Miran el más allá: petroleras no ven "cepos ni buitres" a largo plazo y apuestan por la riqueza del suelo
El negocio del petróleo en Argentina "hace la suya".
Es verdad que no está ajeno a los conflictos entre el Gobierno y buitres, tampoco a la caída en la actividad económica, pero también es cierto que la riqueza del suelo argentino da lugar a la llegada de inversores que miran más el largo plazo que el incierto panorama actual.
Saben que en algún momento la situación política y económica será otra, volverá el crédito externo, el cepo cambiario y las restricciones al giro de utilidades pasarán a ser historia. Pero el potencial de los recursos que subyacen bajo tierra quedará.
A eso hay que sumarle otra cuestión, que forma parte de uno de los principios más importantes de cualquier buen empresario: el saber identificar cuál es el momento para comprar. Y los activos locales, medidos en dólares, se han convertido en unos de los más baratos de la región.
Esto, producto de tarifas congeladas, alza de costos por la inflación, restricciones a las importaciones, entre otras cuestiones, que le restaron atractivo al negocio. Hoy están presentes pero no serán para siempre.
Lo cierto es que estas complicaciones han generado una depreciación inédita de aquellas áreas que poseen un elevado potencial.
Un simple ejemplo permite apreciar tal magnitud: mientras que en países como Colombia o Brasil las reservas probadas de petróleo se valúan a razón de u$s20 dólares por barril. Hoy día en la Argentina -default técnico y desacato mediante- valen un tercio de esa cifra.
"Con el frente externo tan incierto, el panorama político revuelto y con la economía recesiva, el precio de los yacimientos bajó tanto que no van más allá de los u$s5 a u$s7", aseguró un alto ejecutivo de la industria.
Además de este presente, en el que también pesa la incertidumbre que generan las próximas elecciones presidenciales, en la industria hidrocarburífera dan por hecho de que el clima mejorará en el largo plazo.
"Esto es muy sencillo: los precios que se manejan localmente en algún momento comenzarán a acercarse a los internacionales. Es sólo una cuestión de tiempo", destacó la fuente consultada.
Asimismo, también es de prever una recomposición en el precio del gas en boca de pozo. Pese al aumento otorgado por el Gobierno en abril, aún sigue muy por debajo de los valores reclamados por la industria para reactivar las inversiones previstas para proyectos gasíferos.
En la actualidad, el valor promedio del fluido ronda los u$s3,5 por millón de BTU si se ponderan los valores de referencia para los segmentos residenciales, industriales, GNC, usinas eléctricas y comercios.
"Para promover la inversión en gas, que explica un 50% de la matriz energética, el precio de mercado debería rondar los u$s6. Es decir, casi el doble", expuso Daniel Montamat, ex secretario de Energía y actual consultor.
Las empresas, confiadas pero expectantes
La riqueza del suelo argentino y el alto potencial de largo plazo -que chocan de frente con la incertidumbre política y económica actual- hacen que las compañías adopten posiciones muy diferentes.
Como dice un viejo lema de los negocios, en los buenos momentos las empresas ganan plata y en los malos ganan mercado.
Así las cosas, las grandes firmas retienen zonas de exploración y aceleran en la adquisición de nuevos activos, en detrimento de las medianas o chicas que, con menos espalda, deben desprenderse para sortear el difícil contexto.
¿Cuáles confirman el primer grupo? Compañías como YPF, Pan American Energy (PAE), Total o Chevron, entre otras.
Las oportunidades existen y el mercado se reacomoda. La principal, quizás, está dada por la venta de las concesiones de Petrobras en Santa Cruz, que contrató al Scotiabank para estructurar su salida de esos activos.
En dicho proceso de traspaso, indicaron a iProfesional fuentes del sector, Eduardo Eurnekian -bajo la firma CGC- lleva la delantera en las negociaciones.
Petrobras dejó en claro que no se retira del país, si bien tiene varios interesados en caso de que quiera vender sus activos en la Cuenca Austral de Santa Cruz.
Esa lista incluye a importantes firmas, como YPF, Pan American Energy (PAE) y Oil M&S, del empresario Cristóbal López, que el año pasado estuvo a punto de quedarse con el 51% del paquete accionario de Petrobras Argentina.
En tanto, la canadiense Madalena Energy -que en la Argentina posee varias concesiones en la cuenca neuquina- acaba de cerrar la compra de los activos de Gran Tierra Energy.
La operación -anunciada en la Bolsa de Toronto- se pactó por u$s69 millones. Con presencia en áreas en el shale de Vaca Muerta, la compañía logró sumar campos convencionales, con una producción del orden de los 2.600 barriles diarios de petróleo.
Gran Tierra Energy había desembarcado en el país en 2011 a partir de la adquisición de Petrolífera Petroleum, con activos en Colombia, Perú y Argentina, desembolsando para ellos unos u$s153 millones. Pero su apuesta quedó trunca por el deterioro de las condiciones económicas del ámbito local.
La danza de las idas y vueltas
Al movimiento de Gran Tierra Energy hay que agregar el de otras firmas que están siendo tentadas a vender por poderosos capitales.
En esa nómina aparece, por citar un caso, Central International Corporation, una subsidiaria de la canadiense Central Resources, que explota campos en Neuquén y también está interesada en negociar su participación en la extracción de hidrocarburos.
En una posición similar (si bien no opera ninguna concesión) se encuentra Apco Oil & Gas International, subsidiaria del grupo estadounidense Williams Company.
Esta petrolera estadounidense controla un 53% del paquete accionario de Entre Lomas, el octavo productor de petróleo del país, y posee participaciones en campos en Tierra del Fuego, Neuquén y Salta.
En carrera para hacerse de sus activos figura PAE, la empresa controlada por los hermanos Bulgheroni, en conjunto con un fondo de inversión norteamericano.
La canadiense Americas Petrogas ha venido avanzando sin prisa y sin pausa. En los últimos años concretó ambiciosas jugadas que le permitieron lograr un gran posicionamiento en la cuenca neuquina, en áreas con acceso a Vaca Muerta.
De hecho, ya posee seis concesiones en la región y está asociada en algunas de ellas con YPF y ExxonMobil.
Todos estos movimientos que se dan en el sector petrolero, con la llegada de dólares para inversiones que van a contramano de lo que sucede en otros ámbitos, no alcanzan por sí solos para consolidar el potencial de una actividad que requiere de reglas de juego claras para avanzar en desarrollos que necesitan de años y años de trabajo.
"La devaluación de enero tiñó de incertidumbre el ambiente de negocios. El impacto en la cadena de refinamiento implicó una aceleración del precio de los combustibles", sostuvo a iProfesional Mariano Lamothe, gerente de Análisis Económico de Abeceb.com.
"Frente a este escenario y en un intento de contener la tasa de la inflación, el Gobierno acordó con las petroleras fijar el precio del crudo. Inicialmente se estableció una cotización para luego ir avanzando progresivamente hasta llegar al valor pleno del mercado", añadió.
Para Lamothe, más allá de las oportunidades y negociaciones que se suceden en el segmento de los hidrocarburíferos, "en la medida en que el Gobierno carezca de un plan integral que provea claridad y estabilidad en las reglas del juego, las inversiones que se hagan en el sector continuarán requiriendo de elevadas tasas de rentabilidad para que sean viables".