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Con la suba de tarifas no va a alcanzar: el sector eléctrico necesitará inversiones por u$s3.000 millones
18/11/2015 - 14:06hs

Multiplicar por cinco o seis la boleta. Ése es el cálculo que barajan los equipos técnicos de los candidatos presidenciales cuando se los consulta por el impacto que tendrá el aumento en el servicio de electricidad en los bolsillos de buena parte de la sociedad. 

Esta proyección es compartida -en mayor o en menor medida- por varios analistas y ex funcionarios. Incluso, por macristas y hasta los propios sciolistas, que agitan la bandera "anti ajuste".

El economista Carlos Melconian, referente de la agrupación Cambiemos, afirmó que para reducir a cero los subsidios a los servicios públicos con el fin de bajar gasto público, será necesario aumentar de tres a cinco veces el importe promedio de las facturas.

"Es clave que en el primer trimestre se avance en una corrección de los precios relativos por única vez", aseguró el experto. 

Gane quien gane, más temprano o más tarde, el nivel de subsidios que hoy destina el Estado debería caer fuertemente. Ese es el diagnóstico que hoy trazan los analistas, en un contexto en el que Edenor y Edesur están prácticamente quebradas.

"No hay forma de sostenerlos. Hoy el 90% de los usuarios de Capital y el Conurbano podrían pagar sin inconvenientes la factura sin el subsidio. Sin embargo, se los mantiene bajo un régimen que le genera un gran déficit al Estado", remarcó a iProfesional una fuente cercana a Juan José Aranguren, el hombre elegido por Macri para delinear la futura política energética.

El esquema de bonificaciones vigente le demanda a las arcas públicas unos $60.000 millones por año que, casi en su totalidad, se destinan al funcionamiento y a la operatividad de la red porteña. 

Desde Cambiemos indicaron a este medio que el 40% de los usuarios de Buenos Aires y el Conurbano abonan una factura que promedia los $30 por mes. Y afirman que ese monto no alcanza ni para cubrir el 20% del costo que implica generar y llevar electricidad a los hogares.

"Necesariamente las tarifas se incrementarán. En algunos casos, hasta seis veces. Aranguren ya se reunió con la asociación que nuclea a las empresas de distribución y la mayoría coincidió en que la situación actual es insostenible. No puede ser que mucha gente esté pagando $1 por día por el servicio de luz", destacó la fuente.

Paralelamente a este cambio, las compañías del sector confían en que se dé una apertura de la economía que les asegure fondos para salir de la situación de quebranto en la que están.

En la city porteña, los inversores se han ido adelantando a la modificación de las tarifas. Un claro ejemplo se encuentra en Edenor, una compañía que está virtualmente en bancarrota, que debe ser asistida por el Estado para seguir a flote y, sin embargo, muestra un repunte cercano al 120% en el valor de sus acciones. 

Sólo en 2014 la empresa perdió $800 millones y en el corriente año "maquilló" su deterioro financiero apelando a una normativa oficial, hecha a medida, que la habilitó a modificar sus asientos contables.

De esa forma, el Gobierno evitó que la distribuidora quede con patrimonio neto negativo,  ya que esto automáticamente le hubiese implicado la pérdida de su concesión en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

El shock de bolsillo

Melconian aseguró que para eliminar los subsidios en electricidad es preciso: 

-Aumentar 250% la factura domiciliaria, de $50 a $175 bimestral promedio.

-Para consumos pequeños subsidiados, de $50 a $300 (500%)

-Para comercios e industrias, incrementarla un 400%.

El economista cercano a Macri estimó que el gasto mensual en luz, gas y transporte (que actualmente promedia los $345 en un familia tipo) se elevaría a casi $900.

Por cierto, Melconian no es el único que hace referencia a las fuertes subas que vienen. 

Desde la otra vereda, Miguel Bein, referente económico de Scioli, coincidió en afirmar que existe una "distorsión grande" en las tarifas de los servicios públicos y planteó la necesidad de coordinar una "sintonía fina" para "redireccionar subsidios" en una segunda etapa de Gobierno.

"Hoy pagar los costos de la electricidad en la Argentina significa que las tarifas hay que multiplicarlas cinco o seis veces", reconoció.  

Las más complicadasUn punto clave, según los expertos, es que la actualización de las tarifas permitirá hacer sustentable el servicio pero, igualmente, se requerirá de un importante flujo extra de fondos para sanear al sector. 

"Los movimientos que se vienen dando alrededor de Edenor, dejan en claro que el mercado está a la espera de un shock de inversiones, proveniente de capitales no ideologizados", afirmó a iProfesional Emilio Apud, ex secretario de Energía de la Nación.

"Sea Macri o Scioli quien gane, se generará la confianza y credibilidad que hoy no tenemos. La inyección de capitales provendrá del exterior, de lo que consigan las compañías cuando el país se amigue con el mercado de crédito externo", apuntó el experto.

"Sin embargo -aclaró Apud- aun si se tuviera éxito en la captación de fondos, los usuarios notarán una mejora en el servicio recién en dos años".

Esto, debido al fuerte nivel de deterioro que evidencia toda la red, a raíz de que hace ya varios años que sólo se ejecuta lo mínimo para el mantenimiento.

Al momento de evaluar cuánto dinero requieren las empresas para mejorar sus estados contables y optimizar el funcionamiento de la red, Apud fue tajante: por lo menos, 3.000 millones de dólares. 

"Venimos de diez años en los que se invirtió poco y nada. Cada empresa tendrá que salir a buscar alternativas de financiamiento, ya que resultaría imposible que ese dinero lo aporte un empresario de la Argentina", expresó. 

Los problemas no se limitan al sector de distribución de la energía, como es el caso de Edenor o Edesur. También se extienden a quienes la generan y a su equipamiento. "Tenemos una matriz pequeña, vieja y costosa", expresó Apud.

Alieto Guadagni, otro referente de esta industria, comentó a iProfesional que el devenir del sector se encuentra atado a las modificaciones que implemente quien asuma al frente del Ejecutivo. 

"Las empresas esperan un cambio, al igual que aquellos que quieren invertir. Los fondos frescos resultan muy necesarios, incluso más para las empresas de Capital que del interior del país", explicó.  

"Fuera de la Ciudad, la política tarifaria ha sido siempre distinta. Hoy el usuario de Caballito paga la séptima parte de lo que abona una persona, por ejemplo, en Córdoba, Rosario o Mendoza. Por eso la situación de Edenor o Edesur es mucho peor que la de distribuidoras que operan en varias provincias", afirmó.

"El kirchnerismo nos quiso vender que los países crecen por el consumo y no es así, ya que ese crecimiento debe estar acompañado con más inversiones. Eso es lo que nos está faltando y es lo que tiene que cambiar", añadió.

El problema de la distribución

Ante la consulta de iProfesional, Jorge Lapeña se refirió a la distribución como el punto más flojo del negocio energético y en el que habrá que poner más foco para recuperar. 

"Los balances de Edenor y Edesur dejan en evidencia que no pueden operar con normalidad para dar un buen servicio. Los atrasos en las inversiones se manifiestan en cada corte de luz. Tenemos la peor calidad de servicio de los últimos 15 años", dijo.

"La cesación de pagos, el déficit y la frágil situación patrimonial de las empresas afectan más a las distribuidoras. Es decir, a aquellas que llegan a los hogares, porque son las que continúan bajo el régimen de tarifas congeladas", apuntó.

Guadagni coincidió en que lo primero que debe resolverse es la crisis en este segmento para luego ir solucionando los problemas de la otra parte de la cadena, compuesta por las firmas que se dedican a generar la electricidad. 

El especialista remarcó que se opera al límite de capacidad, lo que hace que ante un pico de demanda se generen múltiples apagones

"En estos últimos años, cada vez que llega el verano el sector pasa a funcionar a potencia máxima. No queda margen para que haya un excedente", alertó.

Apud remarcó que el grueso de la red en el AMBA posee una antigüedad que ronda los 11 años.

"Abastecer a 10 millones de usuarios con el tendido actual es como una invitación al caos. Lamentablemente, quien asuma deberá afrontar el costo político de elevar tarifas y renegociar contratos, de modo tal de poder reencauzar un sector que fue descuidado durante años por el kirchnerismo", enfatizó.

Alerta por cortes

Apud anticipó a este medio que las próximas semanas comenzarán a sufrirse los típicos cortes, algo que ya se ha hecho costumbre. 

"El pico de calor se dará en noviembre y será igual o peor que el del año pasado. La obsolescencia del sistema producirá más apagones. El retraso se tornó indisimulable, a raíz de los más de u$s3.000 millones que no se invirtieron en redes de distribución en los últimos diez años", precisó.

Además, destacó que los cortes serán de mayor frecuencia y duración: "Hace diez años, el promedio en Capital Federal era de poco más de cuatro horas. Hoy, en las mismas zonas están en el orden de 25".

Desde Edenor, ante la consulta de iProfesional, aclararon que la compañía intenta prever los apagones, aunque lo hacen "en las condiciones ya conocidas por todos", haciendo referencia a la delicada situación financiera de la firma. 

De no transferirle dinero el Gobierno, la empresa que provee de luz a muchos argentinos habría registrado una pérdida de $1.850 millones sólo en el primer semestre. 

Pero hay más: la falta de subsidios le hubiese significado a su par Edesur un saldo negativo de $1.708 millones en igual período. 

Preocupación en Cambiemos

De cara a una eventual victoria en el balotaje, Cambiemos ya instó a su equipo a desarrollar un plan de contingencia para el próximo diciembre. 

Juan José Aranguren es consciente de que el nuevo Gobierno heredará un sistema de distribución al borde del colapso.

De ahí que el ex presidente de Shell Argentina comenzó a evaluar alternativas para paliar interrupciones en el servicio que, se estima, podrían intensificarse cerca de las fiestas de fin de año.

"Cambiemos podría transferir el control de las acciones y obras de Edesur y Edenor a la órbita de la Ciudad. Esto es algo que se gestionó alguna vez pero que nunca llegó a buen puerto por la misma oposición de Cristina Kirchner", expresó un analista muy cercana a Aranguren.

También, en caso de llegar al poder, el macrismo apostará a renegociar cuanto antes los contratos con las dos distribuidoras. Sobre todo para asegurarles dinero fresco para las reparaciones que deban realizarse cuando se eleve la temperatura en diciembre y enero. 

"Por lo pronto, Aranguren mantiene un diálogo casi diario con las compañías más complicadas en términos financieros. Eso es algo que no ocurre con el candidato del Frente para la Victoria, que tiene al tema de la energía relegado de su agenda", concluyó la fuente.

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