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El titular de la AFIP fue ratificado por el candidato por el FpV, en caso de ganar las próximas elecciones. Perfil de un funcionario "popular" 
22/10/2015 - 10:05hs

Su confirmación en el cargo causó tanto o más impacto mediático que la revelación del nombre de quien ocupará el Ministerio de Economía, en caso de que Daniel Scioli triunfe en las elecciones presidenciales. 

El actual gobernador bonaerense -que intenta mostrarse como si fuese el jefe de Estado electo-, continúa completando los "casilleros" de un eventual gabinete nacional. Y esta vez, le tocó a Ricardo Echegaray.

El mandato del titular de la AFIP vence en 2016, pero acaba de ser ratificado en su puesto, de ganar el FpV los próximos comicios. 

Por cierto, esta jugada generó impacto porque, hasta el momento, los "casilleros" que se iban llenando daban la sensación de que Scioli buscaba dejar en claro que iba a sobrevenir un profundo cambio en el estilo de gestión, cortando con parte de la "herencia" kirchnerista. 

Sin embargo, lo que Scioli demostró es que podrá haber una nueva conduccion -si es que gana-, pero que el manejo de la "caja" no es una responsabilidad para cualquier funcionario. En definitiva, privilegió la experiencia de Echegaray antes de arriesgarse con un cambio de nombres.

Así, el candidato trajo a la política una "ley del fútbol" según la cual todo jugador que se destaca por sobre el resto es declarado "intransferible

En declaraciones radiales, Scioli destacó el trabajo que viene llevando adelante el titular de la AFIP y afirmó que su idea es seguir con la "recaudación de impuestos de forma justa y equitativa".

Una figura de alto perfil 

Así como durante mucho tiempo un secretario de Comercio Interior, como Guillermo Moreno, se colgó la chapa de "guardián del modelo", la influencia y el poder del actual titular del fisco nacional también llegó a superar al de funcionarios de rango superior. 

En definitiva, supo convertirse en una de las figuras más gravitantes del kirchnerismo, ya sea por su alto perfil como por su habilidad para manejar la caja. 

De la mano de un discurso bien aceitado, a veces filoso, y de una cintura que le permitió manejar muchos temas espinosos, incluso en un mano a mano con la prensa, Echegaray se erigió como uno de los técnicos más "populares" de la gestión K. 

De hecho, es de los pocos funcionarios que no pone ningún reparo a la hora de enfrentarse con los micrófonos, a diferencia de otros referentes del Gobierno. 

Además, su propio estilo de gestión le permitió estar siempre en el centro de la escena. Como cuando decidió investigar a aquellos los argentinos que viajaron a Las Vegas para ver una de las peleas del boxeador "Maravilla" Martínez, o cuando puso bajo la lupa a varios famosos que salieron a lucir -en revistas y programas de chimentos- sus autos importados de alta gama.

Así, Echegaray le cambió la cara a un cargo que, hasta antes de su llegada, siempre estuvo asociado a un perfil más técnico y hasta sombrío. Esto le permitió que su apellido sea inlcuso más recordado por la opinión público que el de un ministro de Economía, algo que nunca antes había sucedido. 

Pero su importancia no se limita a su perfil público. Por el contrario, tanto para Néstor Kirchner como para Cristina, el titular de la AFIP supo convertirse en uno de los pilares del modelo, al poner al organismo de recaudación al servicio de la gestión. 

Ya sea mediante el diseño de toda la estructura fiscal, la regulación del flujo de importaciones o la gestión de los reintegros a las exportaciones, Echegaray fue y es quien garantiza la mayor parte de la "caja" que necesita el Ejecutivo todos los meses. 

Su llegada a la AFIP 

Tras una fuerte pelea con su antecesor, Alberto Abad y Echegaray presentaban sus renuncias al cargo de titular de la AFIP y jefe de la Dirección General de Aduanas, respectivamente.

En ese momento, nadie intuía que el regreso triunfal del abogado nacido en Punta Alta sería en poco más de dos meses.

En efecto, en diciembre de 2008, con Abad retirado de la función pública, Cristina decidió designar a Echegaray en el puesto de titular del fisco nacional. Toda una señal. 

La primera medida que llevó su sello fue la reglamentación del lo que constituiría el primer régimen de blanqueo y repatriación de capitales de la era K.

El mismo se promulgó el 22 de diciembre de 2008 y fue reglamentado a principio de 2009. El esquema fue repetido en el 2013, con el lanzamiento de un nuevo régimen que sigue aún vigente debido a las sucesivas prórrogas otorgadas desde el Ejecutivo.

En materia de recaudación, Echegaray puede ostentar tranquilamente el título de "hombre récord". En sucesivas oportunidades, los fondos recaudados por el fisco nacional establecieron valores históricos

Sin embargo, no todas son luces en la carrera de Echegaray. Cuando la pelea con Clarín estaba en su apogeo, el recaudador llevó adelante un polémico operativo el 10 de septiembre de 2009.

Cabe recordar que inspectores de la AFIP desembarcaron en la sede de los medios gráficos del Grupo Clarín en el barrio de Barracas y otro centenar lo hizo en las oficinas de otras empresas del grupo en Buenos Aires y Córdoba. El inédito despliegue incluyó también la visita a los domicilios particulares de directivos de la empresa.

También es sabido que Echegaray tiene intereses que van más alla del sillón de la AFIP, como sucede con el fútbol. En reiteradas oportunidades, hasta se lo llegó a mencionar como un interesado más a la hora de cubrir el puesto de titular de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA).

También fue protagonista de polémicas menores, al regalarle un Audi A1 a su hija por el cumpleaños, y tras un viaje a Brasil junto a un despachante de la Aduana, del cual fue sobreseído.

Sin embargo, la medida que será recordada por todos, fue la implementada en octubre de 2011, a una semana de la reelección de Cristina: el cepo cambiario. Si bien, hasta el día de hoy, la AFIP y el BCRA "se pasan la pelota" respecto a quién es el responsable de bloquear el acceso de los dólares, es innegable que el organismo a cargo de Echegaray cumple un rol importante en la implemetación y cumplimiento del cepo.

Luego, Echegaray apareció como uno de los ideólogos del frustrado plan del CEDIN con el que el Gobierno esperaba repatriar capitales por u$s4.000 millones, una cifra muy lejana a la realmente alcanzada.

Asimismo, en septiembre de 2013, el kirchnerismo reaccionó luego de la derrota en las elecciones primarias de agosto de ese año y modificó y actualizó el régimen del Monotributo. Más precisamente, se elevaron los límites máximos de facturación.

La reformulación, que se mantiene hasta el día de hoy, establece que pueden mantenerse en el sistema de simplificación tributaria las empresas de servicios que facturen hasta $400 mil anuales y las de venta de bienes muebles que lleguen a $600 mil anuales.

En materia de política tributaria, es innegable el proceso de informatización que llevó adelante. De hecho, Echegaray cuenta hoy por hoy con una especie de "Gran Hermano" virtual que registra los movimientos de la mayoría de los contribuyentes.

A esto se suman múltiples regímenes de información que permiten un control cruzado -ya sea con otros organismos o con las empresas emisoras de tarjetas de crédito- y que obligan a los contribuyentes a estar al día con el fisco nacional.

La contracara a este avance tecnológico, la dejan entrever los contadores que ya están acostumbrados a convivir con deficiencias en los programas aplicativos, la página web del fisco nacional y con algunas contradicciones en las normas de la AFIP, que son de cumplimiento obligatorio.

Asimismo, los profesionales hacen hincapié en que deben soportar una gran cantidad de regímenes de recaudación e información con los que pierden tiempo valioso. 

También vale mencionar que en repetidas oportunidades fue el encarga de actualizar el piso a partir del cual los trabajadores pagan el Impuesto a las Ganancias. Si bien tales actualizaciones deben pasar por el Congreso, en los años K, se ha convertido en algo habitual la actualización a través de un simple decreto presidencial o a través de una resolución general emitida por la AFIP.

El más recordado, y que aún mantiene sus efectos hasta hoy, es el decreto 1242 publicado en el Boletín Oficial el 28 de agosto de 2013.

El decreto 1242 ató el valor de las deducciones en Ganancias que se pueden computar los dependientes a los sueldos que cobraron entre enero y agosto del 2013.

Así, si sus ingresos fueron menores a los $15.000 brutos en aquel entonces, hoy por hoy quedan liberados del tributo incluso cuando superen dicho importe tras recibir un aumento.

Esta norma, que aún sigue en plena vigencia, genera importantes distorsiones que fueron alertadas por reconocidos tributaristas.

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