Tiembla pilar K: se frenan millonarios proyectos de inversión en la Argentina
"Hay un slogan que es tan viejo como el mundo: negocios son negocios. Y precisamente la minería es uno de los sectores que mejor sabe llevar esa premisa a la práctica, por los desembolsos que implica cada proyecto", comentó a iProfesional un representante de Gemera, la cámara que agrupa a las mineras exploradoras.
"Por algo -añadió- las mineras un día pueden operar en el Primer Mundo y al siguiente abrir un proyecto en un país africano en guerra civil".
Estas palabras vienen a ilustrar un escenario que es vox populi puertas adentro de las compañías del sector: por una multiplicidad de factores -que van desde el control sobre el giro de divisas hasta el incremento de costos, sumado a la polémica social-, la minería está dejando de ser un gran negocio en la Argentina.
Esta situación es reconocida por Damián Altgelt, gerente general de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).
Para el directivo hay una nueva realidad que trajo el cepo cambiario, el aumento en los costos, su impacto en la rentabilidad y los cambios en las reglas de juego.
Además, destacó que "a las compañías les genera grandes problemas el hecho de tener que entrar dólares al valor oficial y comprar bienes, insumos y servicios, con precios que han estado por encima de esa cifra".
A las trabas oficiales que complican la ecuación financiera de las mineras se suman otros factores, no sólo locales, que obligan a las firmas del sector a repensar sus inversiones.
Uno de ellos es la baja que sufren las cotizaciones de algunas materias primas en el mercado internacional, como el oro, la plata, el hierro y más recientemente el potasio.
"Otra complicación viene dada por las dificultades para hallar financiamiento para los proyectos. Eso ha hecho que la Argentina hoy esté viviendo una situación muy compleja", expuso Altgelt.
El directivo también se refirió al afán recaudatorio de las provincias y a la mayor presión impositiva que aplican para hacer frente a sus problemas de caja.
"Hace unos meses Vale suspendió su proyecto, ahora lo hace Pascua Lama. Se está escuchando en Santa Cruz una iniacativa de reforma para gravar las reservas mineras a través de un impuesto inmobiliario. Todas estas cuestiones hacen que la actividad esté viviendo una época muy compleja", añadió.
Sus dichos quedan corroborados en la práctica. Según un relevamiento privado, hoy existe casi una decena de grandes proyectos suspendidos, paralizados o abandonados que representan para el país inversiones paradas por más de 30.000 millones de dólares.
Caso los Azules y Barrick
A la salida de la minera brasileña Vale de Mendoza -que abandonó un proyecto que implicaba un desembolso de u$s6.000 millones y la creación de miles de puestos de trabajo directos e indirectos- se han sumado otras señales de alerta que ponen en vilo al sector.
Minera Los Andes, propiedad de una firma canadiense (McEwenMinning), colocó en situación de "alerta amarilla" a su proyecto "Los Azules" para extraer oro, plata y cobre en la provincia de San Juan.
Contemplaba inicialmente la inversión de más de u$s2.700 millones, sólo en su primera etapa de desarrollo. La empresa ahora informó que, de no mediar cambios en las actuales condiciones económicas, la iniciativa será completamente inviable.
"Deben mejorar los rendimientos económicos asociados con el proyecto mediante la reducción de los costos operativos y de capital, el aumento de la cantidad de material disponible para el procesamiento y la reducción de impuestos a la exportación", señalaron desde la empresa.
En paralelo a estos casos, el Gobierno recientemente se "desayunó" con la novedad de que la minera canadiense Barrick Gold también postergará por un año y medio su inversión en el lado argentino del megaproyecto Pascua Lama.
Según trascendió, la razón obedecería a que deberá readecuar el calendario de obras a raíz del fallo contra la compañía, dictado por la Justicia chilena.
Ese cambio ha derivado en la desaceleración del plan negocios, ya que ahora los tiempos de ejecución deberán ser "estirados" por bastante más tiempo del previsto inicialmente.
Barrick indicó que en línea con este nuevo lapso de tiempo -y a la luz de las desafiantes condiciones del mercado- la compañía pretende recalendarizar la construcción de la planta y otras instalaciones en la Argentina".
"Esto resultará en un significativo aplazamiento del gasto de capital planificado para 2013 y 2014", señalaron desde la firma.
En tanto, Barrick espera reducir en entre u$s1.500 millones y u$s1.800 millones algunas de las erogaciones vinculadas con el emprendimiento de Pascua Lama.
Caso La Alumbrera y Famatina
Hay más empresas que encienden nuevas preocupaciones en el kirchnerismo.
Días atrás, Julián Rooney, vicepresidente de Minera Alumbrera -el principal yacimiento de oro de la Argentina- le reclamó al Gobierno que establezca "reglas de largo plazo y mayor seguridad jurídica".
En un país en el que los empresarios suelen pronunciarse off the record por temor a represalias, sorprendió que haya señalado que resulta difícil invertir "en un país donde el costo de construcción es más alto que en el resto del mundo".
"Estamos en la Argentina, se aplican reglas de juego pero luego aparecen las sorpresas. Esto atenta contra el desarrollo de la industria", señaló el empresario.
Rooney indicó que la carga tributaria en la Argentina es "clave", ya que es "la más alta" en comparación con otros países mineros, como Canadá, Australia, Chile y Perú.
"Esto punto resulta fundamental para la viabilidad de un proyecto. Las inversiones van donde la rentabilidad es mayor. En Perú, por ejemplo, se avanzó en un impuesto sobre las utilidades pero que es progresivo. Este es el tipo de motivaciones que pueden sustentar inversiones a largo plazo", sostuvo.
En el sector, según pudo averiguar iProfesional, crecen las versiones respecto de una potencial reevaluación del proyecto que La Alumbrera explota desde hace años en Catamarca, lo que traería un fuerte impacto en la zona.
Otro ejemplo de cómo están las cosas en la actividad minera se encuentra en lo sucedido en La Rioja, provincia en la que el gobierno rescindió el contrato que habilitaba a la minera canadiense Osisko a llevar adelante la extracción de oro en Famatina.
La ruptura del vínculo fue autorizada por un decreto del Ejecutivo riojano, en cumplimiento con el compromiso asumido por el gobernador Luis Beder Herrera de suspender el convenio hasta lograr el consenso social que garantice la seguridad jurídica de la inversión.
El convenio original había sido firmado el 31 de agosto de 2011 y establecía el acuerdo para desarrollar las tareas de exploración con opción a producción de minerales en la zona del departamento Famatina, denominado "Proyecto Famatina".
Las protestas registradas a partir de diciembre de 2011 imposibilitaron dar curso de ejecución al plan comprometido.
Los pobladores de Famatina bloquearon durante meses el acceso al lugar donde Osisko tenía previsto en 2012 invertir varios millones de dólares solamente en estudios medioambientales, dijeron fuentes de la empresa.
Los habitantes de la pequeña localidad pretendían desde un inicio la anulación del contrato con empresa, a la que acusaron de querer abrir una mina a cielo abierto "disfrazada de 'megaproyecto'".
Más cimbronazos
Pero los cimbronazos no se agotan en las provincias mencionadas. En Salta, el titular de la Cámara de Minería local reconoció que algunas compañías comenzaron a despedir personal dada la inestabilidad e incertidumbre que envuelve a la actividad.
Rodrigo Frías afirmó a iProfesional que al incremento en los costos se suma que el Estado Nacional viene demorando cada vez más "los reintegros de las exportaciones y las devoluciones del IVA", situación que deja a varias firmas con serias dificultades financieras.
"Los problemas se arrastran desde hace un tiempo y aún no se han podido resolver", añadió.
"¿Puede caerse también el megaproyecto de la minera canadiense Lumina Cooper?", preguntó este medio. "Por ahora, los u$s3.000 millones que involucra el emprendimiento siguen en pie", respondió el directivo.
No obstante, reconoció que "la brecha cambiaria y el proceso inflacionario complican la decisión de aportar fondos para ponerlo en marcha".
Frías también hizo referencia a otras dos iniciativas que, a raíz de lo sucedido con la brasileña Vale, explicitaron la intención de "revisar" sus planes.
"Lindero de Mansfield -con carpeta de factibilidad lista- que también es metalífero, y el proyecto Siles, que es de plata, ahora se ven obligados a realizar una reevaluación técnica y un replanteo de presupuestos antes de ponerse en ejecución", aseguró.
Terreno peligroso
Al momento de evaluar lo que viene sucediendo en el sector minero, expertos del sector señalaron a iProfesional que la Argentina ha comenzado a transitar un terreno muy peligroso.
Esto, producto del atraso cambiario, la incertidumbre jurídica, el cepo y la imposibilidad de girar divisas.
Todo esto hace que el país -en su afán de cuidar que los dólares no se vayan- haya generado un "cerrojo" para que tampoco entren.
Mariano Lamothe, analista económico de Abeceb.com, asegura que si no se hubieran suspendido emprendimientos, en pocos años la minería habría generado divisas por el equivalente a dos veces el déficit energético de la Argentina.
"Antes de la suspensión de varios de proyectos de explotación (que estaban incluso en ejecución) las proyecciones indicaban que los ingresos iban a ascender a más de u$s15.000 millones, de aquí a tres años", expone.
"Es decir -añadió- en ese lapso se habría triplicado la entrada de divisas por exportación de minerales".
Según Lamothe, "a partir de 2007 se empezó a distorsionar el marco regulatorio que rige a la actividad. En 2011, la obligación de liquidar divisas en el país fue uno de los cambios a las reglas de juego. A esto luego se sumó la prohibición para girar utilidades en 2012".
Todos estas alteraciones, afirman los analistas, generan fuertes desincentivos y hacen que los inversores apuesten por países más seguros.
"La realidad muestra que muchas de las posibles inversiones que estaban previstas ahora estén estancadas o en procesos de revisión", concluyó Lamothe.