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Se necesita de ámbitos profesionales que actúen como tanques de ideas y semilleros, de los que los políticos puedan proveerse cuando deben tomar decisiones
02/07/2015 - 13:33hs

Los gobiernos del mundo han entendido que la comunicación electrónica es indispensable para el desarrollo pleno de la calidad de vida de la población y del aumento de la competitividad económica.

De ahí que incluyen al desarrollo de infraestructura para brindar esos servicios entre sus políticas más importantes.

Así como el suministro de energía eléctrica fue fundamental para el progreso de la civilización en el siglo XX, el acceso a comunicaciones electrónicas es característico del avance en el siglo XXI.

El desarrollo de la infraestructura necesaria para que las comunicaciones electrónicas lleguen a toda la población en cualquier rincón del país en que se encuentre es una tarea de tal magnitud e importancia que no puede ser alcanzada en un solo período de gobierno.

Debe ser una política de estado acordada por todas las fuerzas políticas y sociales del país.

En la planificación deben intervenir todos los sectores. Son necesarios foros de debate y consultas públicas para intercambiar ideas y consensuar el despliegue óptimo con los recursos disponibles.

Los funcionarios elegidos para llevar adelante los organismos que ejecuten la política de estado correspondiente deben ser idóneos y nombrados por concurso. La tarea es muy compleja para que esté en manos inexpertas.

Se debe fortalecer el profesionalismo en la toma de decisiones que son eminentemente técnicas, englobando dentro de este concepto no sólo a las técnicas ingenieriles sino también a las técnicas jurídicas, económicas, de comunicación social, etc.

Es decir que las decisiones deben ser tomadas por organismos integrados por profesionales de todas esas especialidades.

La Argentina no es todavía un país que produzca todas las tecnologías necesarias para construir las redes de comunicaciones electrónicas.

Debe elegir entre tecnologías con origen principalmente en EEUU, Europa, Japón y China.

Tiene que tener ingenieros bien capacitados y actualizados para determinar en cada caso cuál es la mejor opción.

Como país latinoamericano en vías de desarrollo, tiene segmentos de alto poder adquisitivo que requieren los últimos avances tecnológicos, y otros que necesitan la acción del estado para incorporarse a las sociedades de la información y el conocimiento aunque sea con lo mínimo.

Ambas situaciones deben estar consideradas en la planificación de la política de estado.

Se necesita de ámbitos profesionales que actúen como tanques de ideas y semilleros, de los que los políticos puedan proveerse cuando deben tomar decisiones y nombrar funcionarios. Las universidades públicas y privadas deben cumplir ese rol.

Un país extenso, que necesita mucha más inversión acumulada en infraestructura, debe evitar ser impulsado a correr siempre detrás de las últimas tecnologías de los países desarrollados no pudiendo alcanzarlos nunca.

Debe saber utilizar las tecnologías para lograr sus propios fines y no actuar exclusivamente sumando volumen al mercado.

Se necesita aumentar el nivel cultural tecnológico de la población. Ser culto también es saber algo de matemáticas, física, química y tecnología; y entender someramente qué son las ondas y el  espectro electromagnético, cómo funcionan los satélites geoestacionarios y tener conciencia de los órdenes de magnitud entre los que se desenvuelve nuestra civilización.

Los funcionarios deben ser o tener asesores profesionales en temas tecnológicos.

Tomar conciencia de estos conceptos, sobretodo en un año electoral, es muy importante para que el país vaya desarrollando con éxito todo su potencial.