iProfesional

Burnout: desestiman reclamo de un empleado que dijo "estar quemado" pero no pudo probarlo

La Cámara desestimó el pedido resarcitorio de un empleado, quien dijo padecer el síndrome de burn out, porque no pudo acreditar su relación con el trabajo
15/04/2014 - 07:23hs
Burnout: desestiman reclamo de un empleado que dijo "estar quemado" pero no pudo probarlo

El "burnout" (estar "quemado" en el trabajo) fue descubierto por primera vez en el año 1974 por Herbert Freudenberger. Este padecimiento surge como consecuencia de situaciones estresantes relacionadas con el ámbito laboral, que se expresa a través de diferentes síntomas físicos y emocionales.

En un principio este síndrome fue padecido por los trabajadores de la salud, extendiéndose en la actualidad a todas las actividades y profesiones. 

Las personas más susceptibles de padecer este cuadro son dependientes que se vinculan con personas como el personal sanitario o docente, los trabajadores de los servicios sociales, policías, personal de justicia, hotelería o vinculados al turismo, y que tienen características particulares como un sobreinvolucramiento con el trabajo, que privilegia la tarea laboral más allá de las cuestiones personales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no tipificó aún la enfermedad como tal, sino que se encuadra en la categoría de agotamiento y problemas laborales.

Si bien ningún ejecutivo o profesional está a salvo de padecerlo, son aquellos más jóvenes quienes tienen mayores probabilidades de caer en este síndrome de agotamiento profesional. 

Hace pocos días, se dio a conocer un caso en el que se desestimó el reclamo de un trabajador que reclamó por sufrir de "burn out", ya que la Justicia consideró que no pudo acreditar que los padecimientos estuviesen vinculados al ámbito laboral.

Falta de vínculo con el ambiente laboralLa sentencia de primera instancia hizo lugar parcialmente a la demanda. Sin embargo, el trabajador no quedó conforme por el rechazo del adicional por daño moral, a causa del supuesto "síndrome de burn out" que había sufrido en el ámbito laboral. Por ese motivo, apeló ese punto de la decisión ante la Cámara. 

De acuerdo  a los magistrados, "en ninguna parte de la historia clínica remitida por la clínica surge que los profesionales que atendieron al trabajador hayan determinado que el trastorno que allí se describe, pueda estar de algún modo vinculado a la actividad laborativa desplegada por aquél, ni aportan fundamento científico alguno que permita relacionar la afección psíquica allí detallada con el trabajo".

En su informe, los facultativos indicaron que el trabajo del dependiente era "tensionante" y destacaron el envío de una carta documento por parte de la empresa, en la cual se lo advierte sobre un eventual abandono de tareas como desencadenante del trauma. Sin embargo, los médicos no realizaron conclusiones sino que solo se dedicaron a transcribir las manifestaciones efectuadas por el trabajador.

De acuerdo a los magistrados, el empleado tenía que acreditar no sólo la existencia del padecimiento sino, además, su relación causal o concausal con las tareas desempeñadas.

"La existencia de una patología como la que surge de la historia clínica, puede tener su origen en factores de la más diversa índole, sea de carácter endógeno, constitucional o bien exógeno", explicaron los jueces.

Luego señalaron que "frente a esta multiplicidad de factores que, por sí solos o en concurrencia con otros, poseen aptitud para originar una patología como el burn out, era menester acreditar con fundamentación científica que la misma, resultaba objetivamente relacionable con las condiciones laborales bajo las cuales se desempeñó el trabajador".

En este sentido, concluyeron que no se produjo ninguna prueba de que la patología sufrida por el reclamante tuvo su origen en el ámbito laboral.

De esta manera, rechazaron el pedido de resarcimiento por "burn out". Por otro lado, desestimaron el reclamo por "daño moral" porque "no toda desavenencia profesional implica o da origen al acoso moral, cuya característica principal se asienta en la repetición de actitudes, palabras, conductas que, tomadas por separado, pueden parecer anodinas, pero cuya repetición y sistematización las convierte en destructivas".

RepercusionesLa falta de entrenamiento y de experiencia de vida hace que los jóvenes sean más proclives a padecer este síndrome, al tiempo que tienen mayores presiones y muchas veces sus días transcurren en ámbitos laborales en los que predomina una excesiva competencia por ascender. 

De todas maneras, no todo se circunscribe a las circunstancias personales, porque caer o no en esta patología depende mucho de la personalidad del profesional o ejecutivo, también existen motivos para la aparición de esta enfermedad que están directamente vinculados con el ambiente laboral.

"Hay situaciones de estrés prolongado que no terminan en total y absoluto burn out, pero que conllevan la somatización de la aflicción, o al incremento del riesgo de enfermedades 'inculpables' o accidentes de trabajo: estas enfermedades son en realidad originadas por el estrés", señaló la profesora Andrea Mac Donald.  

Se detectan que los síntomas del "burn out" en el trabajador son los siguientes: 

  • Agotamiento emocional intenso.
  • Angustia en su desempeño en las tareas dentro de la organización.
  • Pérdida de interés en las tareas que realiza dentro de la empresa.
  • Sensación de estar disconforme con su vida laboral.

Los síntomas descriptos no sólo repercuten en el trabajador sino además en la propia organización empresarial, en cuanto a su funcionamiento y rendimiento en las tareas de la propia organización. 

La especialista afirmó a iProfesional que es necesaria una ley que distinga cuáles son las conductas que tipifican al mobbing o acoso moral y cuáles no, a los fines de no caer en confusión con otras figuras como el burn out, el estrés laboral o el acoso sexual entre otras.

Mercedes Balado Bevilacqua, titular del estudio que lleva su nombre, remarcó que "la enfermedad posee varios niveles: leve, moderado, grave o extremo, pero todos recaen en los síntomas comunes a la afección en mayor o menor medida tales como cefaleas, insomnio, afecciones gastrointestinales, fatiga, dolores del cuerpo en general y respecto de lo psicológico, disminución de la motivación para concurrir y realizar las tareas, dificultad para concentrarse, depresión, irritabilidad, frustración, negativismo, entre otras".

En función de lo expresado y teniendo en cuenta la extensión jurisprudencial referida al deber de seguridad del empleador que incluye el proveer los medios para evitar afecciones psicológicas en sus empleados,  es importante que los empleadores puedan comprobar el cumplimiento de tal deber para minimizar la exposición empresaria a contingencias laborales.

Para ello, de acuerdo a la mencionada especialista, es recomendable adoptar políticas de recursos humanos tendientes a prevenir y detectar estas patologías, que incluyan la realización de exámenes médicos preocupacionales para conocer en profundidad la personalidad del candidato.

Asimismo, deben tomar las medidas necesarias para evitar la generación de un ambiente laboral hostil, monitorear las tareas otorgadas a los empleados en función de sus categorías y generar un buen canal de comunicación entre los empleados y recursos humanos a fin de favorecer el conocimiento temprano de estas afecciones de manera de arbitrar el debido cumplimiento del deber de seguridad del empleador, salavaguardar la salud del empleado y reducir la exposición empresaria a reclamos laborales.