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El arranque del mes tuvo menor volumen de venta de divisas, pero con más compradores. Es decir, hubo una fuerte disminución -casi 20%- del monto autorizado
02/09/2015 - 10:03hs

Entrenados para dar siempre una visión positiva de los acontecimientos, los funcionarios del equipo económico del Gobierno probablemente tengan preparado su "argumento feliz" del inicio de septiembre: la demanda de los pequeños ahorristas por los dólares a precio oficial (más un recargo del 20%) fue menor que en el arranque de agosto.

No es gran cosa la diferencia, es cierto, casi unos u$s9 millones, o un 7% respecto de hace un mes, según los datos oficiales. Pero lo cierto es que bajó.

Claro que nunca faltan los que prefieren ver la mitad del vaso vacío y poner el dedo en la llaga: la cantidad de dólares demandada fue menor, pero el número de personas que hizo solicitudes se incrementó.

Con los 163.515 individuos que este martes ingresaron sus solicitudes al sistema cambiario de la AFIP, subió un 14% el número de ahorristas deseosos por convertir sus pesos en billetes verdes.

Más gente, menos plata. La conclusión es obvia y confirma lo que se venía sospechando desde hacía más de un mes: se está disminuyendo de manera notoria el tope de dólares autorizado por persona.

En la primera jornada de agosto, la cantidad per cápita había sido u$s823 y ahora es de u$s667.

La variación entre un mes y otro resulta sugestiva. Antes que nada, por el monto, ya que implica una caída de casi 20% del dinero comprado por cada persona, una diferencia que luce como grande tratándose de un solo mes de diferencia.

Pero, sobre todo, porque lo esperable era un aumento de los promedios de adquisición por transacción, dado que esta es la época del año en la cual se aprecia la mayor capacidad de poder adquisitivo para la mayoría de la población que cuenta con un empleo registrado, ya que se han completado casi todas las cuotas del ajuste salarial acordado en paritarias.

Y a ello se le agrega, se compre o no divisas, que el "ruido" político propio de cualquier campaña electoral hace que se incremente la vocación dolarizadora de los argentinos.Canilla con menos dólares

El dato fundamental de cara a octubre es que, ni bien comenzó la jornada del martes, circularon con insistencia los testimonios de ahorristas enojados tras comprobar que el tope que les autorizaba la AFIP había disminuido respecto de meses anteriores.

Incluso, en algunos casos, el recorte llegó hasta un 50 por ciento. Y, como suele ocurrir en situaciones así, las redes sociales ardieron con las quejas de gente irritada, algo que se exacerbó cuando el director de AFIP, Ricardo Echegaray, manifestó que no había ninguna anormalidad en el funcionamiento del sistema.

Pero la semilla de la duda está plantada: en el primer día de septiembre -y a menos de dos meses de las elecciones- empiezan a consolidarse las evidencias de que la provisión de dólar ahorro está sujeta a los permisos discrecionales de los funcionarios.

En otras palabras, que la canilla se está cerrando.

Es que luego de dos meses de ventas récord de "dólar ahorro", por encima de los u$s680 millones, en un contexto de escasez de divisas para el Banco Central, el Gobierno empezó a poner trabas a las comercialización de moneda estadounidense.

De acuerdo a varios casos relevados por iProfesional, el oficialismo redujo hasta la mitad los montos autorizados para comprar billetes verdes.

En base a la normativa de la AFIP, los particulares (trabajadores en relación de dependencia, jubilados, autónomos y monotributistas) que ganan más de dos salarios básicos (un total de $11.200), pueden comprar hasta el 20% de sus ingresos.

Algunos expertos confirmaron a este medio que "al realizar las consultas el martes temprano por la mañana se observó una baja de entre un 30% y un 50% en el monto aprobado con respecto a los meses previos".

En síntesis, el organismo que conduce Ricardo Echegaray redujo el cupo de compra de dólar ahorro.

En paralelo, en el mercado circuló fuerte la versión de que para evitar una caída de las reservas, se profundizará la tendencia de algunos bancos de canalizar la operatoria a través del "home banking".

El incentivo para que los clientes concreten sus compras de manera online, desde la casa o la oficina, esconde la secreta intención de que los billetes verdes queden finalmente en la cuenta bancaria del comprador y no se vayan al colchón.

De esa manera, el Banco Central puede seguir contabilizando en sus reservas esas divisas, aun cuando su dueño sea un inversor privado.

Se acelera la dolarización

Esta restricción en la cantidad otorgada se hizo visible en los números de venta de "dólar ahorro" realizadas por el Banco Central el primer día del mes.

Así, el martes se comercializaron u$s109 millones en bancos y casas de cambio, casi 9 millones menos que en la primera jornada hábil de agosto.

Más allá de que esta cifra es menor, el número registrado de operaciones fue de 163.500, lo que representó 20.000 transacciones más (14%) que en la misma fecha del mes pasado.

De esta manera, surge un monto promedio otorgado en el primer día de septiembre de u$s667 por persona autorizada, lo que representa u$s156 menos (una baja de casi 20%) que lo brindado en agosto, que fue u$s823.

Justamente, en el mes que acaba de finalizar se registró el récord histórico de salida por ventanillas oficiales, con cerca de u$s681 millones.

Es decir, unos u$s90.000 más que lo contabilizado en julio pasado, el anterior máximo anotado a raíz de la demanda de los compradores.

En resumen:

• En los últimos 60 días se vendieron prácticamente u$s1.500 millones.

• En los ocho meses que ya transcurrieron del año, unos u$s4.300 millones.

• Desde que el Gobierno habilitó la operatoria (fines de enero de 2014), unos u$s7.300 millones en un total de más de 11 millones de operaciones.

El peor de los mundos

En base al comienzo de septiembre, todo hace pensar que la cifra que deberá resignar el Banco Central para el período en curso, será similar a la de los últimos dos meses.

Esto siembra preocupación en el Gobierno, ya que la mayor solicitud por parte de ahorristas se contrapone con la mayor escasez de divisas en las arcas oficiales.

No es para menos, desde el 27 de julio se viene registrando un saldo negativo de compra-venta de u$s1.300 millones.

Para colmo, el 3 de octubre, justo antes de las elecciones, la administración K deberá pagar u$s6.500 millones por el vencimiento del Boden 2015.

En medio de la crisis de los emergentes (en especial, China y Brasil), caída tanto de exportaciones como de precios de commodities (como la soja y el petróleo), esa cifra cobra inuscitada relevancia en un escenario en el que cada vez hay más pesos y menos dólares en el país. 

La salvación del "puré"La esperanza del Gobierno es que esta sangría de billetes verdes que erosiona las reservas, al menos sirva para frenar la escalada del blue.

La semana pasada, su precio tocó los $16 y puso en alerta a más de un funcionario al ver que la brecha cambiaria había llegado al 72%.

Por lo pronto, la diferencia entre el "dólar ahorro" (oficial + recargo del 20%) respecto a la cotización del paralelo, actualmente ronda el 40% y esto hace muy tentadora la operatoria del "puré".

Con ese término se hace referencia a las triangulaciones que realizan los particulares: adquieren divisas a través de las ventanillas de la AFIP para luego revenderlas a un precio más elevado en el mercado informal.

Es el típico arbitraje que surge cuando un mismo bien tiene dos valores en dos mercados diferentes.

Lo cierto es que cuanto mayor es la brecha, esta triangulación resulta más tentadora ya que se obtienen más pesos. 

Meses atrás, esta operación le era funcional al Gobierno, ya que si bien debía sacrificar reservas para abastecer a los ahorristas, la posterior reventa que éstos hacían permitía "lubricar" la oferta en el circuito paralelo.

Este flujo, a su vez, ayudaba a mantener aplacado el precio del billete informal y contribuía a alejar las expectativas devaluatorias.

El problema es que ahora, el público -ante el temor que le genera el cambio de Gobierno- está optando por quedarse con esos billetes en vez de revenderlos

Esto, complica a la administración K, ya que se queda con la peor de las combinaciones. Es decir, sacrifica más reservas pero -a diferencia de los meses anteriores- esos dólares que destina para calmar la demanda del público (al no revenderse) no aplacan la cotización en la plaza informal. 

Los analistas creen que esta será la tónica que primará hasta las elecciones de octubre. 

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