El Instituto de Juegos de Apuestas porteño le mandó dos cartas documento a la Lotería Nacional para suspender la licitación de cinco bingos en la ciudad de Buenos Aires.

En esa competencia, destaca Clarín, había tres anotados: dos sociedades en las que confluyen Cristóbal López, Federico De Achával (socios en la explotación de tragamonedas en el Hipódromo de Palermo) y Cirsa (Casino Flotante de Puerto Madero) y el grupo Liberman (ex dueño de la firma de cable VCC), que opera el Casino de Mendoza.

El 20 de enero, Lotería Nacional notificó a los operadores de los bingos actuales que no continuarían con sus contratos. Al día siguiente, el organismo nacional llamó a una licitación de esos bingos. Nueve interesados compraron los pliegos, que valían $300.000. Se trata de las salas de Belgrano, Caballito, Lavalle, Congreso y Flores.

Lotería y el Instituto de Juegos intercambiaron notas sobre la licitación. Pero, en un momento, Lotería decidió seguir adelante con el proceso a pesar de que la Ciudad no había dado su opinión sobre algunos puntos. La autoridad porteña, entonces, mandó dos cartas documentos para frenar el concurso, según dijeron a Clarín.

El freno del proceso coincidió, además, con la difusión de la licitación, ya que el martes el diario La Nación dio a conocer que López y sus socios iban por los bingos porteños.

La Cámara de Bingos porteña se quejó también el martes, en un documento donde criticaba a Lotería y a la Ciudad. "Lotería Nacional está obligada a consultar al Instituto del Juego", dice Rubén Lombardi, representante legal de los cinco bingos porteños. Tanto en el instituto del juego porteño como en las principales empresas del sector reconocen que Lotería y la ciudad deben acordar para poder avanzar en esta licitación.

Los operadores de los bingos actuales tienen la concesión desde 2007. Tenían la opción de extender su contrato por tres años más, pero Lotería les comunicó que no se ejercería esa prórroga porque le adeudaban pagos. Lombardi asume que existen deudas.

"Los bingos son deficitarios, no se aumentó el valor de los cartones, ni se autorizó la incorporación de otros juegos por disposición de Lotería Nacional", agrega el abogado.

En el sector dicen que los bingueros actuales le deben $ 130 millones a Lotería. Lombardi no especificó cifras de los pasivos. En el pliego que compraron tanto los bingueros como López y sus socios no hay referencias a la incorporación de tragamonedas a los bingos. Cerca del empresario K creen que pueden lograr que los bingos sean rentables sin esas maquinitas.

A mediados de agosto del año pasado, desde el sindicato del juego dijeron a Clarín que el empresario Nazareno Lacquaniti era el responsable de las cinco salas y que venía postergando el pago del canon anual a Lotería Nacional.

Lombardi expresó que los bingos tienen dueños distintos, pero que comparten costos administrativos, en dos sedes, para bajar los costos.

Si Lotería y la Ciudad acuerdan nuevamente sobre la licitación, quien gane tendrá que negociar con los responsables actuales de los bingos (los tienen hasta el 19 de abril). El pliego establece que no se pueden abrir salas nuevas. El grupo Liberman tendría participación en las sociedades que vienen manejando los bingos porteños, según dicen en el sector.