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El gran partido que desvela a Macri: llega el hombre fuerte de Brasil y aceleran cambios para la Argentina y la región
23/05/2016 - 08:47hs

En términos políticos, Brasil está atravesando los momentos más efervescentes en décadas. Parecería que fue hace tiempo ya que Dilma Rousseff fuera suspendida de la presidencia

Si bien se abre un lapso de hasta 180 días para que una comisión investigue las denuncias en su contra, en la nación vecina se respira un clima de fin de ciclo. 

Matemática y jurídicamente, Rousseff todavía está en condiciones de volver a comandar el Ejecutivo en Brasil. Pero la toma del poder por parte del presidente interino, Michel Temer, que habló de un nuevo plan de gobierno, reflejó un verdadero cambio de era. 

El fuerte apoyo de casi todo el arco empresario a la nueva gestión también reforzó la idea de que la protegida de Lula da Silva está prácticamente con los dos pies afuera. Y también el Partido de los Trabajadores. 

De hecho, la coalición de distintas fuerzas que se encolumnaron detrás de Temer para el armado del nuevo gabinete, también significa el principio del fin para la hegemonía del PT.

Como parte de este cambio de ciclo, el flamante jefe de Estado recurrió a dos “viejos lobos” de la escena brasileña: uno con fuerte prédica en el mercado y otro, con un gran peso político.  

El primero de ellos es Henrique Meirelles, designado como nuevo ministro de Finanzas y con una fuerte imagen positiva en el sector financiero. Es considerado el “arquitecto” de la gestión económica del primer gobierno de Lula, por haber conseguido bajar la inflación y lograr un fuerte crecimiento del PBI. 

El segundo es José Serra, considerado hoy por hoy uno de los “hombres fuertes” del Brasil post Dilma y que fue designado como ministro de Relaciones Exteriores. 

Serra, no sólo no llegó como un nombre decorativo, sino que apenas fue nombrado, confirmó que el país vecino dará un giro de 180 grados en su relación con el mundo

El ministro, que es una de las figuras rutilantes del PSDB, tiene dos complejas tareas por delante. 

Por un lado, dotar de legitimidad al gobierno de Temer y lograr que los principales aliados políticos y económicos de Brasil le den un espaldarazo a la nueva gestión, lo que contribuiría a sepultar definitivamente la “era Dilma”. 

Por otro, demostrar que su país realmente está asistiendo a un cambio y que la “nueva forma” de hacer política se verá reflejada tanto en el plano doméstico como a nivel internacional

En línea con los acelerados tiempos que hoy se viven en Brasil, apenas un día después de haber asumido -exactamente el viernes 13 de abril- Serra arregló telefónicamente su visita a Buenos Aires, considerada su primer gran jugada a nivel regional

Para analistas, pero también para los propios funcionarios del macrismo, la visita del “hombre fuerte” de Brasil se trata de una acción cargada de simbolismos y que refuerza en los hechos lo que el propio Serra había dicho en su discurso inaugural: que la Argentina será su mayor aliado estratégico

"Uno de los principales focos de nuestra acción diplomática en el corto plazo será la sociedad con la Argentina, con la cual pasamos a compartir referencias semejantes para la reorganización de la política y la economía", fueron las textuales palabras con las que Serra se encargó de remarcar que hay buena sintonía entre Temer y Macri y también una agenda de trabajo por delante. 

No sólo eso. Bajo una suerte de tabla de los “diez mandamientos”, Serra anticipó otros cambios para la cancillería brasileña, como el fin de la diplomacia ideologizada” –en clara referencia a su postura anti bolivariana-, o la necesidad de avanzar en nuevas negociaciones bilaterales para incrementar el comercio. 

En diálogo con iProfesional desde San Pablo, Welber Barral, quien fuera secretario de Comércio Exterior durante cuatro años de Lula da Silva, confirmó que “la visita de Serra a Buenos Aires tiene un impacto político muy fuerte a nivel regional, porque es una figura trascendente y porque tiene aspiraciones para disputar la presidencia de Brasil en 2018”. 

Además, remarcó que “la figura del canciller hoy tiene una relevancia mucho más importante que la que tuvo durante los últimos seis años". 

“Básicamente porque ahora el Ministerio de Relaciones Exteriores es mucho más poderoso. Temer decidió dejar bajo su influencia la Agencia de Promoción de Inversiones y el área de promoción del comercio exterior”, afirmó. 

“Por eso hoy Itamaraty (como se denomina a la Cancillería de Brasil) tiene una influencia y un poder que no había tenido durante la época de Dilma”, disparó. 

Gustavo Segré, analista y CEO de la consultora Center Group, coincidió en el hecho de que “ahora hay una forma diferente de hacer diplomacia. Hasta la gestión de Rousseff ese Ministerio era sólo de relaciones internacionales, ahora tiene el control del comercio exterior y eso es trascendente para Macri”. 

En tanto, Nicolás Grimaldi, sociólogo y miembro del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS) resaltó que “históricamente, las relaciones exteriores de Brasil estuvieron en manos de diplomáticos de carrera. Serra no lo es, él es político. Y su elección tiene que ver con que es un referente del PSDB de San Pablo, con muy buena llegada al arco empresario”. 

Agenda bilateral cargada

Malcorra y Serra habían dialogado por teléfono el viernes 13 de mayo para terminar de definir los detalles de su visita, que Cancillería Argentina se ocupó de mantener con la mayor discreción posible. 

No se espera una recepción pomposa ni declaraciones grandilocuentes. La cartera que conduce Malcorra y el propio Macri saben que se mueven en una delgada línea: están urgidos por comenzar a trabajar con la nueva gestión pero, mientras Rousseff tenga chances jurídicas de regresar al poder, los gestos serán medidos y cuidados

Si bien Macri tiene más puntos en común con Temer que con Dilma –si es que con esta última había alguno-, ese “buen feeling político” por ahora se maneja en privado y lejos de los flashes. 

Como parte de la estrategia diplomática, Malcorra envió un fuerte mensaje político cuando, a través de un comunicado oficial, su Ministerio reconoció al gobierno de Temer apenas unos minutos después de haber asumido

Sin embargo, para cuidar las formas y jugar en ese difícil equilibrio, en los días subsiguientes se reservó palabras hasta de apoyo a Rousseff, como cuando declaró que le producía “un profundo dolor personal” su salida del gobierno o como cuando se preguntó si no había “un tema de género” en el hecho de que se haya suspendido a una presidenta mujer. 

Pero la economía es la que manda. Los números con Brasil hoy muestran su peor cara en años: las exportaciones totales se desplomaron un 25% hasta abril y el déficit comercial se triplicó hasta tocar los u$s1.400 millones. 

Para Grimaldi, “el Gobierno necesita estrechar lazos con Temer por una cuestión económica, porque está afectando a la economía y golpeando a sectores concretos, como el automotor. Para el macrismo es fundamental que la situación política se estabilice y que, de esa forma, comiencen a reactivarse los negocios y las inversiones”. 

Según pudo saber iProfesional, además de temas ineludibles –como la situación política en la nación vecina y la nominación de Malcorra en la carrera por la secretaría general de la ONU- la agenda que se tocará en el Palacio San Martín incluirá cuatro tópicos: 

Presente y futuro del Mercosur

Negociaciones con la Unión Europea

Situación en Venezuela 

Acercamiento a la Alianza del Pacífico 

El bloque plantea los mayores desafíos. Cuando Serra se había anotado por la carrera presidencial, sus declaraciones en contra del Mercosur –al que consideraba un “lastre” para la economía brasileña- le ganaron la antipatía del kirchnerismo

Ahora que está al frente de la Cancillería, el funcionario de Temer es más cauto, pero sin dejar de lado las convicciones: habla de fortalecer el bloque, pero flexibilizándolo y hasta cambiando su estatuto. 

“Junto con los demás socios, necesitamos renovar el Mercosur”, fueron las palabras textuales del nuevo ministro de Relaciones Exteriores. 

Barral aseguró a este medio que “Serra va a plantear en Buenos Aires la idea de que el bloque tiene que ser más dinámico y dar más libertad a sus socios, para centrarse en temas más comerciales y menos políticos”. 

Segré coincidió: “Se va a postular la idea de retrotraer el Mercosur. Es decir, dejar de anhelar la unión aduanera e ir hacia un área de libre comercio”. 

“Esto no significa que Brasil se corte solo y vaya a negociar rápidamente un TLC con Estados Unidos. De hecho, el objetivo es alinear fuerzas y encarar mercados de manera conjunta, pero sin toda esa estructura burocrática que hoy hace difícil avanzar”, apuntó. 

De hecho, la negociación con entre el bloque y la Unión Europea es otro de los puntos centrales de la agenda y es un tema en el cual, por primera vez en años, hay un gran punto de coincidencia entre un presidente de Argentina y uno de Brasil. 

La propia Malcorra aseguró que las autoridades de la UE habían planteado la idea de freezar el debate por los futuros aranceles aduaneros, pero que el Mercosur decidió seguir avanzando con el diálogo y no frenarlo por la crisis política de Brasil: “No hay excusa para postergar el intercambio y así lo entendió nuestra contraparte europea”, fueron sus palabras. 

Para Barral, “la posibilidad de seguir negociando es una muy buena noticia para nuestra región. Por cierto, el acuerdo con la UE no será fácil. Siendo optimisas, un pacto entre los dos bloques demoraría cuanto menos cinco años a seis años. Pero que se esté hablando de crear esta gran área de libre comercio repercutirá en un mejor clima de negocios, tanto para la Argentina como para Brasil”. 

Continuando en el terreno de las negociaciones internacionales, Serra adelantó que otra de las prioridades es la de “construir puentes, en vez de profundizar las diferencias, con la Alianza del Pacífico”. 

Dicha alianza –que no debe confundirse con el Acuerdo Transpacífico o TPP, que impulsa Estados Unidos- es una unión que involucra a Chile, Perú, Colombia y México y que tiene aplicaciones concretas. 

De hecho, el 1 de mayo entró en vigor un protocolo que ya desgravó el 92% del comercio entre todos estos países.

Y no sólo Brasil quiere formar parte de esta Alianza: Macri también pretende sumar a la Argentina y con ese objetivo es que viajará a la ciudad chilena de Puerto Varas el 1° de julio, tras haber sido invitado a participar de la cena que ofrecerán los presidentes de esas cuatro naciones. 

Las coincidencias de la agenda entre Serra y Malcorra también girarán en torno a la situación de Venezuela y, en consecuencia, al muy debilitado “eje Caracas”. 

Para Segré, “es un gesto importante el de Serra que, antes de viajar a la Argentina, repudió públicamente la declaración conjunta de los países alineados con Venezuela, como Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Cuba, que plantearon que el proceso político contra Dilma fue un golpe”. 

“Cuando se ve esta declaración por parte de un alto funcionario de Temer y acto seguido ese mismo funcionario viaja a la Argentina, está ratificando la aceleración de los cambios políticos, la distancia con los países de influencia bolivariana y el ensanchamiento de una grieta que está dividiendo a América latina”, agregó Segré. 

Grimaldi coincidió: “Con el giro de Brasil, se rompió definitivamente la alianza con Venezuela y naciones afines. Ahora la alianza es con la Argentina y el objetivo no es mirar hacia Caracas sino hacia el Pacífico”. 

Clave: que el vecino empiece a empujar

Bajo la óptica de Barral, el simple cambio de gobierno en la nación vecina está ayudando a revertir el derrumbe de su economía.

Si hasta hace unas semanas se preveía una caída del PBI del 4%, ahora las proyecciones señalan una contracción del 3%. 

Es un punto menos de baja, pero que para la Argentina se puede transformar en u$s1.000 millones más en exportaciones

“Sin dudas hay un mejor clima económico. De hecho, se espera un rebote para 2017 y una sólida recuperación en 2018. Esto será clave para la Argentina, especialmente porque hay producciones muy integradas, como la automotriz”, agregó el ex funcionario de Lula a este medio. 

Para Segré, "las perspectivas que se agren son mejores. Hubo un cambio de ánimo y esto es vital para iniciar el camino ascendente. Además, se espera que el real en Brasil se mantenga quieto e los próximos meses y esas son buenas noticias para la Argentina". 

Por eso, si bien saben que Rousseff tiene chances de retornar al poder, en el macrismo quieren seguir jugando el partido con el equipo de Michel Temer y con su "DT", José Serra

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