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Dí­a del Niño "morenizado": juguetes en Argentina cuestan hasta cinco veces más que en otros paí­ses

Dí­a del Niño "morenizado": juguetes en Argentina cuestan hasta cinco veces más que en otros paí­ses
18/08/2013 - 12:30hs
Dí­a del Niño "morenizado": juguetes en Argentina cuestan hasta cinco veces más que en otros paí­ses

Cada año, a medida que se acerca una fecha clave en el calendario familiar como es el Día del Niño se gesta un gran debate sobre el nivel de participación de la industria nacional frente a la oferta importada

Mientras que los directivos de fábricas locales vienen pugnando por obtener una mayor tajada del negocio, los empresarios que dependen de la comercialización de productos traídos del exterior suelen quejarse por las fuertes trabas aduaneras que impone el Gobierno.

Las razones de estos continuos cruces responden a que, detrás de esta celebración, se libra una pelea por un negocio varias veces millonario: se estima que, cada año, la actividad mueve más de u$s500 millones.

En los últimos días, los industriales que pugnan por un mayor control oficial alertaron que el ingreso de juguetes del exterior se había disparado en el primer semestre.

Como contrapartida, los empresarios que dependen de la importación aseguran que el incremento registrado entre enero y junio es, antes que nada, sinónimo de una recuperación del severo impacto negativo que alegan haber sufrido el año pasado.

Sin embargo, por detrás de esta contienda histórica entre fabricantes e importadores, la llegada del Día del Niño vuelve a avivar el debate sobre las distorsiones que pesan sobre la economía argentina y, además, sobre los elevados precios que deben pagar los consumidores locales en relación a los de otros países.

Un "termómetro" del atraso cambiario

En los últimos años se han popularizado distintos índices para estimar en qué medida la moneda de una nación está subvaluada o sobrevaluada. El más representativo es aquél que toma en consideración el precio del Big Mac, la clásica hamburguesa de la cadena de comida rápida McDonald´s y que cada año elabora la publicación The Economist.

En el plano local, también fueron ganando algo de relevancia otros indicadores, como el que calcula el valor de la Coca-Cola en la Argentina y en diferentes partes del mundo para así obtener una aproximación sobre cuál debería ser el valor "real" de la divisa estadounidense en relación al peso.

En ambos casos, se trata de productos elaborados localmente pero bajo una fórmula globalizada y totalmente estandarizada. Y los resultados son similares: en el país "reina" el atraso cambiario.

En este contexto, los juguetes no escapan a esta dinámica: ya sean de industria nacional o que se importen desde China, los consumidores locales deben hacer frente a precios en alza que, medidos en dólares, llegan a quintuplicar los valores vigentes en otros mercados, como Estados Unidos.

Con ajustes en las góndolas que, en los últimos doce meses, en muchos casos superaron largamente el 30% y un tipo de cambio que se movió por debajo del 20%, los juguetes comercializados en la Argentina no escaparon a la distorsión y fueron quedando más caros en términos de billetes verdes.

Así las cosas, un cliente que busque un producto en alguna juguetería de cara al inminente Día del Niño, estará pagando fácilmente entre un 100% y un 400% más -siempre medido en divisas estadounidenses- que un comprador radicado en los Estados Unidos o en algún país limítrofe, como Chile.

En efecto: considerando un cuatriciclo eléctrico de 6 voltios, en la Argentina habrá que desembolsar unos $2.000, equivalente a u$s360, tal como se observa en la siguiente imagen: 

Como contrapartida, en un WalMart ubicado en Estados Unidos, un producto de similares características cuesta unos u$s66 más impuestos.

De este modo, una persona que adquiera este producto en un comercio porteño, estará desembolsando cinco veces más que si lo hiciera en una ciudad como Miami.

Las grandes diferencias también se observan en juguetes con menor tecnología y valor agregado, como un pequeño castillo inflable.

En Falabella de Chile, un modelo de la marca Bestway puede adquirirse por un valor de 19.990 pesos chilenos, equivalente a u$s39.

En tanto, quien desee comprar un castillo de la misma marca pero en la Argentina, estará pagando $850 que, al tipo de cambio oficial, arroja un valor cercano a los u$s150.

De este modo, el producto comercializado localmente cuesta casi cuatro veces más que del otro lado de la Cordillera.

Las diferencias también son notables en el caso de juguetes de marcas clásicas y de fama mundial, como Lego.

En un hipermercado de Estados Unidos, un kit de estos ladrillos de la serie Star Wars puede costar entre u$s40 a u$s50.

En la Argentina, en tanto, un padre que quiera sorprender a su hijo con el mismo modelo de Lego, deberá sacar de su bolsillo hasta unos $1.000 cifra que, de acuerdo con el cambio fijado por el BCRA, equivale a u$s180.

Así las cosas, el mismo regalo medido en términos de divisas resultará un 250% más costoso en este país que en los Estados Unidos, pese a que el origen de dicho juguete es el mismo: China.

Esta importante brecha de precios también se puede observar en otros productos de escaso valor agregado, como una máscara del personaje de acción Spider Man: en un WalMart norteamericano, una careta de estas características se comercializa a un precio que apenas supera los u$s15.

Sin embargo, en una juguetería porteña habrá que desprenderse de una cifra sustancialmente mayor para acceder a un modelo de similares características. Concretamente, se deberán desembolsar poco más de $300, lo que equivale a unos u$s57.

Es decir que, a la hora de pensar en un obsequio de este tipo, un comprador tendrá que hacerse a la idea de pagar el triple que en los Estados Unidos.

Las diferencias también alcanzan a la clásica muñeca Barbie, las cuales son fabricadas por la firma Mattel en plantas ubicadas en el gigante asiático y, desde allí, distribuidas a todo el mundo.

Pese a tener un mismo origen y a recorrer prácticamente la misma distancia en términos logísticos, este producto puesto en la Argentina cuesta el doble que en Chile.

En efecto: el modelo más básico de esta muñeca cotiza a $119 en el mercado local que, al tipo de cambio oficial, representan unos u$s21,5.

En cambio, en el país trasandino, este producto de Mattel tiene un precio de comercialización que parte de los u$s10.

Blue, aranceles y "peajes" 

Como una muestra de las enormes distorsiones que rigen a la economía K, basta destacar el hecho de que, aun considerando el valor del dólar blue, los precios de los juguetes en la Argentina continúan resultando mucho más costosos que en mercados como Estados Unidos o Chile. 

En el caso del cuatriciclo eléctrico mencionado en un ejemplo anterior, el precio en términos del billete informal igualmente resultaría un 230% más caro que en un WalMart de Miami.

Algo similar sucede con otros productos, como los Lego: aun contemplando el paralelo como referencia, los argentinos estarían pagando de todos modos más del doble que en un comercio de Estados Unidos.

De esta manera, ya sea que se considere el tipo de cambio oficial o el blue, los consumidores locales igual están alcanzados por valores significativamente más elevados.

¿A qué responde esto? Básicamente a que, tal como se mencionó anteriormente, en este rubro los precios estuvieron subiendo por encima de la variación del dólar.

Sucede que existe una gran cantidad de juguetes que experimentaron aumentos incluso, de hasta el 50% desde el Día del Niño de 2012 hasta esta parte del año, un ajuste que sobrepasa ampliamente al deslizamiento del tipo de cambio tornando más caro al producto en términos de billetes verdes.

A la hora de referirse a esta tendencia, un empresario del sector que pidió estricto off the record destacó a iProfesional que "en las subas de precios, como en cualquier producto importado, hay dos componentes: las variaciones de costos reales y el efecto de las trabas aduaneras, que quitan previsibilidad y contraen el nivel de oferta. Por eso, el que puede importar algo va a hacer valer su producto con mayores precios". 

El directivo reconoció que "en lo que va del año hubo un ingreso mucho más fluido, con una Aduana que estuvo más flexible, pero la dinámica no fue la misma para todas las compañías que operan en el país. Hubo firmas que siguieron teniendo problemas y esto influye".

El empresario mencionó otro aspecto no menor: el Gobierno volvió a la carga con sus planes "1 a 1", que consisten en que toda compañía que intente ingresar un embarque a la Argentina, como contrapartida está obligada a realizar una exportación por el mismo valor o, tal como adelantó recientemente iProfesional, incluso por el doble.

El objetivo es que cada empresa importadora funcione como una "unidad de negocios superavitaria" y que no le reste dólares a la economía.

Como estas compañías jugueteras no tienen cultura exportadora, lo que casi todas terminan haciendo es buscar firmas que sí vendan al mundo para que éstas les cedan la mercadería. Así, terminan realizando el envío al exterior bajo su propio CUIT, previo pago de un "peaje" que ronda el 10%, lo que se traslada a los precios en góndola.

Así es como, en el ranking de los 100 principales exportadores de vino de la Argentina, figuran varias empresas dedicadas a la comercialización de juguetes y productos para bebés.

Paralelamente, y más allá de la eventual flexibilización aduanera que tuvo lugar en los últimos meses, hay un punto no menor y es el fuerte proteccionismo vía aranceles que viene implementando el Ejecutivo.

El último ajuste llevó a dichos aranceles -que son los que se pagan por ingresar determinados productos al país, entre ellos los juguetes- de un nivel del 20% al 35%, lo que representó un alza del 7% por ciento.

No por nada en los últimos seis meses el Gobierno ha hecho más "caja" cobrándole impuestos a los importadores que a través de las retenciones a la soja y demás productos de exportación, fenómeno del que ya diera cuenta iProfesional (ver nota: Pese a ser "mala palabra", el Gobierno hizo más caja con importaciones que vendiendo al mundo). 

Todas estas variables explican el fuerte desfasaje de precios que exhiben las góndolas locales frente a las de otros países y por qué ni siquiera tomando como referencia la cotización del blue los valores se equilibran.

Se trata de un escenario que lógicamente escapa a la realidad de los chicos que este Día del Niño disfrutarán abriendo sus regalos, pero que no pasará desapercibido para sus padres, que ven cómo cada vez deben pagar más por los juguetes en esta economía "morenizada".