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Cadena de la buena onda, a toda máquina: anuncio tras anuncio, Cristina consolida su recuperación polí­tica

La Presidenta vuelve a mostrarse en forma y ratifica el protagonismo político a cuatro meses de las elecciones primarias                      
08/04/2015 - 10:10hs
Cadena de la buena onda, a toda máquina: anuncio tras anuncio, Cristina consolida su recuperación polí­tica

Pocas cosas ponen tan contenta a Cristina Kirchner como los pronósticos erróneos sobre crisis económicas y caos social.

Fue por eso que festejó ampliamente la tranquilidad de fin de año, con un dólar quieto y los centros veraniegos a full.

Pero si hay un error de pronóstico que disfruta particularmente, es el referido al período del "pato rengo".

Muy lejos de sufrir el clásico efecto de pérdida de protagonismo, influencia y poder que afecta a los presidentes cuando ingresan en la fase final de su mandato -y no tienen posibilidades de reelección-, la Presidenta parece confirmar, en cada aparición, su rol central en el panorama político nacional.

La nueva cadena televisiva de este martes la volvió a mostrar en el rol que más le gusta: combinar "buenas noticias", discurso sobre inclusión social, críticas a los medios de comunicación y, sobre todo, su vuelta al lugar central de la agenda.

Después de haber asimilado el golpe provocado por la traumática muerte del fiscal Alberto Nisman, la opinión pública muestra una mejora de cinco puntos en la percepción sobre la mandataria.

Desde entonces, ha retomado su clásica estrategia de devolver cada golpe y radicalizar su postura, como ya ocurrió con el paro nacional convocado para protestar por el Impuesto a las Ganancias.

Los anuncios de ampliación de beneficios en sus planes de asistencia social, así como las inyecciones de dinero en iniciativas "keynesianas" para reactivar la economía van en línea, justamente, con su argumento para sostener y justificar la presión impositiva.

Es por eso que en su discurso hizo referencia al "fino equilibrio" que debe mantener para evitar la ocurrencia de conflictos sociales.

"En muchos países y en muchos tramos de la historia se vio que cada vez hay más gente que tiene menos y menos que tienen más, y por ahí se juntan y quieren sacarle a los que tienen. Para eso estamos nosotros, el Estado, para equilibrar", expresó.

En síntesis, Cristina responde a las críticas con anuncios que realzan el concepto de "gestión". Y, en cada transmisión televisada -que incluye las comunicaciones con las provincias- muestra un nivel de alineamiento de los gobernadores e intendentes que pocos habrían pronosticado a escasos cuatro meses de las PASO.

En esas apariciones, la prensa extrema su atención en cada pequeño gesto que pueda ser interpretado como una preferencia por un candidato sobre otro.

Si sienta a Florencio Randazzo más cerca de ella que a Daniel Scioli, si le cede el micrófono a Axel Kicillof, si bromea con Aníbal Fernández, si elogia con demasiada insistencia a Mariano Recalde o a Diego Bossio. Cada acto es, en definitiva, una reafirmación del rol de "gran electora" que Cristina mantiene dentro de su fuerza política.

Ese protagonismo hasta le permite frases como la que se convirtió en titular instantáneo de los portales y en zócalo de los noticieros televisivos: "Ojalá que en 2019 no me necesiten. Que no sea necesario que esté para que las cosas se hagan, que el pueblo se haya empoderado y nadie le pueda sacar las cosas que se hicieron".

El gesto de aparente modestia y "renunciamiento" esconde, en realidad, la convicción de que ahora, en 2015, sí es necesaria su presencia para garantizar la continuidad del "modelo".Anuncios en épocas de vacas flacasNo resulta fácil mantener el ritmo de "buenas noticias" en tiempos de restricción presupuestaria. Por cierto, si se los compara con los de otros momentos, los anuncios de esta etapa lucen modestos.

El aumento del monto financiable en la tarjeta Argenta no es un dato menor, pero está lejos de los planes que se anunciaban cuando había una situación más holgada en la caja fiscal. Las estimaciones de la mayoría de los analistas independientes apuntan a un déficit del 5% del PBI.

Una realidad bien diferente, por ejemplo, a la de 2009, cuando en un contexto recesivo Cristina hizo un uso intensivo de políticas "contracíclicas". Claro que en aquel momento estaba disponible el dinero recién expropiado a las AFJP, había colchón fiscal y todavía eran jugosas las retenciones a las exportaciones de soja y al petróleo.Ahora los anuncios lucen más modestos, como el reciente canje de electrodomésticos, que ha arrancado con lentitud y con escasa variedad de modelos disponibles.

Lo cierto es que se había generado una expectativa superior a lo que finalmente se dio a conocer. En la previa a la cadena nacional, había circulado la versión de un incremento en la Asignación Universal por Hijo y la instauración de un "aguinaldo" para quienes cobran este beneficio emblemático del gobierno kirchnerista.

En cambio, se hizo referencia a descuentos en viajes para los jubilados y se celebró la estadística que indica que la jubilación argentina es la más alta de la región. Claro que obvió explicar que esta comparación se hizo tomando en cuenta el dólar oficial. Si, en cambio, el cálculo se hiciera al blue, ese monto quedaría casi al mismo nivel que el que se registra en Brasil. 

El "turnaround" de los anuncios

El rasgo más notable de las cadenas presidenciales, como quedó nuevamente evidenciado, es la habilidad de la Presidenta para transformar los datos negativos en positivos.

Ya había mostrado esa faceta en su discurso ante el Congreso el 1° de marzo, cuando se jactó de que la prensa financiera internacional destacaba cómo los bonos argentinos del canje habían logrado cotizar por encima de la par.

El propio periodista inglés al que ella había hecho referencia, luego le contestó que, en realidad, la suba de los títulos no era una señal de que había mejorado la confianza en el país, sino que se explicaba porque los mercados celebraban anticipadamente el cambio de Gobierno. En todo caso, Cristina utilizó ese dato del mercado financiero como ingrediente de la nueva fase del "relato".Algo similar ocurrió días atrás, cuando el ministro Kicillof anunció el cambio en la metodología de subsidio a las garrafas, en un verdadero reconocimiento tácito de que, durante la última década, el sector más pobre de la sociedad no tuvo acceso real al gas de bajo precio y se vio obligado a pagar el valor del mercado negro.

Ayer Cristina volvió a demostrar su habilidad discursiva con la noticia de la inversión por u$s600 millones que harán las automotrices Nissan y Renault para la fabricación en el país de un nuevo modelo de pick up que también tendrá como destino el mercado de exportación.

Un anuncio de ese tipo, justo cuando desde la oposición fustigan las políticas económicas y las regulaciones que espantan la inversión, resulta un regalo inmejorable para la Presidenta.

Y, por cierto, no dejó pasar la oportunidad de mencionar este hecho como una prueba de que sus críticos vuelven a errar los pronósticos al hablar de lo poco atractivo que resulta el país para los inversores externos.

Sin embargo, ni bien Cristina planteó este tema aparecieron los analistas con el argumento opuesto: los proyectos en la industria automotriz requieren de tiempos largos. 

Y el hecho de que se haya hecho este anuncio cuando faltan ocho meses para el cambio de Gobierno, no habla tanto de la confianza en el escenario económico actual, sino de la fe en una mejora del contexto para el año próximo.

"Los trabajos empiezan a partir de ahora, pero los inicios de producción están previstos para fines del 2017 y principios del 2018", reconoció el propio José Ignacio Valls, titular de Nissan para América Latina.

"Empresas que entierran inversiones cuando faltan pocos meses para que se vayan. Jubilados a los que les pagará la próxima administración. Y así", escribió en Twitter el analista Fernando Iglesias.Otro ejemplo de la debilidad transformada en virtud es la alusión de Cristina al repunte en las ventas de motos. Alusión recurrente en sus discursos, este producto es otro fetiche del imaginario cristinista.

La Presidenta las considera un símbolo de inclusión social. En consecuencia, el hecho de que luego de 13 meses consecutivos de caída, en marzo se haya registrado un aumento del 22% fue celebrado como una prueba casi irrefutable de que lo peor de la recesión ya quedó atrás.

Cristina se enojó con la prensa que, en vez de titular el dato de esa recuperación, prefirió comparar el primer trimestre del año con el mismo período del 2014, en cuyo caso la variación es negativa en 23%.

El argumento de la jefa de Estado es de doble filo. Según ella, no tiene sentido tomar el trimestre completo para analizar las ventas, porque enero y febrero fueron excepcionalmente bajos debido a que los consumidores se encontraban de vacaciones.

Ocurre que, si fuera cierta esa situación, entonces lo que sucedió en marzo fue un efecto de "puesta al día" del consumo que se pospuso en el verano y, por consiguiente, se transforma en un mes excepcional.

En otras palabras, hay riesgo de que los próximos meses este rubro vuelva a mostrar variaciones negativas, lo cual la dejaría mal parada.

De hecho, con un pésimo "timing" para los intereses del "relato", pocas horas después de su discurso se difundió el dato de la producción de autos correspondiente al tercer mes del año, que registró una nueva caída, esta vez del 10 por ciento.

Pero, por supuesto, ninguna de estas "nimiedades" le importó al público que concurrió a la Casa Rosada ni al que siguió la cadena por TV. Se había entregado la jubilación número 450.000 por la segunda moratoria previsional.

La Presidenta pudo contestar a los editorialistas que se quejan del "saqueo" de la Anses. Se celebró la llegada de inversiones y se ratificó el liderazgo de CFK.

El objetivo central ya estaba logrado.

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