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Forma parte de "la herencia" pero las consecuencias se hacen sentir ahora. El negociado millonario deja su huella en la operatoria del BCRA con altas tasas
14/03/2016 - 09:26hs

El pasado y el presente del dólar "futuro" rankean, sin lugar a dudas, entre los principales problemas que debe enfrentar el Gobierno.

Los dolores de cabeza que genera este tema son de tal magnitud que los funcionarios del Banco Central tienen sobradas razones para mostrarse preocupados.

Cuando Alejandro Vanoli estaba al frente del BCRA, ofrecía pagar -por ejemplo- $10 para los acuerdos de dólar futuro establecidos con fecha marzo.

Él y el mercado sabían que esos mismos contratos en el exterior se pactaban a $15.

¿Por qué? Porque los inversores entendían que un tipo de cambio a $9,40 (cotización oficial en el tramo final de su gestión) estaba visiblemente atrasado.

De hecho, todo el mundo daba por descartado que -más temprano que tarde- iba a sobrevenir una devaluación, hecho que finalmente ocurrió.

Así las cosas, al pasar el billete verde a valer cerca de $15,00, entonces la diferencia de $5 tendría que pagarla el Banco Central.

Esta brecha que se originó en cada convenio, multiplicada por la monumental cantidad de contratos pactados durante el tramo final de la gestión K, encendió luces de alarma en el ente monetario, pues ha generado pérdidas multimillonarias.

Para amortiguar la enorme emisión que hubiese sido necesaria para "pagar la fiesta", se llegó a un acuerdo por el cual se fijó un precio del orden de los $12 para las operaciones cerradas en octubre y noviembre.

En plata, ¿de cuánto se habla? Todas las operaciones abiertas entre septiembre y noviembre del 2015 acumularon la friolera de u$s17.000 millones para vencimientos que recaen este año (entre los meses que van de enero a junio).

La ganancia de una de las partes (miles de compradores) representa la pérdida de la otra (el vendedor, en este caso el Banco Central).

Es, precisamente, este último -ahora comandado por Sturzenegger- quien tendrá que poner de su bolsillo la diferencia entre la cotización actual del billete verde y estos $12, bastante mas arriba de los $10,50 al que los "regaló" Vanoli.

Todos los operadores en la city porteña señalan que las transacciones convenidas en el mercado local -de modo discrecional y con volúmenes inusuales- se descargaron de inmediato en la plaza de Nueva York, donde los precios eran sustancialmente superiores.

Las pérdidas del BCRA derivadas de estos acuerdos son multimillonarias, sea por lo que ya pagó como así también por lo que deberá desembolsar.

Se estima que por esta operatoria la entidad perderá unos $70.000 millones.

Esto terminó en la Justicia, a raíz de la denuncia presentada por Federico Pinedo y Mario Negri, que entienden que hubo un claro delito de defraudación contra la administración pública.

Compre ahora, pague después

La "herencia" del dólar futuro tiene varias aristas que deben ser tenidas muy en cuenta, en particular las relacionadas con:

-El largo camino que aún resta recorrer hasta su normalización.

-La presión que ejercen los vencimientos sobre el tipo de cambio.

-La expansión de pesos que genera.

Cuando el dólar fue liberado y empezó a "flotar", el Banco Central quedó en medio de un verdadero campo minado.

¿Por qué? Porque en la medida que pasa el tiempo tiene que:

1. Volcar una gran masa de pesos al mercado para cancelar esos contratos.

2. Pero, una vez hecho esto, se da vuelta y tiene que salir a retirarlos, con el fin de secar la plaza de moneda local (para restarle presión a la inflación).

3. Los hace emitiendo "papelitos" -también llamados títulos Lebac- por los que ofrece una suculenta tasa de interés.

4. En otras palabras, retirar ese excedente de pesos le cuesta hoy día entre un 35% y hasta casi 40% anual (que es el interés que debe convalidar en cada licitación de las mencionadas Lebacs).

¿Cómo funciona el mercado?

El circuito del dólar futuro opera del siguiente modo:

•Los inversores compran contratos a un tipo de cambio preestablecido.

• Aun cuando se pacten valores en moneda extranjera, este mercado opera en pesos, tanto para entrar como a la hora de liquidarse los convenios.

•Los contratos se liquidan por diferencias en forma diaria, por lo que al fin de la operación las mismas captarán el paso a paso en la evolución del precio.

• Los inversores ganarán si el tipo de cambio (al día del vencimiento del acuerdo) supera al que figura en el convenio. En este caso, será el Banco Central quien paga ese gap.

A modo de ejemplo, si se comercializaron en noviembre de 2015 a $10 (con fecha marzo 2016) y, para esa fecha, la divisa cotiza a $15, entonces el BCRA tiene que abonar los $5 de diferencia.

Obviamente, cuanto mayor sea la devaluación de aquí a junio, mayor será el monto que deberá desembolsar, que se suma a lo ya cancelado.

De acuerdo con datos oficiales, la principal (y prácticamente única) fuente de expansión de la cantidad de dinero que se viene observando, surge precisamente de esta compensación.

Según el juez Bonadío, que lleva la causa, el Banco Central señaló "números escandalosos en concepto de pérdidas que deberá asumir".

"Del total de la emisión monetaria desde el 16 de diciembre de 2015 al 24 de febrero de 2016, el 87% se destinó al pago de los quebrantos de las operaciones de dólar futuro", indicó el magistrado.

Y agregó que "si se toma el período 31 de diciembre de 2015 al 24 de febrero de 2016, el 100% de la expansión de la base monetaria bruta fue destinada a los mismos fines".

Efectos colaterales

Dada la magnitud de los vencimientos, todo indica que en este lapso van a sobrar pesos en el circuito financiero que generarán efectos no deseados tanto sobre el dólar, como sobre el nivel de las tasas y en la inflación.

Analistas consultados por iProfesional afirman que la suba del billete que se observó desde mediados de enero hasta principios de marzo se debió, en gran parte, al doble efecto que generaron las sucesivas liquidaciones ocurridas en ese lapso.

Es decir:

-Quienes cobran sus contratos de futuro reciben pesos.

-Esos pesos, inmediatamente son volcados a la compra de moneda estadounidense.

-Esa mayor demanda -sumada a la de importadores y a la del público de a pie- presiona al alza al billete verde.

-A su vez, esa presión alcista les otorga a los tenedores de estos acuerdos un beneficio adicional: acrecienta la brecha entre el precio "viejo" y el vigente.

Ante la magnitud de los vencimientos que están por venir, no sería extraño que el BCRA profundice sus intervenciones en el mercado.

"Uno de los efectos no deseados que acarrea la liquidación del dólar futuro es que quienes liquidan sus contratos se hacen de pesos que luego derivan, casi de manera automática, a la compra de dólares en el mercado oficial", explica el analista Agustín Cramo.

"Esta operatoria genera una demanda adicional que fogonea el precio y genera un beneficio extra, ya que contribuye a aumentar la brecha entre el valor pactado y el de liquidación", agrega.

"Todos están en el mercado oficial porque están comprando con el dinero que ya ganaron en la plaza de futuros. Es dinero que tiene un origen fácilmente comprobable", coincide en señalar un reconocido corredor de cambios.

Para tener una idea de la magnitud de este "negocio para pocos", analistas sostienen que el costo de estas ventas de dólar futuro es prácticamente el mismo que el que se le pagará a los buitres "más duros".

Los montos que se vuelcan al circuito son producto de una emisión pura, que en nada ayuda a bajar la inflación y a moderar las presiones alcistas sobre el billete verde.

"Como el dólar sigue en ascenso, tendencia que se mantendrá hasta abril -cuando comience la liquidación de la cosecha- es de esperar una mayor esterilización mediante Lebacs, con tasas de interés más altas que las actuales", afirma el economista Kevin Sijniesky.

Estos factores son lo que explican la actual lucha para que el tipo de cambio se estabilice en $16 y no siga en ascenso, ya que cuanto más se incremente, mayores serán las pérdidas del BCRA por este concepto. Y, además, obligará a la entidad a una mayor emisión.