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"Sí­ndrome Isela": la CEO de Aerolí­neas se transformó en sí­mbolo de los lí­mites del macrismo para ajustar

"Sí­ndrome Isela": la ejecutiva de Aerolí­neas se transformó en sí­mbolo de los lí­mites del macrismo a la hora de ajustar
06/05/2016 - 08:51hs
"Sí­ndrome Isela": la CEO de Aerolí­neas se transformó en sí­mbolo de los lí­mites del macrismo para ajustar

El orgullo con el que Mauricio Macri expone que encabeza un "gobierno de CEOs" amenaza con convertirse en un arma de doble filo. 

Por lo pronto, las reglas que rigen a la actividad privada -sumadas a la mayor o menor destreza con la que esos CEOs aprenden las estrategias y mañas típicas de la política- se presentan como un camino sinuoso con destino incierto.

El caso de Isela Costantini al frente de Aerolíneas Argentinas, a esta altura, se convirtió en un paradigma

Obligada por el Gobierno a tener que hacer un recorte de casi el 40% para reducir drásticamente el déficit, la ex CEO de General Motors tuvo que salir a mostrar su "cintura política".

Consciente de los tiempos de la opinión pública, ventiló una puja con el gabinete económico -a raíz de la magnitud del ajuste que le exigen-, se alió con los gremios y hasta diseñó un plan de gestión "alternativo" para reducir el gasto sin que ello implique despidos masivos. 

Por cierto, la actitud desafiante de Isela no fue bien recibida en el Gobierno y lo ha dejado ante una encerrona.

-Si se mantiene firme en la decisión de enviarle sólo u$s260 millones, entonces corre el riesgo de forzar la renuncia de una figura a la que presentó como un ejemplo de la impronta de eficiencia llevada a la gestión pública. El costo en términos políticos sería altísimo

-Por el contrario, si avala un plan demasiado gradual estaría contradiciendo uno de sus postulados de campaña electoral, ya que Aerolíneas había sido presentada como el símbolo del mal manejo de los recursos durante la gestión K. 

Por cierto, todo un dilema para el Ejecutivo.

La Carta de Isela

Hace una semana, el Gobierno le comunicó que contaría con apenas u$s260 millones para afrontar el año, aun cuando más de la mitad de esa cifra ya estaría comprometida.

Amparada en que ella había asumido la conducción de la empresa bajo la premisa de reducir paulatinamente el déficit, la dama de Aerolíneas hizo una jugada estratégica, muy típica de la política: dejó trascender su descontento por la diferencia entre lo que había pedido y lo que le iban a otorgar. 

Afirmó que el déficit de la empresa era de u$s420 millones, cifra que se ubica muy por encima de lo que el Gobierno le había ofrecido

No sólo eso. Se encargó de hacer pública (tal vez como una advertencia) la buena relación que logró establecer con los gremios pese al escaso tiempo que lleva de gestión.

Como parte de esa misma jugada para protegerse, le envió por mail una carta de tono dramático nada menos que a los 12.000 empleados de la compañía. Obviamente, consciente de que el texto iba a trascender las fronteras de la firma y a cobrar alta repercusión pública y política. 

"El Gobierno nos comunicó que nuevamente nos reducen de forma significativa los subsidios y esto nos coloca en una situación aún más compleja desde la gestión financiera", escribió Isela. 

Reconoce, como si ella no fuera parte de la administración macrista, que siente "algo de incertidumbre" por el futuro de la línea de bandera. Y que la disminución de los subsidios le plantea "un nuevo desafío".

En verdad, la carta de Isela no era para sus "estimados colegas" sino que  tenía otro destinatario: el mismísimo coordinador del gabinete económico, Mario Quintana, quien precisamente se encarga de supervisar su gestión.

No sólo el Gobierno le pide un achicamiento estructural, con recorte de personal y rutas aéreas. Además, tiene en carpeta abrir el mercado a compañías low cost como Avianca y Ryanair

Tal incursión perjudicaría seriamente a la aerolínea de bandera, cuyo único flanco fuerte son, precisamente, los vuelos de cabotaje.

Al referirse al recorte de fondos, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, remarcó: "El Gobierno no está para subsidiar los traslados en avión del segmento más rico de la población". Expresó además que se apunta a cumplir con "un plan de reducción del déficit para hacer sustentable a la empresa".

El proyecto original de Isela, en cambio, era el de ir administrando un ajuste gradual a lo largo de cuatro años, que llevara a la compañía al "déficit cero". 

Convencida de que sólo ejerciendo presión lograría un gesto amable del Ejecutivo, optó por no detenerse en su estrategia. 

"Quiero transformar Aerolíneas. No tengo una ambición política y no busco una carrera política", dijo en un encuentro ante empresarios. 

Al ser consultada sobre el rol de los empleados, optó por mostrarse una vez más cercana a los gremios y hasta coqueteó con cómo sería su salida de la compañía.

"Son 12.000 empleados que aman la empresa y 40 millones de argentinos que son la empresa. Yo trabajo para ellos y el día que no me quieran más me voy a tener que ir", apuntó.

El plan de una CEO

Nacida en Brasil e hija de padres argentinos, estudió en el país vecino y en los Estados Unidos para ingresar a General Motors (GM) en 1998 en el área de marketing. 

Después de ocupar varios puestos, en 2012 asumió como presidenta y directora ejecutiva de GM para Argentina, Uruguay y Paraguay, cargo que la convirtió en la primera mujer en liderar una automotriz en la Argentina y en la primera en ocupar un puesto de tal jerarquía en esa compañía. 

El año pasado también se convirtió en la primera mujer en presidir el 50° edición del Coloquio de IDEA y, un año antes, fue incluida por la revista Fortune entre las 50 mujeres más poderosas del mundo de los negocios.

Semejante currículum -impecable y ejemplar para el sector privado- fue lo que sedujo a Macri, quien le propuso dirigir Aerolíneas Argentinas.

Su llegada generó, desde un primer momento, la expectativa sobre cómo iba a ser el traslado de su experiencia para sanear a la compañía.

Antes de que la nueva meta de ajuste sembrara interrogantes sobre el futuro cercano de la firma, Isela ya había pactado con los gremios un plan hasta fin de año para "domar" el déficit.

No sólo eso. Diseñó acciones comerciales muy agresivas e implementó el uso de SAP para asegurarse que todas las transacciones estuviesen asentadas en el sistema.

"Tenemos algunos vuelos de cabotaje o internacionales que dan pérdidas. La fórmula más sencilla sería eliminar aquello que da pérdidas, pero no lo vemos de esa manera. Creemos que para poder crecer hay que buscar de qué forma lo podemos convertir para que sea rentable", argumentó Isela.

La directiva plantea una reestructuración de los vuelos internacionales. En junio se sumará una frecuencia a Barcelona y otra a Roma y se quitarán otros destinos como La Habana, que dejará de estar operativo a partir de julio.

El lunes, después de enviar la carta, Isela mantuvo una reunión con los gremios en la que les comunicó formalmente la reducción de los subsidios aunque evitó hablar de despidos. Por el contrario, se mostró propositiva. 

Hizo público un ambicioso proyecto para destinar algunos aviones al transporte de carga y expuso los primeros resultados favorables de su gestión.

"Ella intenta constantemente solucionar el déficit promoviendo el crecimiento. Tiene buena predisposición e ideas. Pero Lopetegui y Quintana le piden un ajuste ortodoxo, las mismas recetas de siempre", analizó el secretario general de la Asociación de Personal Aeronáutico, Edgardo Llano, en un claro gesto de apoyo a la directiva. 

En tanto, el secretario de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), Rodrigo Borrás, afirmó: "El problema es la visión integral que tiene el Gobierno de la política aerocomercial. Aerolíneas no va a resistir el ingreso de compañías low cost".

Confiada en que aún puede torcer el destino de la empresa, en los próximos meses apostará a relanzar los vuelos de cabotaje, que son los que le dejan mayor margen. 

En principio, reforzará rutas como Córdoba y Rosario. Y -al menos hasta el nuevo recorte- planeaba aumentar un 18% la oferta de asientos en vuelos domésticos a partir de julio.

Intenta frenar la embestida mostrando resultados positivos. En los primeros tres meses logró un 85% de puntualidad y un 98% de cumplimiento. Es decir, vuelos que no fueron cancelados. 

En lo que va del año, la empresa ya transportó 3,8 millones de pasajeros, una cifra levemente superior a la del mismo período el año pasado.

También consiguió ahorrar cerca de u$s40 millones en comisiones que se le pagaban a las agencias de turismo, muy por encima del precio del mercado.

Además, para ganar oxígeno y recursos financieros genuinos, trabaja junto con su equipo en la posibilidad de vender y volver a alquilar (en la jerga se dice "sale and lease back") los aviones Boeing y Airbus que el año pasado había comprado su antecesor, Mariano Recalde

Si bien esta posibilidad corre el riesgo de ser vista como un "vaciamiento", le permitiría frenar -al menos el parte- el recorte de personal. 

A esta altura, a los analistas del mercado aeronáutico les resulta evidente que Isela busca por todos sus medios evitar que su gestión esté asociada a una típica política de recorte de gastos y achique de servicios. 

Esta actitud genera simpatías pero también despierta muchas dudas.

"La nueva gestión no tiene la idea de que la empresa tiene que ser una caja política, eso está claro. Pero, ¿alcanza eso para que sea autosustentable? Hoy no", afirma Franco Rinaldi, experto del sector aeronáutico.

Y añade: "En los últimos 20 años, todas las líneas aéreas se han reestructurado. No así Aerolíneas y hoy esto representa una carga enorme para gestionarla".

De momento, lo que puede afirmarse es que la tónica de la gestión Isela está cambiando y que la CEO está dando espacio a una dirigente que busca proteger su espacio apelando a herramientas políticas.

"Sorprendió y no cayó bien", dejaron trascender en jefatura de Gabinete sobre la carta de Isela. 

Señalaron que ella cree que "cogobierna" con los gremios y que está retrasando un recorte que, con el tiempo, será inevitable

En el seno de la empresa perciben que el macrismo no tiene demasiado interés en desarrollar Aerolíneas Argentinas sino, más bien, que es más propenso a un achicamiento

Esta idea, explican desde la conducción de algunos gremios, queda reforzada por la participación de varios ex ejecutivos de LAN en el Poder Ejecutivo.

Un caso emblemático es del ex CEO de esa empresa, Gustavo Lopetegui, quien actúa como director técnico del equipo económico y asesor de Macri.

El enojo oficial se vio intensificado por las reacciones en el resto del ámbito político. 

El hecho de que el denostado Mariano Recalde haya publicado una carta en la que se mostró solidario y comprensivo con la postura de Isela no hizo más que enardecer los ánimos (ya de por sí caldeados) en el oficialismo.

"Creo en la capacidad y en las buenas intenciones de Costantini. Pero para que tenga éxito es necesario que exista una política de Estado de seguir conectando a los argentinos con la línea de bandera. Achicar Aerolíneas ya se probó y fracasó", aseguró el ex funcionario K en su carta dirigida al personal de la empresa.

Todavía no está claro si contar con el apoyo explícito de Recalde será un factor que le sume o le reste puntos a Isela en la interna gubernamental, pero lo que es cierto es que pone al descubierto la naturaleza del debate entre los funcionarios.

Por lo pronto, todo indica que la visión del mercado aéreo que tiene el Gobierno atenta contra la expansión de la compañía que ella tiene en mente. En los últimos días, trascendió que varias low cost tendrían el visto bueno para operar en el país.

Con algunas, como la colombiana Avianca y la irlandesa Ryanair, las conversaciones están más avanzadas. 

Esto, además de perjudicar la competitividad de Aerolíneas, ha puesto nerviosos a los gremios, porque este tipo de firmas son conocidas por tener políticas antisindicales.

El recorte de subsidios a Aerolíneas se inscribe en una lógica similar que afecta a todo el organigrama del Estado. Sin embargo, la forma en la que decidieron ejecutar el proceso marca una diferencia de criterios con, por ejemplo, el ajuste del precio de las naftas.

El cuarto aumento de los combustibles desde que asumió Macri castiga al consumidor para subsidiar al sector petrolero y resguardar 10.000 puestos de trabajo.

Otro parece ser el criterio que prima en el caso de Aerolíneas que, para cumplir con las metas que le impone el Ejecutivo, tendría que achicar su planta de empleados de 12.000 a menos de 8.000 (casi la mitad de la cifra anterior).

Macri sabe que el costo que pagaría por forzar la renuncia de Isela sería altísimo. Eligió una CEO de currículum intachable para conducir la línea de bandera. ¿Sería creíble entonces que le imputara errores en la gestión?

Ella, consciente de los desafíos que le plantea la política, parece convencida de que la mejor opción es insistir y negociar que el ajuste sea más progresivo.

"Mis 12 horas en Aerolíneas son más estresantes que las 14 por día en General Motors. Acá, todo lo que uno dice hay que medirlo mucho más", confesó. "Cruzar de lo privado a lo público es mucho más difícil de lo que creía", aceptó.

La "mujer de las cartas", en su nuevo rol de administradora pública, parece decidida a utilizar las "mañas" de los políticos de carrera