Las presidentas Cristina Kirchner y Dilma Rousseff anunciaron hace una semana que a partir del martes pasado se reunirían los técnicos de los dos países para destrabar todos los temas de la compleja y tensa agenda bilateral.

Se hizo algún encuentro muy técnico, reconocen en el Gobierno, pero luego se suspendieron los siguientes. La presión por el control de las importaciones ante la falta de dólares pesó en el cambio, y la relación vuelve a tensarse, según publica el diario Clarín en su edición de hoy.

El viernes de la semana pasada las presidentas mantuvieron una cumbre. No hubo anuncios concretos, pero sí gestos públicos de buena voluntad. "El martes debían arrancar los encuentros técnicos para resolver las cuestiones de freno al comercio, sector automotriz, la salida de empresas brasileñas, la financiación del BNDS a la Argentina, pero nada de eso pasó", dijo al matutino una fuente privada. "Hubo algún encuentro técnico, pero luego se suspendieron los encuentros", reconocieron fuentes oficiales.

Ahora los gobiernos empiezan a hablar de una cumbre ministerial dentro de 10 días en San Pablo, de la que participarían los cancilleres Héctor Timerman y Antonio Patriota, y los ministros Débora Giorgi y Fernando Pimentel. Según Clarín, en Brasilia lo dan como un hecho, en Buenos Aires nadie lo confirma aún. Lo que no se pudo resolver en las reuniones de esta semana debería ser ahora discutido a un nivel más alto, intentando destrabarlo.

"En Brasil hay mucho enojo", dijo un empresario brasileño con negocios en la Argentina. "Marco Aurelio García, el asesor estrella de Dilma, muy respetado por Cristina Kirchner, vino a Buenos Aires para tratar de destrabar la situación pero no logró nada", dijo otro empresario.

"Estamos esperando para ver cómo avanzar con Brasil", agregan en la UIA.

A fines de junio vence el acuerdo automotriz del Mercosur y a partir de ahí debiera regir el libre comercio para el sector. "Pero ni Brasil ni la Argentina están preparados, ambos países tienen déficits enormes por la compra de autopartes, se irá a una prórroga de un año mientras se busca una solución", señalan los empresarios de ese sector. Pero la reunión bilateral de ayer por el tema también se canceló.

Esta semana tensó la situación que Guillermo Moreno dejara trascender que pondrá un nuevo freno a las importaciones hasta conseguir un superávit de u$s10.000 millones en el año.

"Brasil viene diciendo que el freno a las importaciones es el tema que más lo preocupa y Moreno sale con esto", cuestionaron en el sector privado. "Hay mucho enojo con el secretario de Comercio", confirman al matutino funcionarios que, claro, no son cercanos a Moreno.

"Es que en Brasil la cuestión se transformó en política, Dilma le habría dicho a Cristina que la plata de las exportaciones no le importa, que no es tanta, pero que sí la molestan los llamados de los empresarios que se quejan -dicen técnicos que siguen la cuestión día a día-. Pero también hay números que despiertan alarmas en Brasilia. En el primer cuatrimestre tuvieron un rojo de comercio exterior de u$s6.150 millones, contra un superávit de 3.300 millones en 2012".