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A todos no les fue igual: los sectores mejor y peor posicionados en el "ranking salarial 2014"

La pérdida de poder adquisitivo no impactó de la misma manera entre los dependientes. Incluso, economistas K admiten que hubo una franja más perjudicada
28/12/2014 - 09:00hs
A todos no les fue igual: los sectores mejor y peor posicionados en el "ranking salarial 2014"

Por primera vez en mucho tiempo, el sindicalismo en sus distintas variantes cerrará el año con una sensación compartida. Pese a que el Gobierno sostiene que las paritarias mantuvieron el poder adquisitivo, hasta las centrales más identificadas con el "modelo" sienten que los salarios fueron los grandes perdedores del 2014.

La explosión de protestas en reclamo de bonos y sumas compensatorias atestiguan el clima de descontento entre los asalariados que, lejos de haberse calmado, ahora empezó a trasladarse a la nueva ronda de negociaciones, con pedidos de sumas "puente" para dilatar los acuerdos y aumentos de hasta el 50%.

Sin embargo, detrás del malestar que atraviesa a todo el arco sindical, pasó desapercibida una situación que probablemente será motivo de futuros conflictos: el hecho de que el ajuste no impactó a todos por igual y, por lo tanto, algunos gremios se llevaron la peor parte.

En efecto, los economistas K reconocen que una franja de los trabajadores se vio más perjudicada por la suba de precios. "Este año se ve una restricción en el consumo, porque algunos sectores no le ganaron a la inflación", señaló el integrante de La Gran Makro, Agustín D´Atellis.

Presionados por la escalada de reclamos, hasta los industriales de la UIA aceptaron quera era inevitable negociar un plus salarial por la caída en la capacidad de consumo, en momentos en que la Casa Rosada se negaba a hacer lo mismo en el sector público.

Todas estas señales, sumadas al estancamiento del mercado laboral, representan un dolor de cabeza para el Ejecutivo porque ponen en tela de juicio nada menos que el crecimiento del ingreso y del empleo, dos de las banderas más preciadas para los defensores de la "década ganada".

"La Argentina es el país con mayor igualdad de salarios de la región", suele afirmar la presidenta Cristina Kirchner. 

Los trabajadores recibieron punta a punta una suba del 31% en promedio, según un informe del Ministerio de Trabajo. Mientras que, si se toma el promedio a lo largo de la vigencia de los acuerdos (incluyendo el efecto de la percepción en etapas y el pago de sumas), la cifra se reduce en 5 puntos porcentuales. En cualquiera de los dos casos, se supera la inflación anual estimada por el INDEC, del 22%.

En cambio, las consultoras privadas y las centrales sindicales hacen un balance diferente. Para ellas, la devaluación de enero pasado y una inflación anual estimada en torno al 40% tiraron abajo el poder adquisitivo entre un 7 y 10%.

"En el primer semestre las familias de bajos ingresos sufrieron una inflación más elevada y sus ingresos nominales fueron los que menos treparon. Por ambos factores, cayó 10% el ingreso real de los hogares de escasos recursos, mientras que en los de mayor poder adquisitivo la merma fue más acotada (-7% interanual )", señaló Ecolatina en un estudio reciente.

Con todo, los que sintieron el mayor impacto fueron aquellos que sufrieron un "doble golpe", al verse alcanzados además por el Impuesto a las Ganancias. De acuerdo con los cálculos de la CGT opositora, en estos casos la pérdida en los ingresos fue de entre el 9 y 12%.

Y aunque la Presidenta, a regañadientes, eximió al medio aguinaldo del pago del gravamen, la mayoría de los sindicatos lo recibió como un "remedio parcial" porque el asalariado deberá tributar igualmente por el resto del sueldo e incluso enfrentará mayores descuentos por la falta de actualización de escalas y alícuotas, sin cambios desde el 2000. 

El siguiente cuadro muestra la pérdida de poder adquisitivo en 2014 para diferentes niveles de sueldos y la proporción, en cada caso, imputable a Ganancias y a la inflación, según un estudio del IARAF: 

Ranking de perdedores

A la hora de hacer un balance, el 2014 se caracterizó por la emergencia de mecanismos indexatorios para impedir la erosión del poder adquisitivo al inicio de las paritarias.

Después de las protestas de fines de 2013 encabezadas por las fuerzas policiales, los primeros acuerdos se firmaron a corto plazo y "a cuenta" de una futura negociación. Tanto petroleros, aceiteros, bancarios y choferes de colectivos se demoraron en sentarse a negociar, compensando este "delay" con sumas puente no remunerativas.

Cerrados los primeros pactos del sector privado, el Gobierno intentó imponer una pauta de incremento nominal en torno al 20% en el Estado, pero la misma se vio superada rápidamente por los reclamos. Finalmente los empleados públicos y docentes a nivel nacional cerraron subas cercanas al 28,7% en dos cuotas.

Los maestros bonaerenses consiguieron 2 puntos porcentuales extra (y una suba del 38% en el salario mínimo de la actividad), recién después de 15 días de paro.

No obstante, en un año de recorte presupuestario, endeudamiento de las provincias y déficit fiscal, sólo compensado por los impuestos atados a la inflación (IVA y Ganancias), las autoridades lograron contener las demandas iniciales en torno al 30%.

De esta manera, el sector público dependiente del Gobierno nacional resultó ser el más castigado en las paritarias, con el menor nivel salarial bruto obtenido, en torno de los $6.000, según  datos del Ministerio de Trabajo. Ni siquiera pudieron lograr un bono de fin de año que les permitiera compensar la pérdida.

En cambio, una docena de provincias otorgó en los últimos meses plus salariales, ante la presión sindical y el temor de que estallaran desbordes sociales, mientras que Buenos Aires adelantó las paritarias correspondientes al 2015.

Otra de las actividades más golpeadas fue la industria, en particular las ramas metalúrgica, metalmecánica y construcción, en las que el promedio no superó el 30%.

Se trata de sectores vinculados directamente con la producción y considerados como el "corazón del modelo", que este año se vieron afectados por la fuerte caída de la demanda, los despidos y las suspensiones.

El siguiente cuadro muestra, sector por sector, los diferentes incrementos pactados y los detalles de las negociaciones: 

En rigor, con excepción del rubro automotriz, la Unión Obrera Metalúrgica y la Unión Obrera de la Construcción tuvieron que salir a pedir bonos de fin de año. Es que en ambos casos los básicos de convenio, cercanos a $6.400, quedaron por debajo del piso salarial promedio de 8.200 pesos.

La nueva pauta oficial terminó de instalarse con el cierre de la negociación de los empleados de comercio, que arañó el 30%, a partir de la incorporación de sumas no remunerativas, y llevó el piso salarial de más de 1 millón de mercantiles a $9.200 brutos.

El mismo incremento obtuvieron las entidades deportivas y civiles, los del sector plástico, farmacéuticos, textiles y los trabajadores de la carne, mientras que los gráficos, indumentaria y choferes de corta y media distancia se ubicaron apenas un escalón por encima, con subas del 31%.

Así, sólo un tercio de los gremios logró romper el "techo" con alzas superiores que le permitieran enfrentar una pérdida menor del ingreso. En la tercera ronda de negociaciones, los pasteleros consiguieron un 32%, maestranza 33%, sanidad 34%, alimentación 35% y químicos 37%.

No obstante, el impacto real es menor porque los acuerdos se firmaron a mitad de año y en el caso de maestranza y sanidad los últimos tramos recién se perciben en 2015.

Para no quedarse atrás, los bancarios y los petroleros, que inicialmente obtuvieron incrementos del orden del 30%, volvieron a salir a las calles y hacia fin de año lograron un plus para compensar el impacto de Ganancias. Así llevaron la suba anual a 35 y 38%, respectivamente.

Días atrás se sumaron los camioneros al grupo de gremios que a fin de año acordaron unos puntos extra, al obtener un bono que eleva la mejora obtenida en junio, del 33% al 37%.

De esta manera, los reclamos de adicionales encabezados por las organizaciones más fuertes y con mayores salarios mejoraron un poco la situación de sus afiliados, pero al mismo tiempo dejaron en evidencia los temblores que sacuden el régimen de negociaciones anuales, que ya no alcanza para satisfacer a aquellos que años atrás eran considerados "ganadores".