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El Gobierno hizo una oferta para pagar los u$s9.500 M que le debe al Club de Parí­s

Las gestiones reservadas fueron impulsadas por Hernán Lorenzino en un viaje que efectuó a esa ciudad. Habría ofrecido pagar con Bonar X y con quita
12/12/2013 - 09:04hs
El Gobierno hizo una oferta para pagar los u$s9.500 M que le debe al Club de Parí­s

El Gobierno dio un paso relevante esta semana para romper la parálisis de la negociación con el Club de París, a través de un viaje reservado del ex ministro Hernán Lorenzino a la capital francesa.

Fuentes oficiales indicaron a La Nación que Lorenzino llevó una propuesta, luego del reclamo efectuado por los países acreedores, como condición para destrabar el acceso a nuevas líneas de financiamiento.

Lorenzino viajó el domingo por la noche a París y regresará el jueves para informar de los resultados de las gestiones al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y al ministro de Economía, Axel Kicillof. El ex ministro habría viajado acompañado por el ex secretario de Finanzas Adrián Cosentino.

Desde su desplazamiento como ministro, Lorenzino encabeza la unidad de reestructuración de deuda, encargada de todas las negociaciones de los pasivos en default: Club de París, los bonistas y las empresas que le hicieron juicio al país en los tribunales arbitrales del Banco Mundial (el Ciadi).

Aunque las fuentes no precisaron detalles de la oferta realizada por Lorenzino a los países agrupados en el Club, a los cuales la Argentina les debe unos u$s9.500 millones acumulados desde fines de 2001, trascendió que se les propuso un pago similar -con Bonar X y con quita- al que se les ofreció a las empresas norteamericanas BlueBridge y Azurix, que habían ganado sendos juicios en el Ciadi.

Estados Unidos, activo promotor de un acercamiento, está abierto a que el Gobierno formule una propuesta de este calibre, muy diferente de la que la presidenta Cristina Kirchner efectuó en 2008, cuando propuso saldar con un pago en efectivo con las reservas del Banco Central.

El gobierno de Obama le aclaró a la Argentina hace pocas semanas que sólo una oferta concreta de pago en el Club de París puede cambiar su voto negativo contra la Argentina en los organismos multilaterales de crédito. Los funcionarios de los departamentos de Estado y del Tesoro afirman que con un arreglo por esta deuda el país tendrá nuevamente acceso a las líneas de crédito para obras y comercio exterior del Eximbank, una actitud que se repetiría con la mayoría de los acreedores.

De esta manera, relata el matutino, podría salir de su actual parálisis no sólo el financiamiento bilateral -congelado en 2001 con el default-, sino también la nueva cartera de créditos del Banco Mundial, trabada desde 2012 por el voto negativo de la mayoría de los accionistas, en un contexto de aguda caída de las reservas internacionales. Resta discutir el rol del FMI en esta compleja negociación.

Pero el ministro no sólo deberá lidiar con los diferentes criterios de los acreedores oficiales, sino también con la impronta de Kicillof, que quiere tener la palabra final sobre las negociaciones antes de la bendición política de la Presidenta.

"Todas las gestiones de Lorenzino o Cosentino deben ser refrendadas por el ministro", explicó una fuente del Palacio de Hacienda a ese diario, para marcar territorio.

"No pueden tomar decisiones autónomas", indicaron las fuentes cercanas al ministro, quien ayer regresó de China de un viaje que realizó con el ministro Julio De Vido para promover inversiones de ese país en el sector energético. En sintonía con las palabras del jefe de Gabinete de principios de esta semana, en Economía indicaron que "con el Club de París se está en la etapa preliminar de la negociación", y afirmaron que "no habrá una oferta mucho mejor que la de los últimos años".

En realidad, salvo por el decreto nunca implementado, hasta ahora sólo hubo conversaciones informales desde fines de 2005, cuando el ministro Roberto Lavagna las comenzó en el gobierno de Néstor Kirchner.

Para Kicillof, tan importante o más que el rol de Lorenzino es el de la embajadora ante Estados Unidos, Cecilia Nahon, su compañera de militancia desde la Universidad de Buenos Aires.

"Para Axel, Cecilia es como sus ojos ante los acreedores", indicó la fuente. En este sentido, las fuentes indicaron que Nahon "tuvo un rol clave en el contacto con el gobierno de Estados Unidos tanto en la negociación por el Ciadi como en el buen resultado de la reunión del FMI del lunes pasado, en la que se aprobó el cronograma del nuevo IPC, y en la presentación ante la Cámara de apelaciones por el caso del Discovery contra los fondos buitre".

Para Economía, la embajadora tiene un "creciente rol en las negociaciones externas", pese a que en Washington lo relativizan y a que la Cancillería designó a otro funcionario, de rango medio, para tener un lazo directo con Washington, ante el recelo que Nahon le genera al canciller Héctor Timerman.

En paralelo, el Gobierno prepara a fuego lento, para el 14 de febrero próximo, la apelación ante la Corte Suprema de Estados Unidos por el caso del pari passu que ya perdió en dos instancias ante los fondos buitre y 13 inversores minoristas. "La idea también es resolver la cuestión de los holdouts", indicaron al matutino en el Palacio de Hacienda.

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