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Mayor brecha cambiaria y un precio mucho más caro: así­ ven en el mundo el dólar en Argentina

Las proyecciones sobre el billete verde, oficial y paralelo, están a la orden del día. Agencias y bancos internacionales ajustan sus pronósticos al alza
30/04/2013 - 14:05hs
Mayor brecha cambiaria y un precio mucho más caro: así­ ven en el mundo el dólar en Argentina

Precio en el mercado negro: 5,14. ¿Barato o caro?

Hace un año, muchos decían que estaba inflado y que su valor era muy elevado, al ver que el Banco Central "decía" que el oficial valía $4,50.

Hoy, a la distancia, aquel precio del dólar blue parece "una ganga". En ese entonces estaba alejado apenas un 14% del oficial.

Más aun. Si en aquel momento -es decir doce meses atrás- alguien hacía una estimación y afirmaba que hoy iba a costar más de $9 posiblemente se hubiese ganado el descrédito de todos. Y, desde el Gobierno, el calificativo de especulador y "desestabilizador" del modelo.

Pero las cosas en Argentina se van sucediendo a un ritmo tan vertiginoso que aquello que se pensaba que era imposible que pase, finalmente termina ocurriendo.

Un ejemplo de ello lo da la brecha cambiaria, de la que pocos imaginaban que escalaría hasta un 80% en un lapso relativamente corto de tiempo, tal como se observa hoy día.

En el medio pasó mucha agua abajo el puente, que explica por qué la misma se multiplicó casi por 6. 

Pero, más allá de las causas que fogonearon esta suba, lo que concentra la atención de operadores y ahorristas, es qué puede suceder de ahora en más.

Nadie sabe, a ciencia cierta, lo que ocurrirá con el dólar en sus diferentes colores. Sin embargo, de lo que nadie duda es que el "blue" se le fue de las manos al Gobierno.

Su impotencia para hacerlo bajar quedó en evidencia. Y resulta difícil pensar que pueda descender por mayores controles o por los "telefonazos" de Moreno que -cabe recordar- hace poco más de un mes había "exigido" que baje a los $6,00.

En este sentido, si se observa la evolución de la divisa marginal en los últimos doce meses se encuentra que nunca paró de subir, más allá de un par de días en los que permaneció quieta. No para mostrar su grado de compromiso con "el modelo" sino, más bien, para tomar envión.

Así ven al dólar oficial en el mundo

Es claro que, en materia cambiaria, el Gobierno ve una cosa y el mercado otra, tanto en el diagnóstico como en la solución.

Ni hablar de cómo se ve el dólar desde afuera. Específicamente, bajo la óptica de entidades internacionales. Una pista de ello la ofrece la prestigiosa consultora LatinFocus, que se encarga de relevar las proyecciones de una gran cantidad de agencias y bancos internacionales.

Entre los que apuestan por un recorrido más lento, acorde con el ritmo actual, se encuentran RBS y JP Morgan, que lo ubican en $5,70 al cierre de diciembre.

Pero no todas las entidades lo ven así. Algunas proyectan al billete verde "trotando" un poquito más de prisa en el mercado formal. Como UBS, Goldman Sachs o Deutsche Bank, que prevén que su cotización se moverá en el rango que va de $5,78 a $5,86.

Más "acelerado" aun lo ve el Bank of America ($6,50), que estima una devaluación del 25% de aquí a fin de año.

Según Jorge Todesca, director de Finsoport y ex viceministro economía, "la idea del Gobierno es mover al dólar oficial lo que más pueda, mientras eso no traiga un impacto inflacionario fuerte".

¿Es la solución de fondo?, preguntó este medio. El experto dio una respuesta no muy alentadora: "La estrategia es ir tirando. Al final del camino ese ´plan´ va a fracasar. En Argentina hay un grave problema de atraso cambiario".

Algunos encuentran un límite en cuanto a la velocidad de aceleración que puede imprimirle el Gobierno al billete verde, por su impacto en los precios.

"Es bastante difícil que la devaluación oficial se acelere más del 20%", opina Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, quien ve a la divisa estadounidense cerca de los $5,90 para fin de año.

Otra de las visiones sobre el dólar puede encontrarse en el mercado de futuros (Rofex), en donde los inversores pactan actualmente operaciones para diciembre a un valor de $5,96, que implica una devaluación del 22 por ciento.

¿Cómo ven desde Wall Street a la divisa? Para responder a este interrogante conviene rastrear los llamados "Non Deliverable Forward" o simplemente "NDF" del peso argentino.

Estos son contratos futuros que utilizan las empresas internacionales para cubrirse de variaciones abruptas en el tipo de cambio.

Generalmente consideran precios que están por encima de los que se pactan en los mercados de futuros argentinos, ya que estos últimos están "manchados" por las intervenciones del Banco Central que opera para regular la cotización.

¿Cómo ven el dólar a un año los inversores extranjeros? Lo ubican a $7,63. En otras palabras, ven una devaluación cercana al 50% (o al menos se cubren pactando esa cifra).

¿Para dónde va el blue?

Es claro que indagar sobre el recorrido que transitará el dólar, en sus diferentes colores, es uno de los temas que genera mayor interés en analistas.

Según Paula Premrou, directora de Porfolio Personal, "su evolución en el mercado marginal y en el de bonos -a través del contado con liquidación- seguirá siendo el principal driver de la plaza a corto plazo".

Por lo pronto, nadie ve que el paralelo esté "montado" sobre una burbuja y que por ende vaya a bajar.

"El billete tiene un solo recorrido, que es el de ir para arriba, lo que muestra claramente el fracaso de la política cambiaria", señala el ex titular del Banco Central, Martín Redrado.

A la hora de hacer pronósticos, desde Economía & Regiones proyectan que la divisa informal tocará los $10 a finales de este año y que la brecha con el oficial se mantendrá sin mayores variantes respecto de la actual.

¿Brecha interminable?

La cuestión de la brecha y de si el país puede vivir con un blue alejado 80% del valor establecido por el Banco Central es otro de los temas de debate en el gremio de los economistas.

"En el segundo semestre la distancia se ampliará y para fin de año no bajará del 80%, porque el paralelo lo que hace es reflejar la verdadera depreciación del peso", considera Abram.

Y agrega: "A partir del tercer trimestre se hará más notorio el deseo de la gente de salirse de su tenencia en pesos y, en consecuencia, se profundizará la caída en la demanda de dinero local".

"En la historia argentina, la brecha límite anterior a una brusca devaluación ha sido del 40%. Todo nivel por encima de ese umbral no sólo que es alto -en términos históricos- sino que además resulta difícil de sostener", afirma Todesca.

Sin embargo, desde el Banco Ciudad destacan que esto puede no ser así: "Si se mira el caso de Venezuela, la brecha no necesariamente tiene que tener un techo: tras ubicarse durante un año y medio (entre comienzos de 2011 y mediados de 2012) en torno al 100%, ahora se encuentra en un 260 por ciento".

El Banco Central no puede juntar

Para complicar aún más las cosas, todo indica que las esperanzas de una fuerte recomposición del stock de divisas por parte del Banco Central se están diluyendo de a poco.

En tal sentido, el economista Hernán Lacunza, afirma que pese a que se registraría cierto incremento en el ingreso de fondos, no alcanzaría para que cierren el año por encima del saldo del 2012.

Peor aun es el escenario que proyecta el banco JP Morgan, que estima que, para finales de 2013, el caudal en manos del BCRA caería a los u$s37.500 millones.

Los sojadólares no calmarán al blue

"Lo que está ocurriendo en estos días puede ser sólo un preludio de lo que podría suceder en los próximos meses, con el ingreso de dólares de la cosecha gruesa", señalan desde el Banco Ciudad.

"De aquí hasta fines de julio se espera que los exportadores liquiden unos u$s700 millones semanales, garantizando una fuerte inyección de pesos que, en parte, irán en busca del dólar paralelo".

"La liquidación por parte del sector exportador, lejos de calmar las aguas en el mercado informal, le confiere mayor ímpetu, situación que contradice la tesis oficial de que el recalentamiento del blue responde a factores estacionales que tenderán a disiparse con el ingreso de agrodólares", señalan desde el Banco Ciudad.

A esta presión adicional sobre el paralelo -vinculada con la venta de la cosecha- se suma que el BCRA durante el último año ha mantenido a máxima velocidad la maquinita para imprimir billetes -principalmente en diciembre-, para financiar el enorme gasto público.

"La fuerte emisión para asistir a los gastos del Gobierno complican las perspectivas del mercado cambiario", remarca Pemrou.

Como en economía nada es gratis, esas grandes cantidades de dinero local quedan "dando vueltas" ante una demanda que no lo quiere, y así buena parte de la misma se canaliza en el mercado paralelo.

Eso es, precisamente, lo que está pasando en estos últimos días y que diera lugar a esta nueva disparada.

Por un lado, la demanda se vio impulsada por exportadores que, habiendo liquidado sus ventas al exterior en el mercado de cambios oficial (obteniendo como contrapartida pesos), buscaron redolarizar sus posiciones", añaden desde el Banco Ciudad.

Adicionalmente, los operadores que venían actuando bajo indicaciones oficiales -y que salieron a incrementar la oferta de billetes verdes en el circuito informal- parecen haber desaparecido.

Para frenar este círculo vicioso, los manuales de economía surgieren que lo ideal es subir la tasa de interés. Esta es la postura asumida por Eduardo Levy Yeyati, ex gerente del Banco Central, que recomienda incrementar los rendimientos de los plazos fijos hasta que éstos rindan un 20 por ciento.

El economista sostiene que "hoy el que compra dólares es alguien que no tiene dónde poner los pesos que le sobran y, además, no tiene certeza sobre si podrá seguir comprando divisas".

Desde Inversor Global complementan que "detrás del valor del paralelo se esconden factores psicológicos. Como que el año pasado el ahorrista pudo ganar -en tan sólo dos semanas- lo mismo que con un plazo fijo en doce meses".

"En este contexto es muy difícil llevar adelante una política pesificadora como la que quiere establecer el Gobierno. La gente prefiere estar lo más líquida posible y no tiene incentivos para prestarle su dinero a los bancos por períodos prolongados de tiempo", agregan.

Con una tasa de interés para plazos fijos del 15% y con una inflación del 25%, la batalla entre el blue y una colocación bancaria tiene un claro vencedor. Y no hace falta ser un economista para anticipar cuál de los dos será.