Crisis en Venezuela: la justicia impide la publicación de las cifras de inflación
El viernes pasado, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela rechazó la demanda de una organización no gubernamental que forzaría al Banco Central de Venezuela (BCV) a informar a los ciudadanos sobre la tasa real de inflación.
El desempeño del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se convirtió en un secreto de Estado en Venezuela. La última vez que se informó de manera oficial sobre la inflación fue el febrero pasado, cuando el BCV registró una variación intermensual del IPC de 5,6% con respecto al mes de enero de 2015. Desde entonces, el ente emisor cumple seis meses sin publicar esas cifras.
El régimen chavista considera que la publicación de cifras oficiales puede avivar el debate político y alimentar la "conspiración mediática" que denuncia regularmente. Esta "tendencia" no solo se aplica a las cuestiones económicas, también se aplicó la restricción informativa a los reportes de homicidios y criminalidad desde 2005, o con los de epidemiología tras brotes cíclicos de dengue.
El pasado julio la organización Transparencia Venezuela —asociada a Transparencia Internacional— presentó ante el TSJ una "demanda por abstención" contra el presidente del Banco Central, Nelson Merentes. La acusación legal lo acusaba de "incumplimiento de la obligación en la publicación de las principales estadísticas económicas del país".
Sin embargo, en su decisión 935 del pasado 4 de agosto, la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo desestimó el recurso al alegar que los demandantes no habían hecho suficientes diligencias para obtener del Banco Central los datos requeridos. La ONG, en un boletín de prensa distribuido el viernes reciente, calificó la decisión como poco sorpresiva “aunque, no por ello, menos indignante”, consignó El País.
El presidente Nicolás Maduro rara vez se refiere al fenómeno, y cuando lo hace, lo asimila a como la "conspiración" de la burguesía contra el Estado. De esta manera, sin que nadie puede hacer algo al respecto, la inflación va adquiriendo en Venezuela una especie de rango sobrenatural: se sienten sus efectos, pero no se puede determinar ni comprender.
El incremento de los precios en Venuela figuró ente los más altos del mundo, al cierre de los años 2013 (56%) y 2014 (68,5%). Este año se estima que el país estará en cifras de hiperinflación.
El Bank of America calculaba en julio que el año cerrará en Venezuela con una inflación de alrededor del 142%; la calificadora JP Morgan, en su más reciente informe difundido este martes por el diario El Nacional de Caracas, "ante la ausencia de reportes oficiales" pronostica un aumento del 140%. El economista Steve Hanke, catedrático de la universidad Johns Hopkins de Maryland (Estados Unidos), advertía en julio que el proceso inflacionario en Venezuela había ingresado a "una espiral de muerte" y que el incremento real de los precios durante los últimos doce meses alcanzaba el 615%.
En junio el ministro de Planificación y Comercio, Ricardo Menéndez, interrogado en el Comité de Derechos Culturales, Económicos y Sociales de Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, admitió que la inflación hasta ese mes acumulaba, desde enero, un 60% de incremento. Sin embargo, a su regreso a Caracas, negó haber aportado esa cifra.