iProfesionaliProfesional

¿Termina el viento de cola?: ya se habla del fin del "dinero barato" en el mundo y de las consecuencias para Argentina

Hay indicios de que la economía de Estados Unidos ha comenzado a recuperarse con algo más de vigor. Junto a ella, el billete verde
24/06/2013 - 09:50hs
¿Termina el viento de cola?: ya se habla del fin del "dinero barato"  en el mundo y de las consecuencias para Argentina

Parece que, finalmente, la frase de cabecera de Cristina Kirchner -"el mundo se nos cayó encima"- terminará por hacerse realidad.

Es que el panorama internacional favorable, ese que combinaba altos precios de las materias primas agrícolas con bajísimas tasas de interés y una gran demanda por parte de los países asiáticos, da señales de estar llegando a su fin.

Con una incipiente recuperación de la economía estadounidense, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha insinuado que no mantendrá el estímulo monetario -consistente en volcar miles de millones de dólares al mercado- por un lapso mucho mayor a un semestre.

De manera que todos aquellos que rechazaban el diagnóstico de la Presidenta y que se quejaban de que la Argentina era el único país que "moría de sed" en medio de una lluvia de dólares, ahora están revisando sus argumentos.

"Este todavía incipiente cambio de escenario financiero global conlleva múltiples implicancias para la economía argentina; todas ellas nocivas", afirma el economista Federico Muñoz.

"Si a la Argentina le costaba mucho atraer dólares financieros cuando éstos sobraban en el mundo, en un escenario de menor liquidez global seguramente padeceremos el racionamiento con mayor rigor", sostiene el analista.

Es más, ni siquiera queda el consuelo de tontos de pensar que, como el país estaba recibiendo muy pocos capitales externos, entonces no sufrirá mucho por la reversión de los flujos de capitales hacia la región.

Ocurre que, aun cuando no esté recibiendo inversiones, la Argentina no podrá evitar las consecuencias negativas que, en el corto plazo, traerá un fortalecimiento del dólar en el mundo.

Para empezar, porque tradicionalmente los precios de las materias primas se mueven en sentido inverso al del billete verde. En consecuencia, habría menos fundamentos para esperar una "cosecha salvadora" en los próximos años. Además, un dólar más caro atenuará la capacidad de compra de los consumidores de productos agrícolas.

Pero además, un dólar más alto presiona la devaluación de las monedas de los países vecinos. Lo cual, a su vez, le pone presión al peso argentino, justo en un momento en el que no parece haber mucho margen -ni económico ni político- para devaluar sin que se genere un problema inflacionario.La revancha del dólar

Uno de los mayores desafíos que debían sortear los países emergentes era la fuerte tendencia a que sus monedas se fortalezcan demasiado.

Esto, ante el fuerte aluvión de dólares que han venido recibiendo, producto de las bajas tasas de interés en el mundo. Ese flujo de divisas se destinaba tanto a la inversión directa como a operaciones financieras.

Pero de repenteeste escenario está comenzando a modificarse.

Tal es así que más de un analista ya habla de un verdadero cambio de tendencia en lo que se refiere a movimientos de capitales.

Las primeras señales al respecto surgieron de la reunión de la FED celebrada en abril, en la que se planteó la posibilidad de que -si se confirmaba la recuperación económica de EE.UU.- era probable que el ciclo de "dinero barato" y bajas tasas de interés a nivel global se revirtiría.

Cabe destacar que la entidad ha mantenido la tasa de referencia cercana a cero desde el 2008 y ha venido invirtiendo unos u$s85.000 millones mensuales en bonos del Tesoro y títulos hipotecarios para sostener el crecimiento de ese país.

Pero, con el tiempo, quizá que no necesite realizar tantos esfuerzos. Al respecto, un dato clave que refleja una mejoría de la principal economía del mundo son las múltiples señales positivas del sector inmobiliario. 

En abril, las ventas de casas usadas tocaron el mayor registro desde 2009. Los precios, a nivel nacional, repuntaron un 10,9% anual, el incremento más importante de los últimos nueve años. También se registró un alza en las solicitudes de hipotecas.

Como si esto fuera poco, también causaron un fuerte impacto los sucesivos reportes que daban cuenta de un menor crecimiento de China.

Es que si esa gran "aspiradora" de productos compra menos de lo esperado, se vería afectado todo el andamiaje montado por los emergentes para venderle materias primas, incluido la Argentina.

Así, una economía estadounidense recobrando vigor y un gigante asiático amenazando con demandar menos, están fogoneando las especulaciones sobre un cambio del llamado "viento de cola" que ha venido soplando a favor de los países emergentes.

De este modo, se han generado importantes variaciones en los mercados de acciones, bonos, materias primas y -en especial en las últimas jornadas- en el de divisas.

Por lo pronto, ya se fugaron de los emergentes unos u$s19,000 millones en poco más de un mes, la mayor salida de capitales desde 2011.

En tanto, muchas fueron las monedas que comenzaron a debilitarse, ya que el mercado suele anticiparse y modificar sus tenencias ante un eventual fortalecimiento futuro del dólar. 

La ola expansiva fue desde Chile a Sudáfrica, India o Turquía, incluyendo obviamente a Brasil.

En el caso del país de Dilma Rousseff, las autoridades avanzaron en la rebaja de impuestos para la compra de bonos brasileños y en una suba de la tasa de referencia (Selic) para evitar la salida de capitales.

Pasó de un real de u$s1,60 a u$s2,20 en pocos meses, su precio más alto en cuatro años. Que se debilite su moneda significa que sus productos se abaratan y, como contrapartida, se encarecen los que compra a la Argentina.

Por el lado de Uruguay, su moneda se debilitó un 9% frente a la estadounidense desde que los inversores "olfatearon" -a finales de mayo- que podía darse un fortalecimiento del dólar a nivel global.

Es más, muchas divisas retrocedieron a los niveles de mediados del año pasado, tal como sucedió con el peso mexicano.
En este contexto, es ineludible ponerle el ojo a lo que ocurre con el bono del Tesoro americano, quizás unos de los "termómetros" más apropiados para entender lo que está pasando hoy día con la economía mundial.
Cuanto mayor es el riesgo a nivel global, más elevada es la demanda de estos títulos por parte de inversores (por ser vistos como refugio del dinero) y, por ende, menor es la tasa que pagan. Tal es así que en la crisis de 2008-2009 llegaron a dar retorno negativo.
Como contrapartida, cuando hay más indicios de recuperación, el total de pedidos disminuye y, en consecuencia, deben ofrecer un "premio" (interés) mayor.
¿Qué está pasando hoy día? Su rendimiento aumentó en forma sostenida desde que comenzara a gestarse la idea de una posible mayor recuperación de la principal economía del mundo.
Tal es así que, en el caso del bono a 10 años, la tasa que ofrece se elevó al 2,3%, el nivel más alto en los últimos 14 meses.
Nuevos airesPara el analista Gabriel Holand, "todo indica que el dólar y la tasa de Estados Unidos han tocado un mínimo, así como las materias primas llegaron a un máximo".

"No por nada, el tipo de interés del bono americano subió mas del 25% en pocas semanas", agrega.

De recobrar un mayor vigor la economía estadounidense, irá mejorando la performance de los activos de ese país, atraerá más capitales y, claro está, impulsará hacia arriba al dólar.

Como contrapartida, serán los países emergentes los que sufrirán una mayor pérdida de capitales.

"Es claro que los flujos de dinero hacia estos mercados irán restringiéndose", afirma el economista Luis Palma Cané.

Así, muchas naciones podrían toparse con mayores limitaciones o con tasas más caras a la hora de querer financiarse.

Esto, a su vez, puede ponerle un freno al crecimiento de mediano plazo.

Por lo pronto, a pesar de los esfuerzos de algunos bancos centrales, el reciente éxodo de capitales no se detuvo.

De hecho, el índice de referencia que combina acciones de mercados emergentes (el MSCI) ya ha caído un 10% desde que alcanzara su tope en mayo. Y la bolsa de Brasil se desplomó en más del 20%.

Para el economista Luis Palma Cané ya es un hecho que "los flujos de capitales hacia distintas regiones han comenzado a disminuir".

Al igual que él, muchos analistas sostienen que si ya el mercado anticipa un futuro fortalecimiento del dólar -y su consecuente impacto en las materias primas-, esto de por sí es una señal de que el "dinero barato" en el mundo estaría llegando a su fin.

Impacto

Los expertos internacionales ya comenzaron a tomar nota y a revisar sus proyecciones e impacto en distintos países.

No son pocos los que recuerdan que la crisis financiera asiática de 1998, surgió como consecuencia de un cambio de los flujos de capital a corto plazo en Tailandia, que produjo un efecto dominó en todo el mundo emergente.

Lo curioso es que los inversores empiezan proyectar este nuevo escenario -y a actuar en consecuencia- pese a que, en rigor de verdad, no hay indicios de que la FED tenga previsto elevar las tasas de referencia en el corto plazo. Incluso el Banco Central Europeo, acaba de reducirla.

Pero, la preocupación, que es creciente, pasa por el lado de que la era del dinero barato irá declinando a medida que la economía estadounidense vaya mejorando.

Así, los bancos centrales podrían estar contemplando sus llamadas "estrategias de salida".

"Salida" significa ir descargando progresivamente billones de dólares de activos (bonos del gobierno y otros) de sus balances, que fueron adquiridos con el fin de inyectar dinero en efectivo en la economía.

Una vez que comiencen a vender títulos, se incrementará la oferta y esto tirará los precios hacia abajo, con la consiguiente suba de los intereses que ofrecen.

Pero el proceso será lento. Hay que tener en cuenta que se partirá de un nivel muy bajo en cuanto a tasas, ya que las actuales son casi del 0%.

Es por ello que se tardará un tiempo para decir que se acabó la época de dinero barato. No obstante, el mercado suele moverse con "olfato" y anticipación a lo que luego irá sucediendo en la práctica.

"Es cierto que las tasas irán en aumento, pero esto se dará de modo gradual", considera Palma Cané.

"Creo que se viene une escenario de dólar menos débil, si bien aún lejos de ser fuerte", afirma el analista Gabriel Holand.

Algunos analistas consideran que buena parte de la economía mundial aún no se ha recuperado, que hay un elevado desempleo en varias naciones y que, en consecuencia, sería poco conveniente ingresar en un período de movimientos masivos de fondos hacia los países desarrollados.

Pero lo cierto es que el dólar comienza a levantar cabeza y el resto de las monedas ya miran el escenario futuro con mayor temor y desconfianza.