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Cristina detalló los cinco puntos de un plan desestabilizador y culpó a ex funcionarios de Bush por alza del dólar

Señaló que fueron diseñados por los fondos buitre para "esmerilar" al Gobierno. Se refirió a un estudio que estaría contratado para atacar al país
19/09/2014 - 09:59hs
Cristina detalló los cinco puntos de un plan desestabilizador y culpó a ex funcionarios de Bush por alza del dólar

La Presidenta ratificó este jueves la existencia de un plan de desestabilización contra el Gobierno y responsabilizó a ex funcionarios de la administración de George Bush por la suba del dólar blue.

"Esto no empezó ayer miércoles. El lunes, con las absolutamente impropias declaraciones del Encargado de Negocios de los EE.UU. que motivaron la obligada intervención de la Cancillería argentina, ante la intromisión en asuntos internos por parte de un diplomático extranjero. La respuesta al llamado de atención de Cancillería no se hizo esperar", sostuvo la mandataria en un comunicado subido a su sitio y difundido en su cuenta de Twitter.

En ese sentido, calificó los hechos de los últimos días -la suba del blue y la restricción a la venta de pasajes por par parte de American Airlines- como un "ataque especulativo sobre la moneda, amplificados hasta el ridículo por los buitres locales. En especial por su radio preferida... "Radio Buitre", en referencia a Radio Mitre.

En el texto, la Presidenta comentó que el ex Secretario de Comercio del segundo gobierno de Bush, (Carlos) Gutiérrez, forma parte del estudio de la ex secretaria de Estado de Bush, Madeleine Albright quien, se supo "por cables de los diarios estadounidenses (...), pertenece al estudio contratado por los buitres para atacar" al país.

La Presidenta adjudicó a Guitérrez cinco puntos de un plan desestabilizador que se encargó de citar textualmente:

"1.1. Esmerilar y desgastar la figura de la Presidenta de la Nación con ataques permanentes desde el punto de vista mediático y denuncias sistemáticas en diversos lugares de Estados Unidos y a nivel internacional".

"1.2. Propiciar ola de rumores para generar inestabilidad económica impulsando ataques especulativos para minar la credibilidad y confianza en el gobierno, sobre todo con la variación del tipo de cambio marginal o 'blue' que constituye un mercado ilegal promovido por cuevas financieras auspiciadas en forma indirecta por los bancos".

"1.3. Establecer una política agresiva en el mercado financiero internacional para impedir el acceso de la República Argentina a financiamiento en el mercado de capitales tanto del sector público como del sector privado con el objeto de asfixiar al gobierno e impedir a las empresas acceder a líneas de crédito".

"1.4. Propiciar una estrategia para ganar tiempo y lograr un acuerdo favorable a los intereses de los fondos buitres en el año 2016 con un nuevo gobierno, admitiendo los deseos que efectivamente un gobierno afín a sus intereses pueda gobernar el país a partir del 10 de diciembre de 2015".

"1.5. Contratar periodistas, medios de comunicación en Argentina y otros países para atacar al gobierno y financiar directa o indirectamente a políticos y sindicalistas de la oposición para esmerilar al gobierno y provocar acciones de desgaste permanente".

A reglón seguido, se preguntó: "Qué me decís de los puntos 1.1 y 1.2? Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Como en las películas viste?".

"Pero sabés que? -analiza la Presidenta- esta película ya la vimos. Y la función terminó en el 2001 muy mal. Endeudamiento, entrega del patrimonio y miseria y tragedia para los argentinos. Lo están intentando otra vez. Justo es reconocer también que reciben mucha cooperación interna".

"Que por qué lo recibió? Es que pidió audiencia como un importante ex funcionario, manifestando durante la entrevista que quería acercar posiciones", aclaró la jefa de Estado.

En ese sentido, sostuvo que "después nos enteramos por cables de los diarios estadounidenses, como el resto de los argentinos, que se trataba del estudio contratado por los buitres para atacar a nuestro país". Y reveló que "el ministro de Economía, Axel Kicillof, lo comentó en su momento en el Parlamento".

Asimismo, recordó que "el jefe de Gabinete lo contó, también con lujo de detalles. Pero curiosamente no se escucha en las radios ni se lee en los diarios locales. Qué cosa no?".

Por último, escribió: "Bueno, me tengo que ir a Roma para el almuerzo con el Papa Francisco",el sábado próximo en el Vaticano". "Así que te tiro el último dato. Me acabo de enterar hace unos instantes. A partir del 9 de diciembre de 2013 James F. Albaugh, a quien no tengo el gusto de conocer, se convirtió en director de American Airlines", agregó.

Posteriormente, vinculó al ejecutivo de American Airlines con los fondos buitre. "A su vez también -añade Cristina-, ha sido miembro de la Junta de American Airlines Group de Administración desde la misma fecha...". Y para terminar menciona que "James Albaugh, asesor principal de The Blackstone Group LP, uno de los más importantes fondos de inversión financieros, que ingresó en la reestructuración soberana de la deuda argentina".

En estos días tan convulsionados el Gobierno ha apuntado a diferentes responsables a la hora de intentar explicar por qué sube el dólar blue.

Este miércoles, el propio ministro de Economía Axel Kicillof sostuvo que la culpa del alza del billete paralelo era atribuible a ataques especulativos de los fondos buitre, en otro intento de llevar algo de calma al mercado.

Jorge Capitanich no se quedó atrás en esta "caza de culpables" y este jueves por la mañana sentenció: “Son los bancos los que especulan y alimentan la vigencias de las cuevas".

Cristina también hizo referencia a los movimientos desestabilizadores sobre el tipo de cambio. Criticó a la prensa que titula con "el valor del dólar blue, un dólar ilegal, como si fuera ese el verdadero valor, y pronostican una cifra de 17 pesos”. Todo eso, "trata de generar un clima de mala onda y una fiebre bastante tonta".

Cada vez más analistas entienden que estas expresiones no deben ser tomadas como conceptos aislados sino, más bien, como un Gobierno que prepara el terreno para una eventual corrección cambiaria asociándola a “culpables” de este ajuste que, más temprano que tarde, deberá realizar producto de una inflación que ya se comió casi toda la devaluación de enero.

El dólar "desestabilizador"La  pregunta más clásica y duradera de la economía argentina -"¿hasta cuándo aguanta el dólar al precio actual?"- ha vuelto a ocupar el centro de la escena.

La formulan a diario desde las amas de casa, pasando por dueños de Pyme, encumbrados empresarios, pequeños ahorristas y hasta grandes banqueros e inversores.

Los analistas salen "a la caza" de indicadores capaces de dar señales sobre cuándo puede sobrevenir una nueva devaluación.

Pero lo cierto es que los indicios no vienen sólo de los análisis económicos privados, sino que pueden hallarse en los gestos -muchas veces involuntarios- de los propios funcionarios K.

 A veces pronunciados de manera indirecta, otros a entrelíneas, han aparecido en estos días sutiles signos de que el Gobierno está preocupado por la escasez de dólares y que no descarta una corrección brusca.

Empezando por Kicillof. Al exponer en el Consejo de las Américas, un evento de gran convocatoria entre las empresas, compartió un argumento llamativo: insinuó que el contexto económico mundial puede traer presiones contra la moneda nacional. Y anticipó un nuevo "flight to quality".

Es decir que la llegada de capitales en abundancia -que le han permitido a casi todos los países de América latina tomar deuda a bajo costo y recibir fuertes inversiones privadas- corre serios riesgos de frenarse abruptamente.

"No lo digo yo, lo dicen el FMI y el G-20. Atravesamos momentos difíciles a nivel internacional y los países emergentes no están recibiendo el flujo de capitales que recibieron hasta la crisis de Lehman Brothers", señaló.

Lo curioso es que, hasta ahora, Kicillof siempre venía defendiendo la tesis de que la Argentina se encontraba “blindada” ante este tipo de cambios bruscos en los movimientos de capitales, ya que había elegido la estrategia del desendeudamiento y no se había "tentado" con el ingreso masivo de fondos.

Sin embargo, ya no parece pensar igual. Con el irrefutable argumento de que "las encrucijadas de Argentina no están en un termo", dio a entender que ese efecto contagio llegará al país.

Varios analistas interpretan que Kicillof mandó una señal por demás potente: tal vez el Gobierno no pueda impedir una devaluación pero ya sabe a quién echarle la culpa.

"La economía mundial no arranca y las exportaciones argentinas se ven afectadas. Ante esa coyuntura no hay remedio. Cuando la demanda externa no ayuda, no hay política activa que se pueda aplicar", admitió.

La frase pasó algo inadvertida, en parte porque ese mismo día hubo un paro general, en parte por haber sido pronunciada en un ámbito de expertos.

Pero sus expresiones resultan bien elocuentes: admite que existe un límite al voluntarismo del modelo K, basado en fogonear el mercado interno.

Villanos se buscanSon días complicados para salir en defensa del "modelo"

El Gobierno durante años aplicó la tesis del filósofo Ernesto Laclau, según la cual los "progresismos" deben concebir su tarea como la afectación de intereses de sectores privilegiados y, en consecuencia, no deben temer a una polarización social sino, más bien, deben exacerbar esas diferencias.

Claro que esa teoría necesita que, frente al Gobierno, haya villanos, que es lo que el Ejecutivo busca por doquier.

Desde el banquero Jorge Brito al juez Thomas Griesa, desde los empresarios especuladores que remarcan precios hasta los directivos de Donnelley que hacen quebrar empresas. 

Desde Héctor Méndez, titular de la UIA, hasta los directivos de American Airlines. Sin olvidarse de Héctor Magneto y del campo, que “encanuta” la soja.

Tan enfática es esa búsqueda que hasta Aldo Ferrer, un prócer de los economistas "heterodoxos", afirma que el problema no son los empresarios sino los errores de los funcionarios.

"Si piensan que esto que pasa es por los conspiradores que se quieren llevar la plata y tumbar al Gobierno, no ven el problema real", sostuvo. 

El "relato" está en riesgo porque, con tantos villanos, el peligro es que "el malo" termine siendo el propio Gobierno.