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El "dólar Cristina" ajustado por inflación, muy cerca del blue y lejos del precio oficial fijado por el Banco Central

Si se actualiza el valor de la divisa desde que asumiera su primer mandato, el valor actual sería de algo más de $11. ¿Se podrán sostener los $8 actuales?
05/03/2014 - 08:19hs
El "dólar Cristina" ajustado por inflación, muy cerca del blue y lejos del precio oficial fijado por el Banco Central

¿Está bien ocho pesos? ¿Cuál es el precio del dólar que más se ajustaría a la realidad del país? ¿El mercado cree que con lo que se devaluó ya es suficiente?

Estas son algunas de las preguntas que hoy día se formulan muchos empresarios y analistas y que, por cierto, pueden tener multiplicidad de respuestas, como así también parámetros de referencia para saber si la divisa está "cara o barata".

Lo cierto es que el valor que el mercado estima que debería valer se presenta como un tema clave, ya que incide fuertemente en la formación de precios domésticos e influye en las expectativas de la población.

Para los funcionarios del Gobierno, el único precio que importa es el oficial, que actualmente ronda los $7,90.

En tanto, los operadores de la city porteña siguen muy de cerca lo que sucede diariamente en el circuito paralelo donde -desde hace un tiempo a esta parte- el blue se viene moviendo en un rango que va desde los $11,50 a los $12.

Pero también existe otra referencia, que es la que surge de tomar el precio que tenía la divisa al momento de asumir Cristina su primera presidencia (diciembre 2007) y ajustarlo por la inflación real.

Si se actualizan los $3,09 de aquel entonces -tomando para ello la variación de precios minoristas- se llega a una cotización de $11,68.

¿Qué tiene de "novedosa" esta cifra? Que curiosamente es muy parecida a la del blue actual. En otras palabras, al valor que muchos inversores están dispuestos a pagar para hacerse de billetes.

En buen romance, si la divisa estadounidense hubiese acompañado la evolución del índice (al igual que lo han hecho la gran mayoría de los bienes y servicios) su precio sería más cercano al del informal que al fijado por el Banco Central.

Del comparativo con el actual valor oficial, surge que si el Gobierno quisiera recuperar el valor nominal debería devaluar nada menos que un 50%.

¿Lo hará? si bien este interrogante se dilucidará en los próximos meses, lo que sí ya se anticipa es que la administración K necesitará de nuevas "dosis devaluatorias".

No sólo para recuperar algo más del terreno perdido en manos de la suba de precios (que le ha restado competitividad cambiaria), sino además porque una inflación tan elevada como la actual amenaza con neutralizar rápidamente el repunte del billete verde conferido en enero, por el que se ajustara a los $8.

A fin de cuentas, para que una devaluación pueda considerarse "exitosa" -como afirma Roberto Lavagna- el único precio que tiene que subir es el del dólar. Porque si todos los demás lo siguen, entonces el efecto se neutraliza.

Por lo pronto, la administración K no logró achicar la brecha cambiaria (actualmente en el orden del 40% al 50%) y esto es un síntoma preocupante.

Extrañas coincidencias

La cifra de $11,68 (que surge de actualizar por inflación el precio que tenía el billete verde cuando Cristina asumió su primer mandato) se acerca bastante al denominado "dólar de convertibilidad".

Este último, es el que surge de comparar los pesos en circulación con las reservas, y que a mediados de febrero superaba los $12,70 (ver cuadro):

El cuadro permite observar que el dólar oficial se mantuvo durante buen tiempo por encima del de convertibilidad, lo cual indicaba que existía un respaldo de reservas que cubría holgadamente el stock de pesos.

Esta situación se alteró a partir de la implementación del cepo cambiario (octubre de 2011) y claramente se fue deteriorando en los meses siguientes, producto de la alta emisión y caída de tenencias del Banco Central.

Así, a finales de 2012 y principios de 2013, la cotización del dólar de convertibilidad duplicaba a la del oficial ($12,33 vs. $6,22).

Luego, con el mayor ritmo devaluatorio esta relación se achicó y la brecha se redujo a 1,6 veces.

Usos y estrategias

Cabe recordar que para llegar al precio actual ($7,90), desde el Banco Central se han ido aplicando diferentes estrategias:

Flotación administrada. Fue el esquema utilizado hasta fines de enero de 2010 por Martín Redrado para evitar una repentina apreciación del tipo de cambio, ante el ingreso de dólares del exterior.

Ancla antiinflacionaria. Fue la receta elegida por el Gobierno durante la gestión de Mercedes Marcó del Pont, con el objetivo de tratar de frenar el avance general de los precios. Tuvo vigencia durante gran parte de su mandato, que concluyó el 15 de noviembre de 2013.

Aceleración del ritmo devaluatorio. Apenas asumió Juan Carlos Fábrega, aceleró con inusitada velocidad el ritmo de depreciación del peso, para luego devaluar y llevar la cotización a un valor cercano a los $8, apartándose así de la estrategia de ir subiéndolo cada día "de a centavitos", que le daba previsibilidad al movimiento de la divisa y alentaba la especulación. ]Dólar de "convertibilidad" marca la cancha

Para Daniel Artana, economista de Fiel, "el tipo de cambio de convertibilidad" -que compara base monetaria (en pesos) y reservas (en dólares)- seguirá en alza, porque nada indica que el dinero en circulación deje de aumentar o las tenencias del BCRA paren de caer, si bien ahora a menor ritmo.

El economista José Luis Espert cree que es precisamente esta referencia la que le va marcando el camino al billete informal.

Diego Giacomini, analista jefe de Economía y Regiones, coincide con Espert. Sostiene que es el que "le marca la tendencia de largo plazo al blue, pese a que ambos puedan por momentos estar desalineados".

Desde la órbita oficial no son pocas las voces que critican a quienes validan al "dólar de convertibilidad" como un indicador válido para determinar el precio del blue.

Uno de ellos es el ministro de Economía, Axel Kicillof. "Los que mismos que dijeron durante diez años que el dólar valía un peso, ahora nos quieren convencer de que vale $13″, afirmaba días atrás.

A las declaraciones del funcionario se fueron sumando luego las palabras de otros referentes del kirchnerismo.

En busca del "precio sustentable"Carlos Heller, diputado nacional de Nuevo Encuentro, defendió la actual paridad del tipo de cambio oficial. Atacó a quienes alientan las expectativas devaluacionistas y toman al billete informal como referencia. Además, consideró que los actuales $8 son un valor razonable. 

"Lo que quieren es llevar el dólar a $ 12", enfatizó, al tiempo que remarcó que "para el exterior el valor de la divisa luce atrasado porque toman como referencia el precio del ilegal".

En este contexto, una de las preguntas que más se escuchan por estos días se refiere a cuál será la evolución del tipo de cambio oficial. 

En tal sentido, los analistas creen que mucho dependerá del margen de maniobra que tenga Fábrega al frente del Banco Central, ya que su visión no siempre es compartida por Kicillof.

Por lo pronto, la relativa "paz cambiaria" que se vive en estos días es atribuida a las últimas iniciativas adoptadas por el titular del Banco Central, como por ejemplo la de obligar a los bancos a vender parte de su posición patrimonial en moneda extranjera.

En otro orden, desde el Gobierno ha crecido la presión ejercida sobre los exportadores para que liquiden sus divisas, al tiempo que busca pisar las importaciones.

Así las cosas, se apunta a ampliar la oferta de billetes y a morigerar la demanda, pese a que esto último tiene un impacto negativo en las industrias y en el crecimiento del país, por la dependencia de las industrias de insumos traídos del exterior.

Para Dante Sica, de la consultora Abeceb, "no hay un gran convencimiento de que la cotización actual de $8 sea la de equilibrio. Puede que vengan otras devaluaciones, quizá de menor magnitud que la de enero".

Existe consenso entre los analistas consultados por iProfesional que la calma actual en el mercado cambiario será difícil de mantener a mediano plazo, porque los problemas de fondo persisten.

Pedro Rabassa, director de Empiria afirma que "el Gobierno compró algo de tiempo". Argumenta que "un dólar a $8 no se puede mantener hasta fin de año", en un contexto en el que la inflación se comerá rápidamente la devaluación.]

Un punto no menor del que toman nota los analistas es que aunque se logró estabilizar la situación cambiaria y moderar la caída de reservas, aún no se pudo reducir sustancialmente la brecha.

Este punto es clave, porque el desfasaje entre el oficial y el blue marca las expectativas que tiene el mercado respecto al valor que podría llegar a tener la divisa estadounidense.

Para algunos analistas, esa brecha cambiaria -que se mueve entre un 40% y un 50% y resulta difícil bajar- es un indicador de que el mercado no convalida con total confianza el tipo de cambio actual cercano a $8.

Esto, producto del persistente desequilibrio fiscal y financiero, cuestiones que siguen sin resolverse.

"La brecha deja en evidencia que hay problemas que aún continúan latentes. Cuanto más amplitud existe, más inconvenientes se generan, porque crecen las expectativas de devaluación", afirma Ramiro Castiñeira de Econométrica.

"La distancia actual entre blue y oficial indica que si la dinámica económica e inflacionaria sigue siendo la misma después de la entrada de divisas de la soja en marzo, se hará cuesta arriba mantener el billete a $8", sostiene el analista.

Él es de los que cree "que no cambió mucho el problema de fondo, el déficit fiscal es significativo y la inflación escala a un ritmo alto".

En la misma sintonía, el analista Salvador Di Stefano, afirma: "El Gobierno debe corregir el rojo en las cuentas públicas. El Banco Central no puede seguir financiando al Estado vía emisión de pesos y luego salir a retirar esos billetes del mercado convalidando una tasa de interés tan elevada, que impacta en la actividad económica".

Según el economista Gastón Rossi, "la actual brecha cambiaria resultará difícil de bajar. Además, se devaluó pero no se mejoró la competitividad en términos reales y tampoco se conoce a ciencia cierta cuál será la política económica que regirá a mediano plazo".

Para Castiñeira, "la devaluación en la que avanzó el Gobierno saca presión a corto plazo pero no a largo. Habrá una suba de tarifas para bajar el gasto y el Ejecutivo va a tener que ajustar el déficit, porque con devaluar solamente no alcanza".La clave pasa por si el Gobierno puede finalmente lograr crédito externo.

Para Di Stefano, esto "cortaría de cuajo la especulación que afecta al mercado y traería mayor tranquilidad en lo que hace a reservas, lo que a su vez haría caer al dólar de convertibilidad".

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