, solicitó hace semanas la suspensión del emprendimiento, alegando que la municipalidad de Malvinas Argentinas habilitó a Monsanto sin que se hayan cumplido con las presentaciones ambientales previstas.
Curiosamente y marcando sus diferencias, la compañía alegó que completó todos los pasos exigidos para llevar adelante la obra civil.
Desde Monsanto aseguraron a iProfesional.com que la firma apeló la medida para así "tener la oportunidad de ejercer la defensa de este proyecto productivo".
El conflicto se encuentra ahora en manos del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Córdoba. La instancia en cuestión (la tercera y última) podría enterrar finalmente el proyecto, tras dos fallos que hasta ahora dieron lugar al pedido del "Club del Derecho".
En caso de que se le niegue a Monsanto la posibilidad de avanzar con las obras, esto echaría por tierra el millonario desembolso, haría que se esfumen los nuevos puestos de trabajo planeados y que el proyecto pase a tener fecha indeterminada de ejecución.
Según fuentes locales, a fines de febrero, la jueza Civil, Comercial, de Conciliación y Familia, Claudia Zalazar, dispuso una medida cautelar por la que ordenó a la Municipalidad de Malvinas Argentinas a que "se abstenga de autorizar a Monsanto Argentina cualquier obra y/o actividad que implique la puesta en funcionamiento de la etapa operativa" de la planta de secado de semillas de maíz.
Este fallo no suspendió la obra porque sólo alcanzaba a la fase operativa del proyecto.
Un mes después, tras la apelación del Club del Derecho, la Sala 2º de la Cámara del Trabajo de la Ciudad de Córdoba fue más allá y ordenó la suspensión de una ordenanza (nº 821/2013 de la Municipalidad de Malvinas Argentinas) por la que se le había otorgado permiso de obra a Monsanto.
En ese momento -y apenas fuera notificada- la multinacional detuvo casi de forma completa el emprendimiento en el lugar. Ahora, nada permite anticipar cuál será el desenlace.
¿Qué dice Monsanto?
Desde la compañía dejan entrever la situación como preocupante y desconocen cómo evolucionará el plan inicialmente previsto.
Consultada por iProfesional.com Fernanda Pérez Cometto, gerente de Asuntos Públicos de Monsanto para la región, afirmó: "Respetamos la decisión judicial en relación a la medida cautelar de suspensión de obra, aunque lamentamos que nuestros derechos hayan sido vulnerados, no otorgándosenos la posibilidad de ser oídos y defendernos".
La ejecutiva profundizó sobre los alcances que eventualmente tendría el proyecto ahora frenado: "Esta planta de Malvinas Argentinas, en Córdoba, tendrá como función el acondicionamiento de semillas de maíz para la siembra".
Agregó que podría contar con una "capacidad de producción de 3,5 millones de bolsas de semillas de esa materia prima y que sería de características similares a la que Monsanto ya tiene en la localidad de Rojas, Provincia de Buenos Aires".
En tanto, Perez Cometto negó la posibilidad de efectuar cambios al plan previsto inicialmente por parte de la compañía.
Con el antecedente de lo sucedido con la brasileña Vale, aunque por causas en este caso diferentes, Monsanto ¿podría llevar a cabo una medida similar?
"Estamos aguardando la definición acerca de la apelación que hemos presentado a la medida cautelar por la que se suspendiera la obra. Queremos tener la oportunidad de ejercer la defensa de este proyecto productivo ante la Justicia", respondió la ejecutiva.
Detalles de la inversión
A partir del desembolso anunciado por sus máximas autoridades, Monsanto planeaba originalmente casi duplicar su producción de semillas de maíz en el país con destino de exportación.
La empresa apuesta a un negocio que viene creciendo: el desarrollo de semillas en contraestación. Es decir, que se venden en el norte ni bien resultan cosechadas en el sur del continente. Y viceversa.
El mismo comprende ventas al exterior superiores a los 250 millones de dólares anuales.
Para Monsanto, según trascendió, esta unidad de ventas fue también un trampolín para lograr una balanza comercial superavitaria desde la Argentina.
El emprendimiento en Córdoba le permitiría a la compañía llevar su producción actual a unas 7,5 millones de bolsas de semillas de maíz anuales, desde los 4 millones.
La empresa defiende su proyecto, además, sosteniendo que el 90% de la mano de obra comprometida a la construcción de la planta -ahora suspendida- pertenecería a la provincia de Córdoba, y que el 80% de los insumos de la fábrica serían nacionales.
Los opositores
Los asambleístas de Malvinas Argentinas, que son los que se oponen al emprendimiento de Monsanto, aseguraron a este medio que "las obras fueron detenidas totalmente".
En simultáneo, realizan guardias rotativas en la puerta del predio para controlar que así continúe.
Con relación al avance de las obras civiles, fuentes de Asamblea Malvinas Lucha por la Vida mostraron su satisfacción al asegurar a este medio que "ni siquiera hay paredes levantadas".
"Estamos en el camino de hacer que Monsanto desista de la planta. Ya está teniendo demasiados inconvenientes y de seguro se replanteará la idea. Por lo menos tendrá que reubicarla", afirmaron.
Y fueron más allá en sus apreciaciones: "Creían que iba a ser fácil, pero no los dejaremos instalarse, traigan los millones que traigan".
A mediados de 2012, cuando la población de Malvinas Argentinas supo de la llegada de Monsanto, comenzó un proceso de organización y así fue que nació la Asamblea de Vecinos Malvinas Lucha por la Vida.
Sucede que esta localidad está ubicada en las afueras del Gran Córdoba, donde desde hace años se denuncian fumigaciones con agroquímicos en campos de soja cercanos.
Hubo marchas, jornadas informativas y también se optó por la vía judicial. La Asamblea y la Fundación Club de Derecho presentaron un amparo fundamentado en la Ley General del Ambiente (25.675).
El recurso en cuestión exige la realización de un estudio de impacto ambiental previo a la construcción, y audiencias públicas con participación de los vecinos.
En enero de este año, el Concejo Deliberante sancionó la ordenanza 812 y permitió a Monsanto comenzar con la construcción. Vecinos y Fundación presentaron una medida cautelar para detener la obra hasta que se resuelva el amparo.
Tras ese paso, la jueza civil Claudia Zalazar falló a favor de la Municipalidad y de Monsanto. Pero el 22 de febrero, en segunda instancia, la Sala 2 de la Cámara de Conciliación Laboral hizo lugar al pedido de la Asamblea y ordenó suspender la ordenanza (y las obras) hasta que se resuelva el amparo.
Este es el cuadro de situación que se mantiene hasta hoy, con la compañía a la espera de una resolución que -en el ámbito judicial- apenas le ha permitido cosechar reveses.
Mientras tanto, los días pasan y los tiempos de inversión se van alejando.
Así, la sombra del reciente conflicto por la decisión de la brasileña Vale de dar marcha atrás con su inversión en Malargüe, Mendoza, comienza a desplegarse ahora sobre Malvinas Argentinas.
Sin pronunciamiento presidencial aún, los millones comprometidos por Monsanto y los cientos de empleos aguardan, nuevamente, por un destino cada vez más incierto.