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El polémico empresario Patricio Farcuh, supuesto dueño de OCA, reclama la vuelta del correo puerta a puerta
22/05/2016 - 11:18hs

Días atrás, Patricio Farcuh, titular de la empresa de correos OCA, le recordó al secretario de Comercio, Miguel Braun, que están esperando la medida que habilite los envíos puerta a puerta para las compras desde el exterior.

"Decile a Gómez Centurión que se deje de hinchar las pelotas con que hay droga en los envíos", habría sido una de las acaloradas afirmaciones. 

El nombrado (Gómez Centurión) es el titular de la Dirección General de Aduanas que depende de la AFIP.

Sucede que la vuelta de los envíos de correo puerta a puerta es un tema particularmente sensible para el organismo.

Cabe recordar las declaraciones de Franco Macri quien, días tras, escribió en twitter: "Cuando me confiscaron el Correo sin motivo pensé que era una decisión política. Hoy sé que fue para repartir algo más que cartas".

Esta discusión se da en el marco en el que -según señalan fuentes del sector- una parte de los 60 millones de dólares que necesitó el polémico empresario Patricio Farcuh para comprar OCA habrían provenido de acumular deudas con el fisco.

Afirman que sería una situación parecida al caso Cristóbal López y el uso que este último le dio al impuesto sobre las transferencias de combustibles para avanzar en adquisiciones de empresas.

Concretamente, Farcuh (ligado al macrismo y de fuertes vínculos con Hugo Moyano, quien tendría "alta injerencia" en OCA) habría financiado una porción de la operación incumpliendo el pago de cargas sociales y contribuciones patronales de otras empresas que él administra, pertenecientes al Grupo Rhúo, de las que forman parte Pertenecer y Guía Laboral.

Expectativa y largas colas

Por lo pronto, la expectativa por volver a comprar en el exterior a través de Internet y evitar largas colas para retirar los envíos, se exacerba a raíz de los altos precios internos.

En este sentido, crecen las versiones que dan cuenta de que la Secretaría de Comercio tendría todo listo para hacer la presentación del nuevo esquema para la adquisición de productos fronteras afuera y los envíos puerta a puerta, pero la Aduana frenó el anuncio.

¿El motivo? que por esa vía podría colarse el ingreso de estupefacientes, en un contexto en el que se observan deficiencias de scanners en la Aduana, en varios pasos fronterizos

Mientras, el Gobierno ha ido avanzando a paso firme en estos meses con su plan para desarmar el duro "cerrojo" que le dejó la administración kirchnerista, que tenía como objetivo castigar a las importaciones y hacer frente a la escasez de divisas.

En este sentido, la medida más trascendente fue la supresión del controvertido sistema de Declaraciones Juradas, conocidas como DJAI, que fue reemplazado por un mecanismo aprobado por la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Además, fue quitando las restricciones. Concretamente, los cupos de dólares que le imponía el kirchnerismo a las industrias, como la automotriz o la de electrónica de Tierra del Fuego, que debían conformarse con el 50% -o menos- de las divisas necesarias para funcionar.

Ahora, con el mismo plan de desarticular el entramado de restricciones, el Gobierno apunta a facilitar las importaciones a través del sistema de correo internacional, conocido como "courier" o de "puerta a puerta", con algunas salvedades y mayores controles.

Se trata de las compras realizadas por particulares mediante tarjeta de crédito a través de páginas de e-commerce ubicadas fuera del país y que, hasta hace dos años, permitían acceder a un amplio abanico de productos y a precios competitivos -como electrónica, calzados e indumentaria- pero que se hicieron prácticamente inviables luego de las numerosas restricciones impuestas por el kirchnerismo, muchas aun vigentes.

Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior, recordó que este servicio, hasta 2008 "era utilizado principalmente por empresas para ingresar muestras o repuestos para maquinaria. Básicamente los couriers resolvían casos de emergencia".

Sin embargo, conforme se profundizó el atraso cambiario, el experto destacó que "empezó a ser usado por más particulares, que compraban con tarjeta de crédito en portales de China o EE.UU. todo tipo de bienes de consumo". Estas operaciones llegaron a representar unos u$s1.000 millones anuales, bancados con reservas.

"Se tienen que terminar en la Aduana las colas de gente que quiere retirar lo que compró", argumentó meses atrás Alberto Abad, titular de la AFIP

Además, remarcaba se iba a "autorizar el servicio courier o puerta a puerta para evitar esas colas infames". Por lo pronto el tiempo pasó, pero las filas continúan.

¿Cómo funcionaba el sistema hasta 2014, antes de las trabas que fijó el kirchnerismo? Si un particular traía al país una encomienda que no superaba los 20 kilos, podía recibirla en su casa a través del correo oficial expreso.

Si superaba ese tope y llegaba a los 50 kilos, la compra también era enviada al hogar del "microimportador" pero a través de alguna de las empresas courier.

Sin embargo, con la implementación de las primeras trabas, la AFIP -conducida en ese entonces por Ricardo Echegaray- empezó a obligar a los particulares a retirar la mercadería en Aduana, previa presentación de una declaración jurada.

No sólo eso: también se impuso una franquicia de apenas u$s25 libres de impuestos para realizar tan sólo hasta dos compras por año vía Internet (en total, el tope sería de u$s50 anuales).

Si la mercadería comprada supera ese límite, entonces hay que aplicar un arancel del 50% sobre el valor del producto.

Además, si el bien que se adquiere fuera del país sobrepasa los u$s1.000, entonces la operación entra directamente al Régimen General de Importación, que ya requiere de la gestión de un despachante de Aduanas, lo que termina encareciendo cualquier adquisición.

Si bien Abad no dio precisiones sobre los plazos en los que se aplicarán cambios, hoy día la expectativa está puesta en si se elevará  el tope de u$s25 libre de impuestos por operación y la frecuencia con la que se podrán realizar compras vía ecommerce.

En los distintos sectores hay expectativa. Esperan una flexibilización se limite a bienes de consumo final como libros o a repuestos para maquinaria e insumos para industrias y no a tecnología, ropa y calzado.

Por lo pronto, Abad aclaró que no se podrán traer productos que "generen competencia nociva", si bien no especificó qué rubros estarán prohibidos.

En esta pulseada, los consumidores esperan todo lo contrario, en función de la fuerte diferencia de precios entre un mercado nacional afectado por los costos en alza y los tentadores valores que titilan en portales de China o EE.UU.

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