La emoción de Estela de Carlotto tras la aparición de su nieto: "No quería morirme sin abrazarlo"
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, recuperó este martes a su nieto Guido, tras una incansable búsqueda que se extendió por más de 35 años.
El joven, que se llama hasta hoy Ignacio Hurban, tiene 36 años, es músico y vive en la ciudad de Olavarría, casado y con dos hijos, y habría sido su esposa la que lo incentivó a hacerse los estudios genéticos, indicaron a DyN fuentes del caso.
La noticia fue dada a conocer primero por la agencia de noticias Télam y luego fue confirmada por el hijo de Carlotto, Guido "Kibo" Carlotto, quien manifestó su alegría en declaraciones a la prensa.
"Se lo estamos comunicando a él", dijo en un primer momento el tío del joven, secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. Y concluyó: "Es una gran emoción, no puedo hablar".
En conferencia de prensa, Carlotto se mostró visiblemente emocionada y le agradeció "a Dios y a la vida" haber podido encontrar a su nieto que había sido secuestrado por la dictadura y dado en adopción.
"Lo que yo quería era no morirme sin abrazarlo y pronto lo voy a poder abrazar", expresó en su contacto con los medios.
Y expresó: "Esto para los que pretenden que demos vuelta la página como si nada hubiera pasado. Es una reparación. Y como falta mucho, hay que seguir buscando a los que faltan porque otras abuelas tienen que sentir lo que siento yo".
Guido Carlotto es hijo de Laura, la hija desaparecida de Estela y nació en cautiverio en el hospital militar de Buenos Aires, el 26 de junio de 1978.
"Que Laura sonría desde el cielo y me repita lo que ella sabía antes que yo, porque yo nunca fui una mujer de lucha abierta, 'mi mamá no se va a olvidar de lo que me están haciendo y los va a perseguir'. Yo no persigo más que la Justicia, mamá, ganaste una batalla larga", aseguró emocionada Carlotto.
La titular de Abuelas contó también que la llamó Cristina Kirchner: "Me preguntó si era cierto, 'ay por dios qué alegría enorme' me dijo, lloramos juntas". Y reveló que también se comunicó para expresarle su alegría el hijo de la jefa de Estado, Máximo.
Cuando le preguntaron qué había sido del joven durante estos años, el hijo de Estela Carlotto afirmó: "Esas cosas no puedo hablarlas, hay que respetarlo a él que se acaba de enterar de esto. Discúlpenme, son los compromisos que hemos aceptado desde que comenzamos con esta tarea".
El descubrimiento
La jueza Servini de Cubría recibió a las 12 de este martes los resultados que confirmaban una consanguinidad del 99 por ciento de coincidencia de ADN, en base a unos huesos recuperados e identificados por orden de la Cámara Federal.
Según dijo la jueza a DyN, el joven se presentó en la CONADI, que depende del Ministerio de Justicia, y lo enviaron al Banco Nacional de Datos Genéticos para que le sacaran sangre.
Allí había datos genéticos relacionados a la pareja de Laura Carlotto y el papá de Guido, pero los abuelos paternos que podían confirmar o no el resultado (con nuevas muestras de ADN) estaban en el sur del país, por lo que hubo que viajar hasta allí para tomar nuevas muestras de sangre.
Según trascendió, el joven se presentó voluntariamente porque tenía dudas de su identidad y el ADN dio positivo, indicó su tío, Guido "Kibo" Carlotto, secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
Una historia de lucha
Laura nació el 21 de febrero de 1955 en la ciudad de La Plata, hija de Estela Barnes y Guido Carlotto. Era estudiante de Historia en la Universidad Nacional de La Plata y militaba en la Juventud Universitaria Peronista y en Montoneros.
El 1 de agosto de 1977 resolvió mudarse a la casa de unos amigos, pero cuando sus padres -Guido y Estela- fueron a ver como estaba pues no atendía solo encontraron una vivienda vacía y saqueada.
Tenía 23 años y estaba embarazada de casi tres meses cuando fue secuestrada en su casa por miembros de la última dictadura militar en noviembre de 1977. Lo que siguió al secuestro fue el traslado al Centro Clandestino de Detención "La Cacha", en donde seguiría gestando en su vientre a Guido Carlotto.
En la búsqueda por hallar a la joven, su padre Guido permaneció "secuestrado" durante 25 días, durante los cuales lo torturaron, y recién fue liberado tras el pago de 40 millones de pesos de 1977 que aportó Estela Carlotto.
Así lo relata el libro "Botín de Guerra", publicado por Pagina/12, donde también se detalla una dialogo que Estela mantuvo con el dictador Reynaldo Bignone, quien le habría dado a entender que su hija estaba muerta.
Meses después, en junio del 78, la hija de Carlotto dio a luz a su hijo en el Hospital Militar Central "Dr. Cosme Argerich". Lo llamó Guido y sólo pudo pasar con él cinco horas antes de que los separaran porque después la adormecieron y la llevaron de regreso al campo de concentración de La Cacha, antes de asesinarla en un supuesto enfrentamiento.
El cuerpo de Laura apareció en la zona de Isidro Casanova y pudo ser enterrada, pero de acuerdo a la reconstrucción que pudo hacer Carlotto, a Laura la vieron embarazada y había dado a luz, esposada, en el Hospital Militar.
Fue la propia titular de Abuelas quien relató que fueron los propios militares quienes le hicieron entrega del cuerpo de su hija sin vida. El 25 de agosto de ese año la citaron en la Comisaría 9°, donde un policía le entregó el cuerpo de su hija con un disparo en el rostro.
A partir de ese día Carlotto comenzó una lucha que se prolongaría hasta este martes. Primero empezó su búsqueda en las rondas de Plaza de Mayo, donde junto con las Madres se juntaban al menos una vez por semana para pedir por la aparición de sus hijos y nietos.
Así fue como Carlotto comenzó a enarbolar la lucha para recuperar a los hijos de los desaparecidos en cautiverio. Hoy parte de su lucha rindió sus frutos, pero continuará en la búsqueda del resto de los nietos que aún faltan encontrar.
Juicios y condenas
Según los organismos de derechos humanos, unas 30.000 personas fueron desaparecidas por el terrorismo de Estado.
En la última década, el Estado argentino efectivizó 118 juicios orales con sentencia en todo el país. En esos 118 juicios estuvieron procesados 659 represores, y hubo como resultado 592 condenas sobre 477 represores, 62 absueltos y 6 muertos mientras duraba el proceso, por un universo de 2859 víctimas.
"Esto quiere decir que sólo alrededor del 31% del total de los 2.100 procesados desde 2003 fue llevado a juicio, y un 25% de ese número de procesados fue condenado", señaló en un informe reciente Hijos La Plata.
El organismo de DDHH aseguró que si se toma como dato los 600 Centros Clandestinos de Detención (CCD) que funcionaron en todo el país durante la dictadura, "los 477 condenados siguen representando, a casi de 11 años de anuladas las leyes de impunidad, menos de 1 represor condenado por CCD".
"Esto marca claramente que la pretensión punitiva de estos procesos lejos está de representar la dimensión real del aparato represivo del Terrorismo de Estado", concluyeron.