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El peso vale poco en otros paí­ses: el Banco Nación Argentina que opera en Uruguay ya maneja un dólar a $22
26/07/2016 - 14:11hs

Allá por la década del 90, en plena convertibilidad, Domingo Cavallo auguraba categóricamente que el peso argentino -por su fortaleza- iba a comenzar a cotizar en las pizarras de los bancos de Estados Unidos.

Y que esto iba a permitir que cualquier persona que salga de Ezeiza rumbo a otros destinos iba a poder cambiar moneda local por otras divisas sin mayores dificultades.

El paso del tiempo demostró que su afirmación no fue otra cosa que una expresión de deseo ya que -default e inflación mediante- se mantuvo fuera del radar de las casas de cambio que operan en las principales ciudades del mundo.

Ya sea en Madrid, Miami, Estambul o Tokio, quienes se detengan a ver las cotizaciones de las diferentes monedas sentirán la desazón de no ver la de Argentina entre ellas.

Donde aparece es en algunos países de la región. En la mayoría de los casos, la enorme brecha entre el precio de compra y de venta es prueba irrefutable del escaso interés por parte de las casas de cambio de recibir pesos.

Por lo pronto, ni el cambio de Gobierno, ni el arreglo con los holdout ni la salida del cepo han hecho que esta situación se revierta.

En el extremo superior se ubican las agencias que operan en Uruguay, en las que se observa una apertura que, en algunos casos, llega a rozar el 90%.

Las casas de cambio emplazadas en Brasil muestran el mismo desinterés, aunque son un poco más "benevolentes": la brecha es, en este caso, del 50%.

En el caso de Chile y Paraguay, se observa un gap más razonable, que actualmente ronda el 20%.

¿Por qué semejantes diferencias? Según los operadores cambiarios, el nivel de percepción de riesgo y el tipo de movimiento turístico entre países explican en buena medida la mayor o menor amplitud.

En cuanto al segundo aspecto, adquiere relevancia el caudal de personas que necesitan hacerse de pesos argentinos en cada una de esas ciudades.

Concretamente, cuanto mayor es la demanda menor es la brecha que separa el precio de compra del de venta.

El tesorero de una conocida casa de cambios que opera en el shopping de Punta Carretas, Uruguay, señala en diálogo con iProfesional: "Los jueves suelen ser días en los que el peso argentino es más requerido, producto de ciudadanos uruguayos que viajan a la Argentina".

"Esa mayor demanda hace que su cotización alcance un máximo", afirma, al tiempo que añade: "Como necesitamos un mayor stock, entonces podemos pagar más si un argentino viene a cambiar plata".

¿Y el peor día cuál es? Según la fuente consultada, "el lunes". Expresa que esto es así ya que "tenemos un buen caudal de billetes, producto del número de personas que llegan para pasar el fin de semana".

Algo similar ocurre con los chilenos que viajan a Mendoza y que prefieren cruzar la cordillera llevando en sus billeteras una parte de su dinero en pesos argentinos para cubrir distintos gastos.

Este mayor movimiento queda reflejado en las casas de cambio trasandinas, que no hunden tanto el precio.

Una situación similar se repite en Paraguay. En particular, en Ciudad del Este.

Esto, a raíz del mayor caudal de personas que se mueve hacia uno y otro lado de la frontera y que precisa contar con moneda nacional.

En esta ciudad la brecha se reduce a tan sólo el 8%, mientras que en Asunción puede estar en el 20% e incluso más.

En el caso de Uruguay, "el problema al que nos enfrentamos es que si nos quedamos con muchos pesos luego no sabemos qué hacer con ellos y eso tira abajo la cotización", señala el gerente de sucursal de una casa de cambio radicada en Paysandú.

Ese es, precisamente, el problema que enfrentan los cambistas de países limítrofes: los serios inconvenientes que deben sortear cuando intentan cambiarlos en sus bancos centrales, ya que no son muy aceptados.

"Las casas de cambio enfrentan el inconveniente de no saber bien cómo manejar el stock de dinero argentino, ya que luego no les es fácil volver a vender esos billetes", afirma Julio de Brun, ex-director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Uruguay.

Esta situación, según su visión, "genera un alto costo que, su vez, da lugar a una amplia brecha entre puntas y a la gran distancia con respecto al precio que se maneja en Argentina".

Tomando en cuenta el arbitraje de monedas, el valor más alto se encuentra en Uruguay. En este caso, quienes necesiten cambiar tendrán que desembolsar 21,75 pesos por dólar.

Le siguen -en orden descendiente de cotizaciones- Paraguay, Brasil y Chile. En esos destinos, hay que "sacrificar" hasta $18 para hacerse de un papel con la carita de George Washington.

Esta es la "tabla de posiciones" del costo del dólar en los distintos países para los argentinos:

  • Uruguay: $21,75
  • Paraguay: $18,5
  • Brasil: $17,3
  • Chile: $17,3

Al reparar en estos números se observa un detalle no menor.

Tal como puede observarse, frente a los $15,10 que marcan las pizarras del Banco Nación del microcentro porteño, el sobrecosto va del 14% hasta casi el 44% según el país.

Es interesante consignar que en la vecina orilla existe una marcada diferencia en las cotizaciones debido, fundamentalmente, al precio de compra de la moneda argentina.

A raíz de ello, quien realice una operación en Salto debe convalidar unos $18,5, mientras que en Fray Bentos esa cifra se eleva hasta los $20,9.

En la ciudad de Paysandú se registra un nivel máximo de $21,75.

En tanto, en Montevideo o Punta del Este ronda los $21, si bien en algunas casas de cambio ese número trepa hasta casi $25.

Eso sí, si alguien quisiera hacer la operación inversa -es decir, si vendiera billetes verdes-, se encontrará con que por cada uno de ellos le serán ofrecidos poco menos de $12.

En lenguaje bolsillo, por la adquisición de un peso argentino se paga a $1,50 uruguayos, mientras que en la venta se ofrece a $2,50.

En definitiva, con este dólar de arbitraje ($21) hasta podría decirse que en la Argentina el blue "quedó barato" ya que, en la actualidad, se lo consigue a "apenas" $15,57.

Por lo pronto, los $21,75 que exige el Banco Nación que opera en Uruguay supera en un 40% lo que se cobra en las cuevas del microcentro.

Qué ocurre en otros países

Los precios que rigen en Paraguay también se ubican muy por encima de los que se manejan en la city porteña.

En esa plaza se ubican por debajo con respecto a Uruguay, si bien las cotizaciones varían según la ciudad.

El tipo de cambio más alto es el que se cobra en el Aeropuerto de Asunción, donde deben desembolsarse casi $21 para adquirir un dólar.

En Encarnación cae a $16,2, ya que en ese lugar se "arbitra" con el valor vigente en Posadas, unidas ambas por el puente internacional San Roque González.

En tanto, otra cotización baja corresponde a Ciudad del Este ($17,75).

En el caso de Brasil, tomando en cuenta los valores que se manejan en Río de Janeiro, quienes necesiten billetes verdes también se lamentarán por no haberlos llevado desde Buenos Aires.

Por ejemplo en Aliança Cambios el tipo de cambio se eleva a $17,25 por unidad.

Ese precio se ubica ligeramente por debajo del vigente en Fox, vecina a Iguazú, donde se negocia a $18,20.

La plaza que más se acerca a la cotización que rige en Buenos Aires es la de Santiago de Chile.

En este caso, las operaciones se pactan con un ojo puesto en los valores de Mendoza y se cierran en un rango que va desde los $16,50 a los $17.

No obstante, en el caso de Puerto Montt, se eleva hasta casi los $18.

¿Los otros países controlan la compra?

Quien desee adquirir dólares en Uruguay, debe saber que hasta la suma de u$s3.000 los bancos sólo le pedirán la cédula de identidad.

En tanto, en las casas de cambio pueden obtenerse hasta u$s5.000 sólo con mostrar el documento.

Si el monto trepa hasta los u$s10.000, las firmas piden que sea completado un formulario con información personal, con el fin de reducir el lavado de activos.

En los casos de Chile y Brasil, existen controles sobre el origen de los fondos, si bien se realizan a partir de ciertos montos.

El Banco Central de Chile no controla la compra de dólares en casas de cambio, aunque sí recopila información estadística a partir de los diferentes movimientos.

Quien está a cargo de vigilar el origen de los fondos -para evitar el lavado de dinero y otros delitos de este tipo- es la Unidad de Análisis Financiero (UAF).

El organismo establece que, en el caso de transacciones mayores a u$s5.000, la casa de cambios debe exigirle al comprador una serie de datos de identificación.

Requiere, además, una declaración en la que el usuario dé cuenta del origen y/o destino de los fondos involucrados en la transacción.

La institución aclara que la negativa a entregar esa declaración no impide la compraventa, "si bien deberá considerarse como una importante señal de alerta de operación sospechosa. En consecuencia, debe ser reportada a la UAF".

En el caso brasileño, el Banco Central establece una serie de reglas, que incluye una identificación y, en el caso de transacciones superiores a los u$s3.000, las casas de cambio deben asegurarse que el cliente esté calificado y que disponga de la suficiente capacidad financiera.

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