"Un ecosistema emprendedor es tan fuerte como su ecosistema de inversores ángeles" dijo el ministro de Modernización, Innovación y Tecnología de la Ciudad, Andy Freire, ante un auditorio de pequeños y medianos inversores convocados en la Legislatura de la Ciudad. 

Se trató del primer taller orientado a este público que organizó la administración que dirige Horacio Rodríguez Larreta, al cual se invitó a más de 50 empresarios interesados en realizar inversiones de riesgo en emprendimientos locales.

Mientras a nivel nacional se anuncian esfuerzos orientados a potenciar los desembolsos en divisas, sobre todo de empresas internacionales, en la Ciudad decidieron apostar también al potencial local, a través de talleres impulsados por la Dirección General de Emprendedores del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología.

"Lo que queremos es fortalecer el ecosistema emprendedor, haciendo que no sean solo inversores externos los que aporten sino también inversores locales, que participen y hagan que estas las cosas pasen", apuntó al respecto Freire.

En esta primera instancia, el objetivo fue brindar información sobre mejores prácticas en materia de inversión de riesgo, procesos y conocimiento del ecosistema emprendedor en la Argentina.

En el salón San Martín de la Legislatura de la Ciudad, el evento inició con palabras de la fundadora del Club de Ángeles Inversores de IAE Business School -pionero en el país- y ahora subsecretaria de Economía Creativa y Comercio Exterior, Silvia Torres Carbonell.

La emprendedora con más de 20 años de trayectoria quiso explicar por qué el "capital de riesgo" no debe ser considerado una mala palabra, ya que es el que tiene como misión transformar la incertidumbre -de un nuevo proyecto empresario- en valor.

"El primer capital de riesgo lo pone el emprendedor, con su nombre, su reputación y trayectoria", añadió la funcionaria porteña.

Basándose en un ejemplo, concluyó que el 99% de los empresarios Pyme argentinos nunca han recibido capital externo. "Hay una mentalidad de aversión a abrir su participación accionaria. Ese es otro cambio en el que tenemos que trabajar para ayudar a las Pymes a innovar", apuntó Torres Carbonell.

Freire coincidió en este punto: "Tenemos que seguir educando, mostrando a los emprendedores cómo funciona este modelo y cómo juntos creamos valor. Porque si se crea un 'unicornio' hay suficiente torta para repartir para todo el mundo. Ese es el mensaje, la inspiración del éxito en lo que ya vimos", dijo en referencia a los casos de empresas argentinas de alta valuación como MercadoLibre o Globant.

Por dónde empezarQuedó en manos de Diego González Bravo, fundador del fondo Cygnus Venture Capital, el que podría definirse como curso introductorio a las inversiones ángeles en la Argentina.

Apuntó que si bien en la región México y Brasil se destacan como destino por sus grandes mercados, y países como Chile, Perú y Colombia por sus mejores condiciones de inversión, Argentina es el que cuenta con el talento capacitado y las startup tecnológicas suficientemente desarrolladas como para atraer capital.

No por nada, remarcó González Bravo, el país dio origen a cuatro de los siete "unicornios" -empresas de base tecnológica que logran una valuación superior a los u$s1.000 millones- con los que cuenta Latinoamérica: MercadoLibre, Globant, Despegar.com y OLX.

Torres Carbonell había remarcado el mismo punto: "A diferencia de lo que sucede en otros países, Argentina ya cuenta con algo muy importante y que es difícil construir en poco tiempo, el talento emprendedor, creador e innovador, capacitado y con visión global". Este es el principal atractivo que el ecosistema local de Pymes y startups tiene para ofrecer a los capitales de riesgo.

"La principal diferencia entre el ángel y el 'venture capital' es que el primero invierte de su propio dinero", dijo el titular de Cygnus. Detalló que suelen ser el capital semilla (entre u$s30.000 y u$s200.000) necesario para desarrollar la primera etapa de un proyecto, pero aportan además su experiencia, su conocimiento y contactos.

Son inversiones que se caracterizan por un alto riesgo, con retornos que pueden multiplicar varias veces el monto inicial.

En este sentido, destacó que es fundamental la relación que el ángel pueda sostener con el emprendedor, y que encuentre en él la disposición a trabajar "full life" en su proyecto, así como tener las capacidades necesarias para desarrollarlo. "El del inversor es sobre todo un trabajo de 'headhunting'", definió González Bravo.

Pero además, recomendó tener en cuenta otro factor a la hora de definirse por un emprendimiento, que es cada vez más clave a la hora de captar tanto clientes como talentos de las nuevas generaciones: "La inversión siempre tiene que tener propósito social".

A continuación, los co-fundadores de la aceleradora NXTP Labs, Ariel Arrieta y Francisco Coronel, contaron al auditorio su experiencia y las lecciones aprendidas luego de haber apoyado a alrededor de 200 proyectos.

Arrieta se presentó como "inversor serial" ya que "creé y fundí muchas empresas", y aclaró que en NXTP Labs, "a la hora de invertir no buscamos ideas, sino ejecución, buenos equipos y escalabilidad" de los proyectos.

"Alto impacto y persistencia, aspectos de un perfil de emprendedor que ha dado resultados", añadió Coronel, quien también conduce los destinos de esta aceleradora que inyectó capital en 174 startups de la región y aspira llegar a las 300.

Por último dos emprendedores realizaron su "pitch" ante los potenciales inversores presentes en la Legislatura porteña.

Uno de ellos fue Threedo, una aplicación que permite al usuario de un "smartphone" escanear y tomar medidas de cualquier objeto para enviarlo a imprimir en 3D y recibir el nuevo objeto en su casa.

Otro de los emprendimientos fue Semtive, que crea dispositivos reciclables y 100% amigables con el medio ambiente para obtener energía eólica a bajas revoluciones, y que aspira que no se utilicen sólo en el plano industrial sino también residencial.

Iniciativas

La Ciudad anunció en el marco del taller varias iniciativas apuntadas a sofisticar a los inversores argentinos y a multiplicar sus desembolsos en empresas de origen nacional.

Torres Carbonell adelantó que existe un proyecto en el gobierno porteño titulado "Conecta Talentos" que apunta a identificar a argentinos que se encuentran residiendo en otros países del mundo, no para "repatriarlos" sino por el contrario, "para que se queden y nos ayuden a llevar a otros empresarios locales al exterior".

Asimismo, Diego González Bravo, anunció que está en preparación una segunda edición del taller, pero esta vez para inversores avanzados.

Por su parte, Gastón Marando, gerente de la Subsecretaría de Economía Creativa y Comercio Exterior -quien también participó del taller- anunció que se realizan cuatro tipo de actividades desde ese organismo destinadas a "crear una cultura exportadora en las empresas de la Ciudad y generar así empresas de alto potencial de crecimiento".

Por un lado, desde la Secretaría se han realizado en lo que va del año 14 actividades de capacitación específica sobre internacionalización, con las que se llegó a más de 1500 emprendedores, empresas y estudiantes universitarios avanzados.

Asimismo, se creó una especie de plataforma que actúa como "marketplace" para crear nuevos exportadores, y ayudar a los que ya cuentan con trayectoria a multiplicar su oferta exportable.

Por otra parte, recordó el evento "Buenos Aires al mundo", una especie de encuentro TED en materia de negocios globales, por el cual se traccionan tanto a disertantes como inversores, aceleradoras de negocios y "company builders" desde el exterior, de manera que aporten su experiencia en mejores prácticas.

Por último, Marando convocó a los presentes a sumarse como "nuevos actores de inversión para las 20 actividades que tenemos pensadas para el exterior", como la participación de ferias de negocios para empresas de tecnología, de videojuegos, entre otras.

Mencionó también la posibilidad de traer referentes y fondos que dieron forma a los ecosistemas emprendedores de Israel y Gran Bretaña, para profundizar sobre sus mejores prácticas.

"La exportación en si misma no es el objetivo último, sino que las empresas puedan escalar sus modelos de negocios, cambiar ese chip o ‘mindset' de lo local a lo global", cerró Marando.