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Fábrega, cerca de activar con China el acuerdo de swap por u$s11.000 M

El presidente del Banco Central se reunió en Basilea con su par chino para coordinar la puesta en marcha el intercambio de divisas previamente pactado
08/09/2014 - 10:14hs
Fábrega, cerca de activar con China el acuerdo de swap por u$s11.000 M

El presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Juan Carlos Fábrega, se reunió este domingo en Basilea con su par de China, Zhou Xiaochuan, con el objetivo de ultimar detalles para la puesta en marcha del swap de monedas.

El encuentro bilateral se desarrolló en Basilea, Suiza, en el marco de la reunión bimestral del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), de la que participan más de 50 presidentes de bancos centrales de todo el mundo.

Fábrega y Xiaochuan analizaron los mecanismos para poner en marcha la activación del swap convertible de monedas que fue suscripto en julio último y que permitirá desembolsar por tramos, de acuerdo con los requerimientos de ambos países, un monto total por hasta 11.000 millones de dólares.

El primer desembolso sería de unos u$s1.000 millones antes del fin de este año.

Las autoridades argentinas podrán tomar dos caminos con los fondos: convertirlos a dólares en los mercados de Hong Kong o Londres o bien mantener los yuanes como parte de la canasta de monedas en poder del BCRA.

Durante el encuentro, el titular del Banco del Pueblo Chino (PBC, según sus siglas en ingles), le transmitió a Fábrega el apoyo de su país a la Argentina en la controversia con los holdout, que se suscitó en un juzgado de los tribunales de Nueva York con los tenedores de deuda que no ingresaron en los canjes realizados en 2005 y en 2010.

La opinión de analistas

Desde un primer momento, el acuerdo de intercambio de monedas con el gigante asiático generó escepticismo entre varios analistas."Es una fantasía", afirmó, sin eufemismos, el economista Carlos Melconian, cercano al partido de Mauricio Macri. "El yuan no tiene inserción internacional", argumentaba, por su parte, el ex jefe del Banco Central, Aldo Pignaneli.

Lo que varios economistas sostenían era que, a los efectos prácticos, era difícil que los chinos pudieran prestarle dinero -no en dólares sino en yuanes- al país para otro fin que no fuera importar mercadería. 

Y que, en cambio, la incorporación de esa moneda china a las reservas sería algo mucho más complejo de lograr, dadas las dificultades para transformar los billetes con la efigie de Mao por otros con la cara de Washington.

Para ello, se debe acudir a los mercados de divisas, entregar yuanes y recibir dólares, aunque por cierto a una tasa de conversión bastante inferior a la que maneja oficialmente el gobierno asiático.

Pero, además, hay otro punto significativo. Suponiendo que estos yuanes sí puedan ser convertidos a billetes verdes, habría que considerar cuál será el tipo de cambio.

Ocurre que en China hay una tasa oficial que marca que un dólar equivale a 6,36 yuanes. Por eso, el monto oficial de 70.000 millones de yuanes es equiparado a u$s11.000 millones. Pero cuando la Argentina quiera convertir sus yuanes por la moneda estadounidense deberá recurrir al mercado financiero. Y allí, no necesariamente la cotización del yuan será la misma.

Cuanto menos líquida es una divisa, mayor es el "spread" -es decir, la diferencia entre el tipo de cambio comprador y el vendedor- y, por lo tanto, la Argentina recibirá menos dólares de los que teóricamente los chinos le estarán prestando. Esto implicará otro costo financiero adicional en la operación.

Lo cierto es que la posibilidad de que el swap permitiera usar los yuanes en un caso real de necesidad -como un default que le cerrase al país el acceso a la financiación en los mercados de crédito, por ejemplo- nunca había sido considerada por los analistas como algo muy firme.

"La opción de usar este swap para nutrir las alicaídas reservas del BCRA en el contexto de una corrida cambiaria, por ejemplo, o para cubrir la necesidad de otra divisa resultante del déficit del comercio bilateral con otro socio comercial, no es tan directa", opina el economista Gabriel Camaño Gómez.

Y no faltan quienes consideran que el principal sentido del acuerdo está más vinculado a una cuestión de imagen y expectativas antes que a la posibilidad concreta de cambiar yuanes por billetes verdes.

"Si un país tiene un swap abierto, lo que se garantiza es 'no voy a tener problemas en la balanza de pagos en el corto plazo'", ejemplifica Juan Pablo Paladino, jefe de investigaciones de la consultora Ecolatina.

En la misma línea, Carlos Pérez, ex director del Central que había negociado un anterior swap con China en 2009, afirma: "En realidad, los swap de moneda son un instrumento más persuasivos que efectivos y activos. Son como los pases que hacemos con el Banco de Francia, por ejemplo, tienen un efecto más cosmético que efectivo".

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