iProfesionaliProfesional

Comenzó la guerra por la sucesión y la tropa peronista comienza a alinearse detrás de Scioli y Massa

Entre desconfianzas mutuas y sin mostrar todas las cartas, se activó la negociación entre los dirigentes. El viernes habrá una reunión de gobernadores
25/08/2013 - 13:00hs
Comenzó la guerra por la sucesión y la tropa peronista comienza a alinearse detrás de Scioli y Massa

Tras la derrota electoral de la Casa Rosada en las urnas, comenzó el movimiento de piezas en el tablero electoral. Con el proyecto de re-reelección ya descartado, el peronismo inició su realinamiento puertas adentro, en torno a dos polos de atracción: el gobernador bonaerense, Daniel Scioli y Sergio Massa, el verdugo del kirchnerismo en las primarias abiertas (PASO).

"Los peronistas huimos hacia el futuro", sentenció un dirigente histórico, experto en supervivencia, para describir el clima interno.

Y aunque no se le resta respaldo a la Presidenta en público, lo cierto es que ya se discuten los caminos de la sucesión presidencial, entre desconfianzas mutuas y sin mostrar todas las cartas.

Los gobernadores volverán a reunirse el viernes, en Corrientes, con un objetivo de corto plazo: mejorar su performance en octubre para mantener en pie los liderazgos locales, y conservar su alianza con el Gobierno.

Coinciden en que hubo un malestar generalizado por la situación económica que se tradujo en las urnas, por eso, esperan que se produzca algún tipo de anuncio desde la Casa Rosada. 

Convertido en figura central de la campaña oficialista, Scioli aceitó la relación con mandatarios provinciales y generó adhesiones impensadas cuando confesó su aspiración de realizar una gran interna peronista para dirimir el candidato del PJ.

"No fue una propuesta, es cumplir con lo que dice la ley, en 2015, en 2019, y siempre", afirmó el mandatario provincial, al reafirmar su vocación por las primarias.

La idea, en privado, fue avalada por la mayoría de los gobernadores, que buscan su lugar en el diagrama de poder. En este sentido, hizo explícito su apoyo el chaqueño Jorge Capitanich, vicepresidente primero del partido alineado con la Casa Rosada.

Scioli augura una disputa con peronistas identificados con Cristina. "No los veo a Macri y a Massa, ellos han tomado otro camino", aseguró.

Su interés por la interna tuvo como guiño de indiscutible sello K la declaración, en sintonía fina, del diputado Carlos Kunkel. De hecho, el kirchnerismo, que promovió fuerzas propias más "puras", decidió recostarse sobre el PJ. Sus fichas están puestas en el trabajo territorial y en un eventual shock en los bolsillos.

La dimensión del factor económico en las urnas la comprobó dos meses antes Maurice Closs, que atribuye el magro resultado en las elecciones provinciales de junio en Misiones al retraso de la administración nacional en el pago de un fondo tabacalero.

"Ya recuperamos ese votante en agosto", aseguró en declaraciones a La Nación. Con su partido, Frente Renovador de la Concordia, seguirá aliado a la Casa Rosada.

"Se van configurando esquemas nuevos. Pero Massa decidió salirse de un espacio y conformar otro. Scioli se quedó donde estamos nosotros", deslizó, al ser consultado sobre su preferencia para 2015.

En esa postura confluyen los caciques del PJ. Con dos años de mandato por delante, no creen conveniente una ruptura con la Presidenta, aunque tampoco le rendirán tributo a Scioli.

El sanjuanino José Luis Gioja y el mendocino Francisco Pérez, ambos derrotados en las urnas y sin posibilidad de reelegir en sus cargos, sueñan con proyectarse en el escenario nacional, quizá para completar una fórmula. Y, más lejano a Scioli, el entrerriano Sergio Urribarri, se ilusiona con ser el elegido natural de Cristina.

Por su parte, Juan Manuel Urtubey mantiene distancia. Exploró, hace un año, un acercamiento a Massa y se retrató junto a él varias veces, pero ahora se recluyó en Salta. Con su aspiración presidencial latente, no jugaría en el turno de 2015.

Y José Alperovich, de vínculo cercano a Scioli, se contenta con imponer como delfín en Tucumán al ministro de Salud, Juan Manzur, y se imagina ocupando una banca en el senado. 

Cerca de Massa no le dan "viso de realidad" a los dichos de Scioli. Exhiben una imagen del viernes último para graficar la diáspora que, vaticinan, se intensificará tras las elecciones. Es la que muestra a Massa con los líderes de La Juan Domingo, Baldomero Álvarez y Osvaldo Goicoechea, la agrupación que surgió para armar el plan Scioli 2015.

En los próximos dos meses y medio, la mira de Massa estará puesta en territorio bonaerense. A partir de noviembre, se dedicará a trabjar a nivel nacional.

Según informó La Nación, ya mantuvo una charla en su oficina, a solas, con el chubutense Mario Das Neves, otro de los ganadores de agosto. Lo respalda, además, el gobernador santacruceño Daniel Peralta y recibió numerosas llamadas de dirigentes peronistas anti K, como el ex mandatario entrerriano Jorge Busti.

"El puente con Facundo está intacto", insinúan cerca de Massa. Facundo es Moyano y, en simultáneo, el vínculo más cercano con Hugo, enrolado detrás de la candidatura de Francisco de Narváez. La alianza del líder camionero se esfumaría después de los comicios.

Del mundo gremial se agrega el acercamiento a Luis Barrionuevo, jefe de la CGT Azul y Blanca. "El peronismo se recicla y se viene una gran interna", pronosticó. Él promueve un duelo entre el intendente de Tigre -que cuenta en su tropa con su esposa, Graciela Camaño- y el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota.

Allegados a Massa afirman que compartió una comida con el cordobés, pero que la filtración de lo conversado resintió el diálogo. Ese cortocircuito no bloquea futuras alianzas. De hecho, resaltan la "buena relación" con Juan Schiaretti, el ex gobernador y candidato a diputado.

Como rivales coyunturales, cada uno despierta comentarios contrapuestos. A Scioli le valoran que es "previsible" y respeta los "códigos" del peronismo. A Massa, le elogian su audacia y el sentido de oportunidad. Algunos, optimistas, no los ven incompatibles. Ellos, por ahora, lo niegan.