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Los números de la jurisdicción más importante del país no son alentadores para la futura gobernadora y son cada vez más las urgencias que se acumulan 
09/11/2015 - 10:00hs

El paraíso o el infierno. Así, sin medias tintas es el panorama que los expertos prevén para María Eugenia Vidal en su difícil nuevo trabajo de gobernar la provincia más poblada y, también, la más conflictiva del país.

Con problemas directamente proporcionales a su tamaño, el territorio bonaerense necesita medidas urgentes en infraestructura, políticas sociales y de seguridad. Y todo, naturalmente, implica desembolsos millonarios, cuya disponibilidad está aún en duda.

Nadie lo puede afirmar mejor que el propio Daniel Scioli, quien a lo largo de sus tensos ocho años de relación con Cristina Kirchner sufrió la pesadilla de depender de envíos financieros discrecionales por parte del Poder Ejecutivo.

¿Repetirá Vidal la saga de conflictos con los docentes cada mes de febrero? ¿Seguirá con las rutas en su estado de deterioro? ¿Se verá sometida al escarnio de nuevas inundaciones sin poder mostrar obras hídricas que alivien la situación?

Son algunas de las grandes cuestiones en la agenda política que viene.

Los expertos esbozan una respuesta. A pesar de la magnitud de los problemas, puede estar en condiciones de contar con mejores armas que las que tuvo Scioli durante su gestión como gobernador. O todo lo contrario.

Depende, naturalmente, de quién ocupe el sillón de la Casa Rosada y de cómo sea el vínculo político con el próximo Gobierno nacional.

Por empezar, muchas son las incertidumbres que giran sobre las finanzas públicas bonaerenses. Algo queda claro: los pocos números que se conocen no son nada alentadores, ya que dan cuenta de un importante aumento del gasto y la vuelta -luego de un 2014 con un festejado superávit- del rojo fiscal.

Desde el IERAL, de la Fundación Mediterránea, Marcelo Capello indicó a iProfesional que Vidal se encontraría con "un déficit financiero en 2015 de entre 3,5 a 7,5% de sus ingresos corrientes".

Este nivel dependerá si se modera el gasto en el último semestre del año, algo que parece poco probable con un gobernador en campaña.

La situación financiera luce muy apretada para las urgencias que tiene la Provincia y que incluyen un poco de todo:

-La tristemente clásica disputa salarial de docentes y empleados públicos

-La necesidad de llevar adelante una gran cantidad de obras públicas (que van desde las hídricas a las destinadas a arreglar caminos y rutas)

La de cubrir los compromisos de deuda asumidos. 

Estas tres ítem figuran entre los más importantes aunque no son todos. 

Para colmo de males, Buenos Aires es una de las jurisdicciones más afectadas a la hora del reparto de los fondos que surgen de la recaudación nacional.

Federico Muñoz aportó algunos datos sobre esta realidad: el año pasado recibió (incluyendo coparticipación, Fondo del Conurbano y otras partidas) apenas un 19% de los giros. Es decir, casi tres puntos menos que lo que dispone la coparticipación.

Una cifra baja, si se tiene en cuenta que la Provincia alberga el 42% de la población argentina, que genera además el 41% del Ingreso Nacional y que posee el 44% de los hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI).

Este escenario tan complejo podría mejorar en gran medida si el que termina imponiéndose en el balotaje del 22 de noviembre es Mauricio Macri. Y existen varios motivos para llegar a esta conclusión.

En primer lugar, porque es lógico pensar que el representante de Cambiemos no dejará a la deriva a quien es su delfín político.

Pero, además, porque Buenos Aires es una vidriera demasiado grande como para cometer errores. Precisamente, un buen resultado demostraría una efectiva capacidad de gestión, que es uno de los "caballitos de batalla" del discurso macrista.

Lo que puede marcar la diferencia es qué disposición de fondos tendrá el Gobierno, ya que las buenas intenciones por sí solas no alcanzan.

Y eso será determinante para saber si la Provincia será un trampolín político para Vidal o tendrá que pasar las mismas penurias que Scioli, cuando Cristina lo ahogó financieramente.Una herencia al rojo vivoNo será fácil el camino que deberá transitar Vidal en ese territorio. Sobre todo si se analiza en profundidad la situación financiera que tendrá al momento en que tome posesión del cargo.

Tres son los puntos que hay que tener en cuenta, de acuerdo con una persona que conoció muy bien las finanzas de la provincia: el ex ministro de Economía bonaerense y nacional Jorge Remes Lenicov.

El primero de ellos es el empleo público, que según los datos aportados por Economía y Regiones se encuentra por arriba de las 670.000 personas.

Una cifra sideral si se tiene en cuenta que durante la gestión de Remes Lenicov se mantuvo congelada la planta en 270.000 empleados.

Esta pesadilla puede ser recurrente para Vidal, considerando que el sueldo de estatales representará en 2015, de acuerdo a las estimaciones realizadas por la consultora que preside Alejandro Caldarelli, más del 60% del gasto total.

El otro tema que también destacó el ex funcionario fue la financiación de este aumento. ¿Cómo se logró? Aumentando la presión tributaria que era del 3,5% del producto geográfico durante su gestión y ahora es de más del 7%. "O sea que prácticamente se duplicó", apuntó.

Por último, Remes Lenicov remarcó que otro de los ajustes que se realizaron en los últimos años fue la inversión pública.

"Antes estaba entre el 14 y el 16% y ahora es del 3%", afirmó.

En definitiva, Vidal encontrará una provincia con más empleados públicos, una gran presión fiscal y un déficit de obras de infraestructura. O, dicho de otra manera, contará con poco margen de maniobra.

Intentar domar el déficit será un tema. Sobre todo si se tienen en cuenta las estimaciones realizadas por Economía & Regiones: "Aun con esta previsión de recortes en el gasto público, y conforme a las previsiones de ingresos, Buenos Aires profundizaría el déficit fiscal y las necesidades de financiamiento a cerca de $21.600 millones".

Esto, "aun habiendo reducido en unos $3.500 millones los pagos de la deuda con el Gobierno Nacional replanteada en el marco del Programa Federal de Desendeudamiento de las Provincias (PFDP) para todo el año".

Como si fuera poco, Vidal podría debutar en la difícil paritaria docente con un problema adicional: la devaluación.

Al menos así lo explicó Capello, que aclaró que el panorama luce complicado ya que un ajuste cambiario inicialmente podría subir unos puntos la inflación y "la negociación se realizará según la inflación pasada o esperada".

vencimiento muy importante, el BP 15 -cancelado una semana antes que el Boden 2015- que era el principal compromiso financiero en estos años".

El economista advirtió que "en términos de vencimiento deuda, al menos en lo que respecta a títulos públicos, tiene el escenario un poco más despejado", ya que sólo deberá afrontar unos u$s350 millones (en 2015, la cifra ronda los u$s1.500 millones). ¿Más fondos para la Provincia?Con este panorama, es difícil pensar en una solución sin la ayuda de la caja del Estado Nacional. Por eso no son pocos los que aseguran que el futuro bonaerense dependerá, en gran medida, de lo que suceda en el balotaje.

Sobre todo, si se tiene en cuenta la discriminación que sufre la provincia en la actualidad a la hora del reparto de fondos. Basta con mencionar lo que sucede con el Fondo del Conurbano Bonaerense (FBC) para demostrarlo.

Este fondo fue creado en 1992 con el objeto de compensar el faltante que surge del sistema de reparto y está constituido por el 10% de la recaudación neta del Impuesto a las Ganancias.

En problema fue que en 1997 se estableció que del total había que entregarle a la Provincia $650 millones y, si existiese un excedente, repartirlo entre el resto de las jurisdicciones en base a los porcentajes que surgen de la Ley de Coparticipación Federal.

Esta última modificación fue la que terminó perjudicando a Buenos Aires, debido a que el monto establecido es nominal y no se ajustó por ningún parámetro, lo que hizo que el importe que recibió en adelante comenzara a "licuarse" por la alta inflación.

Giussi aportó un dato más: en 2015, 21 jurisdicciones recibirán más que la provincia bonaerense por este concepto. Por eso la sintonía que tenga con el candidato elegido será clave.

Con Macri al frente de la Rosada sería mucho más sencillo, para el especialista, ya que "hasta puede introducir un proyecto de reforma o actualización del fondo", lo que sin dudas facilitará la política fiscal de Vidal.

Otro de los aspectos que habrá que seguir de cerca es el programa de restructuración de deuda. El mismo se creó en el 2010 y pone en juego la friolera de $8.000 millones, de los cuáles $3.500 millones corresponden a Buenos Aires.

Es el Estado Nacional el que decide qué pasos seguir. Y si bien en la actualidad va renovando los vencimientos que deben cumplir los gobernadores, el próximo mandatario podría tomar una decisión contraria.

No obstante, según el especialista, lo lógico sería continuar con esta medida en el corto plazo. Incluso con un Scioli presidente, ya que no sólo beneficiará a María Eugenia Vidal, sino también a otras 16 provincias.

A ojos de Giussi, lo que no sería inmediata, sería la renegociación del FCB, debido a la delicada situación nacional en términos fiscales. "Y si Scioli lleva adelante las reformas que propone, esos recursos de algún lugar van a tener que salir", adelantó.

Para Capello, si la banda presidencial la lleva el candidato del FpV, "es de esperar que no le facilite las soluciones a la gobernadora electa". Por el contrario, con Macri el problema de los fondos que recibe Buenos Aires podría resolverse, por lo que Vidal verá facilitado su camino.

Pese a los buenos augurios que se vislumbran en este último escenario, Remes Lenicov apuntó una duda si la intención del dirigente de Cambiemos es presentar en el Congreso una reforma en las leyes que fijan cómo se dividen los fondos.

"Ahí va a ser una negociación fuerte porque el Gobierno actual va a tener mayoría en el Senado y en Diputados va a ser la primera minoría", recordó el ex funcionario y concluyó: "Que del Senado salga algo a favor de Buenos Aires cuando la mayoría la tenga el kirchnerismo, puede suceder, pero va a ser una negociación muy fuerte".

Esto hace pensar que la suerte de Vidal no sólo dependerá de la afinidad que pueda tener con el presidente, sino también con la cintura política que tenga el próximo mandatario para logra conceso en un terreno en el que todavía el kirchnerismo tendrá un fuerte peso.